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Las andaluzas encienden alarmas en Moncloa

Los buenos resultados de los populares frenan a VOX e impulsan el liderazgo de Feijóo

 

  • Lancelot Digital
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    La mayoría absoluta del PP de Juanma Moreno en las elecciones andaluzas supone un espaldarazo al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, frena en seco el crecimiento de Vox, entierra a Ciudadanos, pone en entredicho el proyecto de Yolanda Díaz en la izquierda y enciende las alarmas en el Palacio de la Moncloa.

     

    Todas las encuestas apuntaban a la victoria del PP, pero casi ningún sondeo apuntaba a un triunfo tan arrollador. Juanma Moreno podrá gobernar solo, sin la necesidad de pactar con Vox, ese socio incómodo en otras comunidades, como Castilla y León.

     

    Moreno, que se alza como el nuevo “gran barón” del PP con permiso de la madrileña Isabel Díaz Ayuso, tendrá las manos libres y, de paso, le hace un favor a su presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, que se conjuraba para no tener que depender de los de Santiago Abascal.

     

    Temían en el PP que un pacto forzado con Vox en Andalucía les lastrara para las próximas municipales y generales, algo que no ha sucedido.

     

    El PP de Andalucía ha conseguido “arrinconar” a Vox y marcar su techo, en un ensayo de lo que podría suceder en próximas citas electorales. Al menos, en eso confían en Génova que ven en su triunfo un toque de atención al “sanchismo”.

     

    A pesar de que el PSOE podría argumentar que ha conseguido en parte salvar los muebles, la mayoría absoluta del PP -la primera de su historia en Andalucía- desdibuja cualquier lectura positiva para los socialistas.

     

    Y es que Juan Espadas ni siquiera ha conseguido igualar los resultados de 2018 que ya eran los peores de la historia del PSOE-A y ha perdido más de 150.000 votos, muchos de los cuales se han ido al PP.

     

    Los socialistas ya no son, ni de lejos, el partido hegemónico en Andalucía. Hace cuatro años perdieron por primera vez el Gobierno y ahora el lugar como primer partido de la comunidad.

     

    Aunque en Ferraz y también en Moncloa se afanan en desligar el resultado de Andalucía con el del conjunto de España, lo cierto es que es la comunidad más poblada, histórico granero de votos para los socialistas en las elecciones generales.

     

    Pedro Sánchez y el PSOE deberán ahora analizar si el triunfo del PP andaluz se debe únicamente a un fenómeno local, fruto de la figura de Juanma Moreno y a su gestión en la Junta, o supone también un voto de castigo al Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos.

     

    No en vano, la izquierda, en su conjunto, ha sido claramente derrotada en Andalucía. La suma del PSOE y de los partidos a su izquierda -Por Andalucía y Adelante Andalucía- no llega a los 40 diputados, 30 menos que la suma del PP y Vox.

     

    Magro resultado para una comunidad que ha impulsado siempre los triunfos del PSOE en las generales.

     

    El partido de Santiago Abascal apostó fuerte en Andalucía, envió de candidata a Macarena Olona, una de sus líderes en el Congreso y políticas más reconocidas, y no ha cumplido las expectativas.

     

    Su apuesta era ser decisivo para la formación del Gobierno andaluz, vender muy caro su apoyo a Juanma Moreno en la investidura y no lo ha conseguido.

     

    Ha subido dos escaños, es verdad, pero saben a muy poco ante el triunfo de los populares.

     

    La pregunta es si Vox ha tocado también techo en el conjunto de España.

     

    Los pobres resultados de las urnas han puesto de relieve que el proyecto de Yolanda Díaz no cuaja y que este primer ensayo en Andalucía, por mucho que la vicepresidenta segunda no lo vincule con sus planes electorales, no ha recogido los apoyos que esperaban.

     

    Por Andalucía, la candidatura que ha apoyado la vicepresidenta segunda, ha quedado lejos de los 17 escaños que las formaciones a la izquierda del PSOE obtuvieron en 2018.

     

    A diferencia de las elecciones de febrero en Castilla y León, en las que Díaz se puso de perfil y apenas se involucró en la campaña electoral, en las andaluzas ha tenido un papel protagonista y esta vez desde el principio.

     

    Andalucía no es un buen comienzo para un proyecto que se pone en marcha el próximo 8 de julio y que busca unir a la izquierda en una propuesta transversal y sin siglas, más allá de Podemos, una marca devaluada y claramente en declive.

     

    El partido que fundara Albert Rivera va haciéndose cada vez más invisible a medida que se va sometiendo al escrutinio de las urnas y Andalucía, como apuntaban todas las encuestas, no es una excepción. De 21 escaños de 2018 a desaparecer del Parlamento andaluz.

     

    Ciudadanos encadena su enésima derrota electoral en algo más de dos años y ha sido desalojado sin paliativos de los gobiernos de Murcia, Madrid y Castilla y León. Solo en esta última comunidad ha logrado retener un escaño de los 12 que tenían.

     

    Tras sumar esta nueva debacle, Ciudadanos pone el objetivo ahora en las próximas generales, pero las encuestas y la propia experiencia de las últimas citas con las urnas dibujan un panorama muy pesimista sobre las posibilidades de supervivencia del partido de Inés Arrimadas.

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