Domingo, 14 Diciembre 2025
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El Salón de Audiencias del palacio ha acogido este breve acto sin crucifijo ni Biblia, tal como sucedió en junio de 2018

 


  • Lancelot Digital
  • Europa Press

 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido este miércoles su cargo ante el Rey Felipe VI y sobre un ejemplar de la Constitución española y, tal como hizo ha en junio de 2018, sin crucifijo ni Biblia. Sánchez fue investido presidente este martes por 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones.

 

Sánchez, informa Europa Press, ha cumplido con la fórmula de prometer por su "conciencia y honor" el compromiso de "cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros".

 

Tras la lectura del real decreto de su nombramiento, Sánchez se ha acercado a la mesa donde estaba abierta la Constitución y, tras una inclinación de cabeza ante el jefe de Estado, ha pronunciado la fórmula de promesa posando su mano derecha junto a una Carta Magna abierta por el artículo 99, el relativo al proceso de investidura tras las elecciones.

 

En el acto han participado también la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, como notaria mayor del Reino; y los representantes del Poder Legislativo y Judicial: las presidentas del Congreso y el Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop, respectivamente; el del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes y el del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas.

 

Asimismo, estaban presentes el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín; el secretario general, Domingo Palomo y el jefe del Cuarto Militar, Juan Ruiz Casas.

 

Es la segunda vez que Sánchez cumple con este trámite, por el que ya pasó en junio de 2018, tras la moción de censura que le llevó a la Moncloa. El líder socialista se convirtió entonces en el primer presidente del Gobierno de la democracia que prometía su cargo solo ante la Constitución, sin crucifijo ni Biblia.

 


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