Domingo, 14 Diciembre 2025
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Después de tres años de bonanza económica, el turismo insular se enfrenta al dilema de ser rentable sin que la isla pierda su encanto

 

  • Lancelot Digital

 

El sector turístico de Lanzarote se enfrenta a uno de sus mayores retos, demostrar que durante su mejor época se han sabido hacer los deberes. Y es que, tras tres años consecutivos de bonanza económica real y de conseguir niveles de ocupación como en sus mejores tiempos,  el sector, tanto a nivel insular como regional, se enfrenta al reto de seguir siendo rentable sin aumentar en excesos las camas.

 

Los datos lo dejan claro, el último estudio ‘IMPACTUR Canarias 2017’, ya ratificaba el papel ejercido por la industria turística como principal sector impulsor de la economía y el empleo en las Islas Canarias en los últimos 7 años. En cifras, esto supone una ganancia para Canarias de 5.419 millones de euros desde el año 2010 (774 millones anuales), a una tasa media interanual de crecimiento del 6,3%, lo que ha generado 94 mil puestos de trabajos en esos siete años, lo que supone un 4,9% en media anual, compensando la pérdida de empleos en otras ramas de actividad y posibilitando recuperar los niveles de empleabilidad en Canarias previos a la crisis.

 

Estas impresionantes cifras hacen que el reto, ahora que el sector se está estabilizando y la llegada de turistas se ha equilibrado, sea mucho mayor. La clave, según señalan todos los expertos está en incrementar la calidad para que el turismo se siga sintiendo atraído por Canarias, en general y Lanzarote, en particular, como destino. Este desafío surge en un momento complejo por las incógnitas abiertas con el mercado británico y porque, el posible incremento de algunas tarifas por parte de las compañías aéreas, picaresca que muchos sospechan que pueda producirse a raíz del descuento del 75 por ciento del que se benefician los residentes canarios, podría perjudicar la llegada de turismo peninsular.

 

Buen comienzo

 

Este año comenzaba de manera positiva, y la llegada de turistas a Lanzarote se mantenía en el primer cuatrimestre de 2018 respecto al de 2017 pese al descenso generalizado de la afluencia turística al Archipiélago. De hecho, según fuentes del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), facilitados por Promotur Turismo de Canarias, entre enero y abril la isla registró una entrada de 933.109 turistas, un 0,6% más que en esos mismos meses del pasado año.

 

En este sentido, el consejero de Promoción Turística del Cabildo de Lanzarote, Ángel Vázquez advertía que era el momento de que Lanzarote pusiera toda la carne en el asador para distinguirse de sus competidores. “Dada la recuperación de otros mercados con precios muy agresivos, con los que no queremos competir porque nuestra apuesta va a seguir siendo atraer a cada vez más turistas de alto nivel adquisitivo, será inevitable que se produzca un descenso en la afluencia turística al igual que ya sucede en el resto del Archipiélago”.

 

En cualquier caso, la apuesta por la calidad de la isla es clara y los hechos lo demuestran. La isla lidera el ranking canario de crecimiento de los hoteles de cuatro y cinco estrellas, pasando de tener 20.254 en el año 2009 a 29.044, apenas nueve años más tarde. Esto supone un crecimiento de 8.790 plazas en este tiempo y sitúa a la Isla de los Volcanes a la cabeza, seguida por Gran Canaria que cuenta en este tiempo con 7.663 hoteles más, y seguida de lejos por Tenerife, La Palma y, en último lugar, por Fuerteventura, isla en la que sólo se han incrementado los hoteles de cuatro y cinco estrellas en 397 plazas en estos nueve años.

 

Apuesta por la calidad

 

Lanzarote cuenta con casi 9.000 plazas alojativas más en los últimos nueve años, pero no se han aumentado dichas plazas sin más, lo que se ha incrementado es la oferta de alta calidad, de acuerdo con las líneas trazadas por el Cabildo y el Patronato de Turismo, por una oferta acorde con el turismo de calidad y alto poder adquisitivo al que se quiere dirigir la isla. No más turistas, pero sí con mayor capacidad de gasto.

 

De hecho, de los numerosos hoteles de cinco estrellas que se han puesto en marcha en Canarias en este tiempo, cinco se han abierto en Lanzarote. Esto no supone que se hayan incrementado las plazas alojativas. Al contrario, en la oferta de menor calidad, entre una y tres estrellas, la isla ha reducido unas 1.288 camas, afianzándose en la apuesta por la calidad, ya que cuenta con cerca de 48 hoteles de cuatro estrella, según se asegura desde Asolan.

 

Se apuesta por tanto, por nuevas propuestas, hoteles boutique, hoteles especializados en eventos deportivos, gastronómicos o de cualquier otra índole. Calidad, una vez más, por encima de cantidad. La apuesta del Hotel Fariones pasando de cuatro a cinco estrellas-lujo es el ejemplo a seguir.

 

A toda esta situación se suman los planes de modernización constantes de la isla que pretenden rehabilitar ciertos hoteles de calidad pero que con el paso del tiempo se han ido quedando obsoletos. Ejemplo de ello son hoteles como La isla y el Mar, el Hotel Fariones, el Hotel Be Live Lanzarote Resort de Costa Teguise o el H10 Rubicon Palace.

 

Retos regionales

 

En el informa ‘IMPACTUR Canarias 2017’ se señalan como los retos a los que se enfrentará en los próximos años el archipiélago la recuperación de los competidores, el resultado final del proceso de desconexión de la Unión Europea del mercado británico (BREXIT), junto a la depreciación acumulada de la libra, la tendencia al alza de los precios del petróleo y la gestión de la capacidad de carga de los destinos canarios ante el crecimiento previsto de la demanda turística mundial o la transformación digital.

 

Turismo de Congresos al alza

 

La apuesta de Lanzarote por el turismo de Congresos es clara, ya que se trata de un segmento en el que el turista gasta mucho. De hecho, este turismo, a pesar de que supone tan sólo un 0’2 por ciento del total de turistas que visitan anualmente las Islas, deja muchos más ingresos ya que el gasto por viajero es sensiblemente superior al turista vacacional. Así, el desembolso medio diario asociado al viaje se sitúa en una media de 175,47 euros, mientras que el turista vacacional gasta una media de 133,60 euros al día.


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