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Poesía y música en Yaiza para unir Canarias con Cantabria

 

Domingo Rodríguez ‘El Colorao’, Javier Cerpa, Alejandro y Elieser Betancort, Yeray Rodríguez y el cántabro Miguel Cadavieco conquistaron con su arte al público sureño

 

  • Lancelot Digital
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    Yaiza vivió este domingo una demostración de arte e ingenio de la mano de grandes talentos con nombre propio: Domingo Rodríguez ‘El Colorao’, Javier Cerpa, Alejandro y Elieser Betancort, Yeray Rodríguez y el cántabro Miguel Cadaviego ofrecieron un viaje poético y musical uniendo las Islas Canarias con Cantabria en el encuentro cultural ‘Uniendo Caminos’.

     

    La música inició la aventura en la plaza de Los Remedios de Yaiza de la mano de dos virtuosos, Domingo Rodríguez ‘El Colorao’ con su timple y Javier Cerpa a la guitarra, y las reconocidas voces de Alejandro y Elieser Betancort, padre e hijo respectivamente, que juntos dedicaron seguidillas, malagueñas, folías e isas al público congregado en la plaza y sus alrededores.

     

    El famoso verseador Yeray Rodríguez se unió pronto a la fiesta folklórica llevando a los asistentes a realizar un recorrido en décimas por todas las Islas Canarias para celebrar y felicitar las fiestas navideñas. Seguidamente, pasó a ofrecer una magistral demostración del ingenio que le caracteriza con sus improvisados versos, acompañado del buen hacer del resto del equipo, músicos y voces cuya interlocución fue clave y que animó incluso a ‘El Colorao’ a lanzarse a la creación poética improvisada con gran acierto, convirtiendo su actuación, por un momento, en una ‘batalla’ junto a Rodríguez.

     

    Un baile instrumental, vocal y humorístico al que se unió posteriormente otro gran verseador llegado desde Cantabria, Miguel Cadavieco, que acompañado de su rabel y en ocasiones de las interpretaciones de su mujer Agnieszka demostró que la distancia física la puede unir con gran facilidad el arte y que las particularidades de cada tierra mantienen un estrecho lazo folklórico, independientemente de que la herramienta sea un timple o un rabel, una seguidilla o una tonada montañesa, ya que gracias a la tradición oral se mantienen vivas a lo largo y ancho del planeta convirtiéndolas en un mismo canto.

     

    El público, que también participó de forma activa en este encuentro organizado por la concejalía de Festejos a cargo de Javier Camacho, aportando sus ocurrencias para que los maestros del verso compusieran sus rimas, agradeció con sendas ovaciones el regalazo cultural recubierto de grandes dosis de humor que brindaron los artistas.

     

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