Las Islas Canarias, y en particular Lanzarote, han sido durante mucho tiempo un paraíso para los turistas que buscan sol, arena y una rica cultura local. Sin embargo, en los últimos años, un nuevo tipo de turismo ha comenzado a florecer: el turismo de clase alta que prioriza las villas privadas sobre las habitaciones de hotel convencionales.

Este cambio es una buena manera para mitigar la masificación del turismo, un problema que ha plagado a otras áreas turísticas de Canarias. Según el Observatorio Turístico de Canarias en su Informe de Sostenibilidad del Turismo de 2022, la satisfacción de la población local con el turismo es alta. En Lanzarote, que tiene una de las mayores ratios de turistas a residentes, los beneficios del turismo son muy valorados.

Las villas privadas, con su enfoque en ofrecer una experiencia de lujo exclusiva, ayudan a distribuir a los visitantes en lugar de concentrarlos en grandes hoteles, aliviando la presión sobre los recursos y la infraestructura locales.

Como punto a destacar, las islas con mayor ratio entre turistas y población residente, Lanzarote y Fuerteventura, presentan los valores más altos en la valoración de los beneficios del turismo, lo que nos llega a pensar, que la gestión turística en Lanzarote se está llevando de una eficiente.

Pero la elección de villas privadas no solo está impulsada por la sostenibilidad; también es una cuestión de calidad. Además, también lo demuestran los numerosos portales que ofrecen una lista de villas en Lanzarote, donde la gran mayoría tienen una valoración superior a 8 sobre 10.

Los turistas de clase alta, además, buscan experiencias únicas. En Lanzarote, un notable 35,4% de los visitantes elige visitar la Montaña de Fuego o la Ruta de los Volcanes, mientras que el gasto en actividades culturales alcanza el 7%. Esta preferencia por experiencias auténticas y enriquecedoras refuerza la importancia de un turismo de calidad que respete y realce el patrimonio local.

Finalmente, las perspectivas para este modelo de turismo son prometedoras. Con una intención de recomendar Canarias de 8,95 sobre 10, es evidente que los visitantes están disfrutando de sus experiencias en las islas. Y con el 83,2% de la población local apoyando la promoción del turismo, la acogida de estas iniciativas parece asegurada.

En resumen, Lanzarote se está redefiniendo como un destino para el turismo de clase alta, donde las villas privadas son sinónimo de lujo, sostenibilidad y respeto por la cultura local. Este nuevo modelo de turismo no solo garantiza la preservación del precioso entorno de la isla, sino que también promete un futuro donde el turismo beneficia tanto a los visitantes como a los residentes de manera sostenible y equitativa.