San Bartolomé estudia impulsar en esta legislatura la reapertura de la molina de José María Gil
Los vecinos ven con buenos ojos que se destine dinero público a reabrirla como museo activo
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"Me parece muy bien". Esta es la respuesta generalizada entre los vecinos de San Bartolomé a la pregunta de qué les parece que con dinero público se reabra una molina como la de José María Gil, que ha regentado en el último medio siglo una de las pocas producciones de gofio artesanal de Canarias. Ahora se plantea que esta molina, que data de 1870 y que está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), pueda reabrir como museo activo, una idea en la que trabajan el Ayuntamiento de San Bartolomé y el Cabildo y que podría cuajar en 2017. Los argumentos que defienden las autoridades públicas también los comparten los vecinos.
"Es una oportunidad muy grande. No tiene por qué perderse, porque son nuestras costumbres y no se deben perder ni en este ni en ningún pueblo. La molina representa para nosotros un alimento muy importante, que siempre la gente ha tomado. El turismo viene preguntando mucho por aquí por nuestras costumbres y sobre todo por el gofio, que no se donde lo habrán escuchado, y da pena y tristeza que eso se pierda", expone una vecina.
Lourdes Rodríguez y Silvia Gil han creado una sociedad para impulsar un proyecto que conlleve retomar la elaboración de gofio de forma artesanal, ayudánose de plazas solares que abaraten el proceso y abrir la molina al público como museo activo.