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Adiós a una abuela especial

 

Blanca Fajardo López

 

 

El pasado sábado 24 de julio falleció, rodeada de su familia Nieves Ramírez Curbelo, una mujer extraordinaria, adelantada a su tiempo, madre de diez hijos, empresaria desde los años 50, en una época en que como mujer no lo tenía nada fácil, las mujeres entonces no podían ni administrar solas su patrimonio.

 

 

Doña Nieves, como muchos la conocían; ayudó a su padre y hermano en la gestión de las gasolineras de los Ramírez; llevó una pequeña empresa de barcos junto con su marido, mi abuelo Jesús; tuvo la visión de apostar por el crecimiento de Puerto del Carmen, núcleo en el que centró su activa capacidad emprendedora; fue sin duda la primera mujer en llevar adelante la construcción de un edificio de apartamentos de Arrecife, la primera en ver futuro en el aloe,... Esta y mil ideas empresariales que llevó con su inmensa capacidad de trabajo, mente abierta a ideas nuevas, atrevida, avanzada, libre y siempre respetuosa con todos.

 

 

Encontró en su primo Pepín Ramírez y su hermano Ginés, el apoyo en la vida, en sus ideas y visión de la isla. Con grandes amigos como Emilia Jordán, Juana Feo y Leandro Fajardo, Cesar Manrique, Doña Lola Bermúdez,  Amelia Voltes, Juan Rosa, Pepín Hernández, Estella Kohler y familia, las hermanas Molina, Caridad Romero, y tantos otros.

 

Un pequeño ejemplo de su vitalidad y preocupación por la isla: hace justo un año mi abuela nos pidió, a mi hermana Isabel y a mí, sus nietas mayores, que pidiéramos cita con la presidenta del Cabildo, y así hicimos. Fuimos con esfuerzo para ella, en su silla de ruedas a hablar del necesario impulso del cultivo en el jable, de la carretera de Ye, del modelo turístico que debía evolucionar, de la rehabilitación de las casas antiguas de Lanzarote, de agricultura,... Estos y otros temas llevaba apuntando con cuidado semanas antes.

 

 

Hasta el último día nos describía con mucho detalle casas antiguas de Lanzarote que conoció y recordaba, hablaba de las dificultades pasadas y presentes de la isla, de flores, de cultivos, de muebles, de costura, de fincas, mucho de fincas y de tanta gente que conocía y quería.

 

Creo que su capacidad de amar a su familia, a sus amigos, a su isla, su creatividad, elegancia, juventud de espíritu y capacidad de trabajo la describen.

 

 

En mi vida he escuchado historias sobre ella, algunas acertadas y otras no tanto, pero sé que mi abuela, que doña Nieves era una mujer diferente, una gran mujer que caminaba en la vida con libertad y respeto por los otros.

 

Se va parte de la historia reciente de Lanzarote, una avanzada a su tiempo, que sin buscarlo ni reivindicarlo, como otras mujeres de nuestra isla, deja su huella en todos nosotros, en la sociedad y en la isla que tanto amó.

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