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Cien pasajeros belgas son desalojados por la fuerza de un avión en Lanzarote tras un altercado dentro de la aeronave

El incidente se habría iniciado porque un viajero empujó a una azafata, tras una discusión por una maleta. Tuvieron que intervenir la Policía Nacional y la Guardia Civil. La centena de viajeros se quedó en tierra

Lancelot Digital

El supuesto empujón de un pasajero a una azafata derivó este sábado en una discusión multitudinaria en el interior de un avión de la compañía Ryanair que estaba por despegar del aeropuerto de Lanzarote con destino a Bruselas, ante lo cual unos 100 pasajeros fueron obligados a bajarse de la aeronave, para lo cual fue necesaria la intervención de las fuerzas de seguridad.
El incidente se produjo poco antes de las 10:30 horas y se habría iniciado porque un pasajero, integrante de un grupo de estudiantes belgas, habría ‘colado’ en la aeronave una maleta que supera las dimensiones permitidas por la compañía, lo que provocó una discusión, en medio de la cual habría tenido lugar el mencionado empujón.
Tras tales hechos, el pasajero fue conminado a bajarse del avión, pero éste se negó a hacerlo, y los integrantes de su grupo se sumaron a la discusión, y también varios de los demás viajeros, quienes recriminiban esta actitud.
El comandante del avión solicitó la intervención de las fuerzas de seguridad, presentándose en el interior de la aeronave agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, quienes pusieron fin al incidente y obligaron a bajarse del avión a unos cien pasajeros. Tras ello, el avión despegó rumbo a Bruselas con el resto del pasaje. Lo hizo con tres horas de retraso y con sólo 66 pasajeros a bordo.
La compañía Ryanair ha publicado en su página de internet un comunicado con su versión de los hechos, en la que explica que todo comenzó por un incidente con una azafata por una maleta subida a la aeronave, al tiempo que pide disculpas al resto de los pasajeros por el retraso ocasionado por la discusión, y subraya que la prioridad es “la seguridad”.
Por su parte, el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, se interesó por estos hechos, presentándose en el aeropuerto, y después de hablar con el cónsul belga en Canarias, decidió alojar a los pasajeros hasta encontrar una solución para su salida de la isla rumbo a su país de origen.

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