Domingo, 14 Diciembre 2025
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“Sigue manteniendo una memoria prodigiosa”

Lancelot Digital

Foto: Prensa San Bartolomé

María Medina Ferrer nació en Mácher  el día 3 de febrero, día de San Blas, del año 1913. En 1936 contrajo matrimonio, y fijó su residencia  en San Bartolomé, en el barrio de El Lajar,  y hasta hoy. Aunque no tiene la misma vitalidad que la ha caracterizado durante toda su larga vida, porque la movilidad le falla un poco, sigue manteniendo una memoria prodigiosa. Es una gran aficionada a los programas de la televisión, entre sus preferidos está el “Pasapalabra”, y a los deportes, destacando los torneos de tenis o fútbol, estando al tanto de la liga y otras competiciones.  Además, se sabe los nombres de prácticamente todos los futbolistas, tenistas y ciclistas, y la prensa del corazón, y los domingos anda preocupada por saber los resultados de sus equipos favoritos.

Sus recuerdos de infancia, nos llevan, según una transcripción de sus vivencia recogida en el Archivo Municipal, a Mácher. Hija de Juan Medina Hernández y Aramita Ferrer Bermúdez, destacando la tranquilidad y pocas diversiones de la época, los bailes eran lo único que había y “sus padres” no eran muy partidarios de dejarla ir. Habla de las amigas de entonces, que se reunían y daban largos paseos, que alguna vez las llevó hasta algún baile en Uga, en casa de la Señora Corina, abuela de Pepe Hernández y que este baile le acarreó un pleito de sus padres por haber ido sin permiso y caminando.

María Medina Ferrer recuerda de su niñez  jugar con muñecas que se hacían ellas mismas, o alguien les regalaba. “No se estudiaba como ahora, los estudios que se hacían eran para saber leer, escribir y algo de cuentas”, pero sí recuerda con cierta añoranza que “las familias antes se relacionaban más que ahora, D. Antonio Rodríguez, en Mácher tenía una gramola y discos, y por las noches recuerdo ir a oír música”.

Se casó en mayo del 36, con Rafael Reyes Perdomo, al que había conocido en una fiesta de San Pedro en el baile. Se veían cuando podían, que venía a Mácher en un coche con varios jóvenes más que iban para Uga. Alguna vez vino en burro y hasta en yegua. Era la época de la guerra, María siempre estaba pensando que a su marido en cualquier momento lo llamarían, pero eso no ocurrió. Escuchaba las noticias de la guerra por la radio, y algunas noches música para amenizar las veladas.

Al casarse se dedicó al cuidado de la casa y los hijos, Ramiro y María Benigna. En la actualidad tiene 6 nietos y 9 bisnietos, nunca salió a trabajar a ningún sitio. Su marido era agricultor y plantaban de todo, “teníamos medianeros, los terrenos daban de todo, se cogía mucha cosecha y los granos no se picaban como hoy. Lo que más se plantaba eran las lentejas, porque se vendían de seguro, y también recuerda vender guayabos. Los higos de higuera se secaban y vendían secos. Los paseros se preparaban de un año para otro. Se hacían menos pasas porque siempre se hacía vino en la casa de abajo”.

Actualmente vive en su casa rodeada por sus hijos, nietos y bisnietos. Una vida plagada de vivencias, una mujer optimista, delicada, afable, y que vivió entregada a su familia y su casa.

La alcaldesa de San Bartolomé, María Dolores Corujo Berriel, en nombre de toda la Corporación y vecinos del municipio, felicita a María Medina Ferrer, por su centenario.


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