Tercera manifestación contra el crecimiento y la pérdida de la calidad de vida en Lanzarote

Convocantes anónimos exigen cambios en el modelo económico y turístico de la isla para garantizar los servicios básicos y el respeto al medio natural
- Lancelot Digital
"La ciudadanía de Lanzarote volverá a salir a las calles el próximo 18 de mayo para sumarse a la convocatoria regional "Canarias tiene un límite" y exigir, una vez más, cambios sustanciales en el modelo económico y turístico de la isla que permita garantizar los servicios básicos a la población y el respeto al medio natural y a los espacios protegidos, porque "Lanzarote tiene un límite, y nuestra paciencia también". Así reza el texto enviado por un grupo de ciudadanos anónimos que no representa a ningún colectivo, ni partido político, según ellos mismos señalan.
El que se ha dado en llamar movimiento "Lanzarote tiene un límite" convoca nuevamente a la ciudadanía tras la exitosa manifestación del pasado 20 de abril de 2024 donde salieron a la calle más de cinco mil personas. Ya en la segunda manifestación del mes de octubre de ese mismo año, el seguimiento ciudadano fue muy inferior dando sensación de cierta desmovilización, sobre todo porque muchas personas que acudieron a la primera no estaban contra el Turismo sino que acudieron por otros motivos como la falta de viviendas.
Los organizadores anónimos de estas movilizaciones se centran en denunciar los impactos negativos de la masificación turística sobre el territorio insular y la calidad de vida de sus habitantes. Entre sus principales demandas se encuentra la necesidad de un modelo turístico controlado, con planes de decrecimiento, que garanticen el acceso a servicios públicos esenciales como la vivienda, la sanidad, el agua y la conservación de la biodiversidad, asegurando así la protección de la población y del entorno natural.
Entre sus reivindicaciones destaca también la necesidad de una ley de residencia que permita regular el crecimiento poblacional en un territorio limitado, frágil y fragmentado como el canario, como medida imprescindible para preservar el equilibrio social, económico y ambiental de las islas
Los anónimos organizadores creen que, a pesar de la creciente preocupación social, las respuestas políticas han sido insuficientes y se han limitado, en muchos casos, a discursos que apelan al compromiso y la sostenibilidad sin traducirse en acciones concretas. Mientras tanto, persisten numerosos problemas estructurales que afectan gravemente a la población y al territorio: la congestión del sistema sanitario, la dificultad de acceso a la vivienda, el colapso en la gestión de residuos, la escasez de agua tanto para el consumo humano como para el sector agrícola, el deterioro de la calidad de vida, un transporte público ineficiente y la creciente presión sobre los espacios naturales protegidos, expuestos a infracciones ambientales y a una pérdida constante de biodiversidad.
Este movimiento social afirma que "la isla está colapsada social y ambientalmente", por lo que exige al poder político y empresarial "cambiar el modelo de turismo de masas por un modelo regulado, basado en el decrecimiento y en la convivencia sostenible de la industria turística con el bienestar general de la población".
Aseguran que para ello es vital empezar por la moratoria turística, tan reclamada desde hace décadas y tan ignorada, para parar y repensar en el modelo turístico y económico que queremos desde la población canaria. En definitiva, la movilización busca que Canarias apueste por un modelo capaz de dar respuesta a las necesidades de la población y sea capaz de defender sus espacios naturales y recuperar la productividad de otros sectores económicos, para asegurar que, si el turismo cae, Canarias se mantiene.