EDITORIAL. Cuatro años de esperanza
Paulino Rivero tiene en principio todo a su favor para que las esperanzas depositadas en esta nueva Legislatura se hagan realidad
La reelección de Paulino Rivero como presidente del Gobierno de Canarias es un hecho singular en la historia democrática del archipiélago. Es la primera vez que un mismo candidato es proclamado para la Presidencia autonómica dos veces consecutivas sin mediar una moción de censura. El hecho no es sólo anecdótico, sino que puede ser importante en el desarrollo de la acción de gobierno, para que Rivero pueda seguir adelante en el trazado de un modelo de comunidad autónoma sobre el que ya ha dado importantes pasos en la anterior etapa, y puede ahora profundizar en esta nueva Legislatura.
Se trata también sin dudas de un reto, ya que sus primeros cuatro años de gobierno han coincido con la peor crisis económica en la historia reciente de España, que ha repercutido de manera especial en Canarias, por causas estructurales del propio modelo económico del archipiélago. Pero si aquella fue la Legislatura de la crisis, se espera que ésta que está comenzando sea la de la esperanza para salir de esa situación difícil cuando no dramática para muchos canarios.
Las señales son positivas en este sentido, como también lo es la base programática que plantea Paulino Rivero, con una restricción en el gasto público y el reforzamiento del modelo turístico competitivo. Y es que guste más o menos, la realidad es que el único motor para crear empleo en Canarias en el corto y mediano plazo sigue siendo la actividad turística, para lo cual es necesario seguir mejorando al archipiélago como destino, para que tenga cada vez más competitividad frente a otros mercados emergentes que han comenzado a hacerle sombra.
En ese sentido, aparece como fundamental el plan de renovación de infraestructuras turísticas ya iniciado por Paulino Rivero en la anterior Legislatura, y que espera reforzar en esta, centrándolo no sólo en la oferta alojativa, sino también en la deportiva y de ocio en general, y con un importante mejoramiento del entorno en los principales núcleos turísticos. Otro aspecto fundamental en la potenciación de un modelo competitivo es la reducción de las tasas aeroportuarias, cuya consecución ha representado todo un éxito, y cuya anunciada prórroga por un año más es fundamental.
Paulino Rivero tiene en principio, pese a la mencionada crisis aún presente con fuerza, todo a su favor para que las esperanzas depositadas en esta Legislatura se hagan realidad, por los antecedentes de su anterior etapa de gobierno y por el sólido apoyo que ha conseguido para su nueva investidura, al haber logrado 36 votos a favor en el Parlamento regional.
En tanto, la decisión de los parlamentario de Nueva Canaria y del PIL de abstenerse en esa votación, en lugar de votar en contra –en lo que el PP se quedó solo-, es un claro mensaje de cara a la posibilidad de un entendimiento, sobre todo ante las próximas elecciones generales. La posible unificación de los partidos nacionalistas ante esta cita de 2012 es fundamental para poder asegurar una representación gravitante en el Parlamento español, con un mínimo de tres escaños, y la expectativa factible de llegar a alcanzar cuatro, dos por cada provincia.
Esa unidad de cara a los comicios nacionales aún está muy verde, entre otras cosas por los problemas entre Román Rodríguez y Coalición Canaria, pero la inequívoca señal en el pleno de investidura alienta los presagios positivos en tal sentido.
En cuanto al peso que tiene Lanzarote en el nuevo Ejecutivo autonómico, el nombramiento de Ines Rojas deja el nivel de representación en la primera línea del ejecutivo canario en buen lugar. Es verdad que Lanzarote luchó por una consejería inversora pero al final se ha compensado aumentado las áreas de Cultura y Deportes a la de Políticas Sociales y Viviendas que ya tenía la consejera lanzaroteña.
Así, es de esperar que con la solidez y decisión del Gobierno autonómico y la esperada estabilidad en las principales corporaciones locales, esta esperanza que plantea la nueva Legislatura se traduzca realmente en una realidad, para recuperar al menos parte del estado de bienestar perdido en estos últimos años de crisis global. El hecho de que Paulino Rivero se haya convertido el presidente de todos los canarios y que por primera vez un líder de CC tenga ascendencia en todas las organizaciones insulares de su formación habla también de esperanza para los próximos cuatro y decisivos años a los que se enfrenta Canarias.