Domingo, 14 Diciembre 2025
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Un centenar de activistas anti petróleo le “recibe” en su primera visita desde que es ministro. Salió escoltado

Lancelot Digital
Fotos: Kepa Herrero

Las prospecciones petrolíferas en inmediaciones de Canarias sólo se harán “si hay las máximas garantías medioambientales” y, en cualquier caso, siempre “a una distancia no inferior a 50 kilómetros de las costas más próximas”, según ha asegurado este viernes por la tarde el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Miguel Soria, en su primera visita a Lanzarote desde que ocupa ese cargo estatal, aunque en este caso lo hacía a título de presidente regional del PP, para participar en la reunión de la Ejecutiva insular de su partido.

No obstante, la presencia de Soria ha sido aprovechada por un centenar de activistas para concentrarse frente a la sede popular en Arrecife, en la calle Portugal, y mostrar su rechazo a cualquier tipo de prospección petrolífera frente a las costas lanzaroteñas. Esta manifestación, que ha ido subiendo de tono con el correr de los minutos, ha obligado al ministro a salir de las oficinas del PP escoltado por policías nacionales y en las máximas condiciones de seguridad.

En una comparecencia ante la prensa, previa a la reunión de la Ejecutiva popular lanzaroteña, Soria -acompañado por por la presidenta insular del partido, Ástrid Pérez, el senador Óscar Luzardo y el diputado Francisco Cabrera, y con los cánticos y abucheos de los manifestantes como telón de fondo- ha calificado como “muy importante” la reforma laboral aprobada este viernes en el Consejo de Ministros del Gobierno central y ha anunciado otra reforma del sector energético que “está en marcha” y que pretende “una combinación de fuentes energéticas que sea equilibrada pero sin infrautilizar ningún tipo de energía disponible“, incluida la nuclear y el petróleo. En este marco se ha referido a la polémica autorización de prospecciones petrolíferas en aguas del archipiélago que estudia el Gobierno y que en principio ha recibido el rechazo del Ejecutivo regional y de los Cabildos de Fuerteventura y Lanzarote.

Al respecto, Soria ha asegurado que -en caso de realizarse- “la exploración de hidrocarburos se hará con las máximas garantías medioambientales: si no hay las garantías suficientes, no se harán“, ha remarcado antes de recordar que “un permiso de exploración no es una autorización de explotación: sólo vamos a investigar si hay petróleo o no; y en caso de que lo haya, después se podrá autorizar o no la explotación”.

Además, el ministro se ha comprometido a que la investigación se hará “a una distancia no inferior a 50 kilómetros de las costas canarias más próximas, a pesar de que el proyecto presentado por Repsol YPF contempla prospecciones a menos de 20 kilómetros de Lanzarote. “Nunca tomaré una decisión que pueda dañar lo más mínimo a Canarias“, agregaba.

También ha garantizado que “escucharemos al Gobierno (canario) y a los Cabildos y luego decidiremos en consecuencia”, aunque ha aclarado que “el consenso es importante, pero no puede ser que no llegar a un acuerdo le dé la razón a la parte que dice “no”. Me parece bien que haya opiniones distintas, pero el Gobierno (central) está para tomar decisiones“.

En torno a la polémica planteada también desde el Ejecutivo de Paulino Rivero y otros sectores sobre la jurisdicción de las aguas en las que se pretende hacer las prospecciones, el ministro ha matizado que “hay que distinguir entre aguas jurisdiccionales, que son las 12 millas desde la costa, y aguas territoriales, que van hasta las 200 millas o, en el caso de Canarias, hasta la mediana imaginaria con Marruecos, porque está más cerca. Las aguas territoriales (donde se harían las prospecciones) están bajo la competencia exclusiva del Estado y no se pueden transferir a las comunidades autónomas, como sí podría hacerse con las jurisdiccionales. Si alguien ha dado en algún momento alguna esperanza sobre esto, en base al derecho internacional privado les digo que eso es imposible”, ha sentenciado Soria, que también ha llamado a “tratar seriamente las cosas serias”.

También se ha referido brevemente Soria a la polémica por la caída de las bonificaciones aéreas, que -ha planteado- “no es negativa para el turismo canario, sino para las empresas que se beneficiaban de ellas”. En cualquier caso, ha admitido que hay que “reconsiderar íntegramente” el transporte aéreo y mejorar la conectividad de Canarias.

Como anfitriona de Soria ante la Ejecutiva insular, la presidenta del PP lanzaroteño, Ástrid Pérez, ha hecho público el apoyo irrestricto del partido en la isla al Gobierno central, al que ha felicitado porque es “un Gobierno responsable” que “en dos meses ha aprobado modificaciones legislativas muy importantes”, y puntualmente al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que “ha tomado decisiones valientes y necesarias” y que -asegura- “cuenta con todo el apoyo del PP de Lanzarote, aunque sabemos que va a ser un poco duro defenderlo“.

Abucheos y carreras

Desde antes de las 19:00, media hora antes de la convocatoria de la Ejecutiva insular del PP, ya estaban apostadas en la esquina de Portugal y Ortega y Gasset alrededor de 40 personas de todas las edades -hasta una señora en silla de ruedas y una joven con muletas-, que coreaban cánticos y consignas como “Canarias dice no a las petroleras” o “Soria, no provoques a Canarias”, acompañadas con silbatos, cacerolas y pancartas donde se podía leer “No oil Canarias”, “Paremos las plataformas en aguas canarias”, “¿A quién nos quieren vender?” o “Dejaremos morir a la tierra a manos del petróleo”.

“Aprovechando” el comienzo del Carnaval de Arrecife, un hombre apareció ataviado con un elegante traje, un casco negro de minero y un maletín rebosante de billetes, a los gritos de “traigo prosperidad”, “viva la corrupción”, “vendo España a cachos” y otros que despertaron las risas de todos los presentes, incluidos varios de los ocho efectivos policiales que por entonces controlaban la manifestación.

Poco a poco se fue sumando gente a la protesta, que llegó a superar el centenar de adherentes y que marcó también el “regreso” a los primeros planos del activista medioambiental Pedro Hernández, quien hablaba a los presentes a través de un equipo de sonido llevado para la ocasión y alimentado con un generador eléctrico, y que por momentos se convertía en una “discoteca” que animaba la convocatoria con música y arrancaba algunos pasos de baile entre los manifestantes.

Pero el clima lúdico de la protesta se fue enrareciendo con el paso de los minutos, mientras se desarrollaba la reunión de la Ejecutiva popular lanzaroteña, y eso obligó a ampliar la dotación policial frente a la sede. Cada miembro del PP que se asomaba por los cristales o a la puerta de la sede hacía arreciar los abucheos e incluso motivaba alguna que otra carrera.

Fue casi una hora de vigilia, con lemas como “Viento sí, petróleo no”, “¿Dónde queda la reserva de Biosfera?” o “No queremos piche, queremos agua limpia”, hasta que a las 20:55 terminó la reunión y Soria se vio obligado a salir escoltado por la policía en un intenso operativo de seguridad que se convirtió durante diez minutos en un juego del gato y el ratón para distraer a los manifestantes. Finalmente el ministro salió de la sede por la puerta lateral que da a Ortega y Gasset, junto a Ástrid Pérez -seguidos por un amplio grupo de manifestantes hasta que la Policía logró frenarlos-, mientras un patrullero hacía de “señuelo” en la entrada principal. Después los activistas se ensañaron verbalmente con otros dirigentes populares, pero en ningún momento se llegó a desbordar la situación.


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