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Se vuelve a disparar la llegada de migrantes: 14.030 en lo que va de año

Durante este curso, 212 embarcaciones precarias han llegado a las Islas, un 278,6 % más que en 2023

 

  • Lancelot Digital
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    La llegada de inmigrantes al Archipiélago canario no cesa pese a la ralentización de la primera quincena de marzo. Así lo proyectan los datos del informe quincenal del Ministerio del Interior publicados este martes, y es que la entrada de irregulares a las Islas durante los primeros quince días de abril se situó en 875 personas, 414 más que en los últimos quince días de marzo. En concreto, han llegado en los cuatro meses y medio al territorio insular 14.030 ciudadanos en situación irregular del continente africano, por las 2.376 que lo hicieron en el mismo periodo de 2023. Esto supone un aumento del 490,5 %. Y es que esta primera quincena del cuarto mes de curso termina por dibujar un escenario complicado que ya anticipaba la última de marzo, tal y como publica en un reportaje Tiempo de Canarias.

     

    El número de cayucos también se ha disparado, pasando de 56 en las primeras cuatro mensualidades y media de 2023 a 212 este curso, lo que supone un aumento de 156 embarcaciones y un incremento del 278,6 %. Un escenario que agrava la situación de las Islas, donde los centros de acogida llevan saturados desde el pasado verano y que ahora anticipan una primavera caliente, dado que la situación no deja de empeorar pese a que las condiciones climáticas no son favorables: el oleaje y el mal tiempo de principios de abril, que en otras ocasiones relajaba el flujo migratorio, en estas ocasiones no está sirviendo como freno estacional para esta crisis. 

     

    Durante la jornada de ayer lunes y primeras horas de este martes han sido más de 400 migrantes los que ha rescatado Salvamento Marítimo en siete embarcaciones que arribaron en Fuerteventura, Lanzarote, Tenerife y Gran Canaria. El repunte de cayucos, pateras y neumáticas ha llegado antes de lo previsto, y seguirá colapsando los sistemas antes de las denominadas 'calmas'. Esta situación hará que los 875 migrantes arribados en los litorales queden en una anécdota en comparación con lo que se avecina en las próximas fechas.

     

    La isla con mayor número de rescates desde la noche del lunes es Lanzarote, adonde han llegado 209 personas de origen subsahariano y magrebí en cuatro lanchas neumáticas. Reforzando esta tendencia al alza, la cifra ya ha sido superada con creces a la de 2023. Y es que una mayor inseguridad en la región del Sahel y la presión de la hambruna en África ha llevado al límite a una población ya vulnerable, que confía en las mafias como la única salida para emigrar hacia Europa, aunque eso signifique jugarse la vida en el mar para lograr salir de la pesadilla.

     

    El viaje desde África Occidental a Canarias es una de las rutas más peligrosas para los migrantes, sobre todo porque suelen navegar en simples botes de pesca que son fácilmente zarandeados por las poderosas corrientes atlánticas. El hallazgo en las costas de Brasil de una embarcación con 20 cadáveres que tenía destino el Archipiélago y, más concretamente la ínsula más meridional, ha vuelto a reflejar la peligrosidad de la Ruta Atlántica.

     

    Un informe de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) proyecta un aumento del 20 % en el número de personas que han desaparecido al tratar de llegar a las costas insulares desde África en lo que va de año, 200 migrantes más que el mismo periodo del pasado curso. Y es que la reactivación de la mortífera Ruta Canaria que comenzó en julio de 2023 supuso una ruptura con la tendencia de descensos en cuanto al número de arribos que se venía observando desde marzo de 2022.

     

    En 2023 se reportaron 6.007 muertes o desapariciones en embarcaciones con rumbo a Canarias, 395 de ellas en cayucos que zarparon desde Mauritania. Solo en los tres primeros meses de 2024, Caminando Fronteras tiene constancia de 22 cayucos mauritanos perdidos en la Ruta Atlántica, con más de 1.500 personas a bordo. Una situación dramática, y más aún cuando muchos de esos cayucos naufragan en alta mar sin que ninguno de sus ocupantes sobreviva; siendo usual también que algunas que quedan a la deriva sean desplazadas por las corrientes hacia el sur o el oeste, como ha ocurrido con la última encontrada en el continente hispanoamericano. 

     

    Las borrascas que han sacudido el Archipiélago las últimas semanas no han puesto freno a una situación que de continuar con esta tendencia ascendente se proyecta para situar todos los récords a final de año en número de llegadas de migrantes y de embarcaciones precarias. Además, cabe añadir uno de los factores principales que se repite cada año, y es que, de finales de agosto a finales de octubre, el estado de la mar y los vientos son muy favorables para las travesías, lo que ha provocado que a esta época se la denomine como de 'Las Calmas' lo que, seguramente, proyecte un mayor número de arribos sobre el Archipiélago, como cada ejercicio.

     

    Excluyendo de la ecuación el estado del océano Atlántico, hay otros factores que están siendo ejes principales para que cada vez más personas estén poniendo su vida en riesgo en el mar; al no disponer de vías legales y seguras para migrar con protección. Sin embargo, el fenómeno migratorio en la Ruta Canaria ha dado un giro total. Mientras antes las salidas se realizaban mayoritariamente desde Marruecos y el Sáhara, en los últimos tiempos se están proyectando desde el Sahel. La región se ha convertido en un foco de crisis y en una de las zonas más violentas de África, colmada de emergencias políticas y golpes de Estado, conflictos, violencia intercomunitaria y extremismo feroz. Un escenario que nadie quiere en su vida y por el cual muchas de estas personas salen huyendo, poniendo sus vidas en manos de las mafias y del fiero océano.

     

    Una situación que preocupa al Gobierno español, que contempla esta región africana como una amenaza "real" como fuente emisora de inmigración hacia Europa y, en particular, para Canarias, por su cercanía con el continente africano. Sin embargo, las visitas de líderes nacionales e internacionales al Archipiélago -que no da más de si en el aspecto migratorio- y al continente vecino, no han puesto coto a un escenario desesperado en tierras insulares.

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