PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Doméstico

Andrea Bernal

 

Que nos entretengamos poniéndonos las zapatillas una y otra vez.

 

Ese esbozo de pie que se hace carne y se introduce en la horma de lo cotidiano.

 

Apaguemos la lámpara de la mesita una y otra vez.

A las tres regresan siempre los fantasmas, cuentos de niños.

 

Por la mañana planchar las sábanas es sinónimo de pradera

que atraviesa el vecindario.

Llana, llana,

llana por el pisar de cada niño.

 

También las combas viejas como serpientes

fueron una vez juego para el patio.

 

Pero todo paisaje renuncia a sí mismo cuando atardece

y un aviso de mesa puesta se aproxima.

 

Él se descalza

-Condición de marido-

 

Que nos entretengamos poniéndonos las zapatillas una y otra vez…

Un esbozo de pie.

Lo cotidiano.

 

El terror solo surge si de pronto,

las horas se despliegan en madrugada

y un lince antropomórfico apaga el despertador,

cierra las cortinas del hogar

-temprano-

aproximándose al rellano,

 

y

THE END.

 

 

Comentarios (0)