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Olas de calor mortales, un futuro no tan lejano

En zonas de clima templado, como España, el verano puede llegar a durar hasta seis meses, según las universidades de Harvard y Washington

 

  • Lancelot Digital
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    Este verano se han producido olas de calor sin precedentes en numerosas partes del planeta. En España, con hasta tres de estos episodios (dos de ellos en Canarias, ambos el pasado mes de julio), los termómetros han alcanzado cifras récord en varios puntos de la península, y la previsión para los próximos años es que estos fenómenos sean todavía más habituales a nivel mundial debido al cambio climático, tal y como publica Diario de Avisos.

     

    Mientras tanto, y a pesar de la meteorología está dando un respiro por lo que respecta al calor desde mediados de esta semana, lo cierto es que aún queda el susto en el cuerpo por el peligroso incendio registrado el pasado miércoles en las lindes entre los términos municipales de Santa Cruz de Tenerife y de El Rosario, felizmente estabilizado desde esa misma noche gracias a la oportuna intervención de los servicios de emergencias, situación que se mantenía al cierre de esta edición. Además, en Tirajafe (La Palma) se logró controlar un conato ayer. Del suceso de Tenerife cabe apuntar que siguen trabajando en la zona miembros de las Brigadas Forestales en un perímetro de casi 20 hectáreas, mientras que de lo acaecido en La Palma tuvo lugar en la zona de Arecida, concretamente en la zona inferior de un barranco y cercano a una vivienda.

     

    Respecto a lo referido sobre las olas de calor, y tal y como reflejan los resultados de una investigación llevada a cabo por las universidades de Harvard y Washington, y publicada en la revista científica Nature, para finales de este siglo dichos episodios se darán con más asiduidad. También apuntan que tanto el impacto como la duración dependerá en gran parte de las emisiones de gases nocivos que se realicen en el presente. “Los fenómenos relacionados con el calor extremo de los últimos veranos serán mucho más comunes en lugares como América del Norte y Europa”, asegura el autor principal del estudio, Lucas Vargas. “En muchos lugares, para el año 2100 más de la mitad del año será peligroso trabajar al aire libre, incluso si comenzamos a reducir las emisiones”.

     

    Precisamente una de las claves para intentar suavizar el impacto de las olas de calor futuras se encuentra en las decisiones que se tomen sobre las emisiones de efecto invernadero del presente. Pero aun así, aclaran los investigadores, estos fenómenos aumentarán su frecuencia y su impacto en el cuerpo humano. El estudio analiza una combinación de temperatura y humedad del aire conocida como índice de calor que mide cómo afecta a la salud humana.

     

    La evidencia científica también muestra cómo la crisis climática está haciendo crecer la cantidad de calor que se acumula en la atmósfera, algo que afecta directamente a la estabilidad del clima. Entre las consecuencias de esto se encuentra que los veranos cada vez sean más largos.

     

    De nuevo, la previsión para las próximas décadas es que en zonas de clima templado, como es el caso de España, el verano vaya ganándole terreno a la primavera y el otoño, y llegue a durar hasta seis meses. En cuanto a Canarias, cada vez tendrá un clima más tropical, como ya se anticipa en los estudios llevados a cabo en la Comunidad Autónoma.

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