EDITORIAL. Hoteles y rehabilitación turística, por el buen camino
Pese a que Canarias es relativamente joven como destino turístico consolidado, es evidente que necesita una pronta renovación y modernización de muchas de sus dotaciones e infraestructuras clave. Otros destinos más antiguos ya han emprendido en su momento esos procesos de renovación estructural, y ahora, tras el paso de las décadas, es necesario que el archipiélago concentre sus esfuerzos en ese sentido, para seguir siendo competitivo, y serlo aún más, frente a esos otros reclamos turísticos.
Algunas infraestructuras quedan desfasadas por el paso del tiempo, y otras –como las dotaciones hoteleras- se deterioran también por su propio uso. Las localidades pioneras en Lanzarote como reclamo turístico, Puerto del Carmen y Costa Teguise, son un claro ejemplo de esa necesidad de renovación y rehabilitación, para estar a la altura de los tiempos que corren y para poder seguir presentando una oferta de calidad.
Por eso son fundamentales todas las acciones encaminadas a tal fin, ante lo cual no debemos sino congratularnos por la decisión del Gobierno de Canarias, aprobada el pasado miércoles día 23 por el Parlamento, de prorrogar hasta mayo del año próximo el plazo permitido por la Ley de Medidas Urgentes para los proyectos de rehabilitación de la planta hotelera y otras dotaciones turísticas.
Así, el Ejecutivo ha dado un paso muy importante al presentar esta iniciativa en la que ha sido la última sesión del Parlamento de esta Legislatura, porque permitirá que importantes planes de rehabilitación y renovación integral como los Puerto del Carmen y Teguise, puedan realmente llevarse a cabo, ya que esos proyectos corrían serio riesgo de no poder desarrollarse de no haber sido por esta prórroga, el primero de ellos en muchos de sus aspectos y el segundo, en su totalidad. En igual situación se encuentran una media docena de planes similares en otras islas.
El espíritu con el que nació esa ley era lograr la necesaria renovación de muchos núcleos turísticos del archipiélago, y también atraer inversiones, algo que se vio prácticamente frenado por la irrupción con toda su fuerza de la crisis económica. Por eso es acertado apostar por extender los plazos, para permitir que, poco a poco si cabe, esos proyectos se vayan concretando.
Esta acción es fundamental para el desarrollo de Canarias y para uno de sus eslabones fundamentales, como lo es el sector alojativo, que podrá seguir con el proceso de renovación y ampliación en aquellos casos en los que sea necesario, gracias a esa prórroga de los plazos de la Ley de Medidas Urgentes. Esto, ante unos datos además que demuestran que mientras la ocupación en los hoteles de 4 y 5 estrellas aumentó en los últimos cuatro años un 30, 6 por ciento, en los establecimientos extrahoteleros bajó un 38,4 por ciento, lo que demuestra que la percepción global de los turistas sobre Canarias como destino está en cierta medida cambiando, porque ve a parte de su planta alojativa obsoleta, algo que no se da tanto en Lanzarote pero sí en otras islas.
Entender que la planta alojativa es una pieza clave del gran motor de la economía canaria que supone el turismo, no es una opción, sino una obligación de nuestros gobernantes, porque sólo así se podrá consolidar un cierto nivel de bienestar para sus habitantes, antes de entrar en una espiral descendente que podría ser sin retorno.
Las últimas cifras turísticas, y acciones como la mencionada prórroga en los plazos de la de la Ley de Medidas Urgentes, indican que de momento se va en el buen camino. Y ése es en el camino en el que se debe seguir andando.
En ese sentido, y ya centrándonos sólo en Lanzarote, el próximo lunes 28 puede ser un día decisivo para el inicio de la andadura de otro camino, en este caso ineludible, como lo es resolver el problema de los hoteles cuyas licencias han sido anuladas por la Justicia.
Ese día se presentará ante el Consejo de la Reserva de la Biosfera el dictamen de un prestigioso catedrático sobre esta problemática. Este dictamen plantea dos cuestiones fundamentales. Por un lado, echa por tierra cualquier intención de recurrir a una ley para resolver discrecionalmente la situación de algunos de esos hoteles, como pretendía el PSOE de Carlos Espino y Manuel Fajardo Palarea. Dice que sólo tratar de hacer una ley en tal sentido puede suponer un intento de fraude a las sentencias judiciales.
Por otra parte, el dictamen abre otras expectativas de cómo puede resolverse el tema, pero sólo en el ámbito de los Tribunales, los abogados y los técnicos, manteniendo lo más alejado posible el componente político.
Esos ámbitos ‘descontaminados’ de los intereses político-partidistas son por tanto los que deben encontrar una solución a este problema, estudiando caso por caso y midiendo con el mismo rasero, a diferencia de la discrecionalidad con la que pretendía actuar el anterior grupo de gobierno.
Pese a ese saludable pedido de ‘despolitización’, a nadie extrañará sin embargo que el PSOE siga haciendo de este tema no sólo su gran, sino su casi única bandera, más aún en esta nueva campaña electoral que ya casi está en marcha. Muchos advierten no obstante que ese discurso sí que necesita una renovación y rehabilitación, ya que está obsoleto, cada vez menos gente se lo cree y tiene muy poco calado en una sociedad que demanda soluciones a sus problemas reales, y no buscar otros problemas. Como dijo Indira Ghandi, no me hable de los dolores del parto, muéstreme el hijo.
Lancelot