Domingo, 14 Diciembre 2025
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Por Antonio Coll

 

 

Dicen que Zapatero se enteró por la prensa de la “crisis económica”, actitud que le arrastró a adelantar las elecciones,  para tener tiempo de acudir al oftalmólogo para que le revisara la “vista”, al comprobar que ya no veía los “brotes verdes”.  Al actual presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy, la última encuesta del CIS, organismo estatal, le ha hecho ver que la “crisis” ya no es sólo económica, sino política. El fenómeno sociológico Podemos ha sido el “ángel” llegado del “cielo” para imponer un nuevo escenario político,  en todo el Estado del  Reino de España. El insólito auge del partido “asambleario” de Pablo Iglesias, hace tiempo que se estaba produciendo y, ahora, ha sido necesario,  el sondeo oficial del CIS, para, no solo confirmar  dicho factor, sino para despertar a los partidos políticos mayoritarios que se han  repartido el poder,  en los últimos treinta años. Pero ese supuesto “despertar”, entrecomillas, que ahora quieren acelerar con ginseng y otros estimulantes,  en mi opinión, llega demasiado tarde, porque, ahora, con la credibilidad en suspenso o bajo cero,  todas las medidas que se lleven a cabo tendrán repercusión en los electores, si,    verdaderamente,  se materializan, con medidas estructurales, olvidándose de las reformas y ajustes que han golpeado a las clases medias, el epicentro para ganar unas elecciones. Se puede llevar a cabo todas las políticas,  en referencia al “voto del miedo”,  pero para los millones de desempleados y jóvenes universitarios que, no tienen nada que perder, resultará baladí el mensaje gubernativo. Con la irrupción de Podemos, se abre un escenario complicado para el bipartidismo –PP-PSOE-, partidos nacionalistas y sindicatos tradicionales. Es posible,  que en las próximas elecciones autonómicas y locales, en  Mayo/15, no se contabilice todo el potencial de los partidarios de Pablo Iglesias, porque aún no están lo suficientemente organizados para presentar listas,  en los miles de municipios y las 17 comunidades autonómicas. Su objetivo principal está en las elecciones generales del 2015, menos fragmentadas y más directa para convencer  a una buena parte de la  mayoría social desencantada frente a la mayoría política actual.

 

Oyendo y leyendo a muchos analistas y dirigentes políticos parece que  el Reino de España se acerca un gran “terremoto” por el aterrizaje en el mapa electoral de Podemos. Hablan de “hecatombe” económica;  de la supresión de las libertades democráticas; del control en los mass-media; del intervencionismo estatal  y del riesgo para  las inversiones internacionales y un largo más de retahílas que, ciertamente, es para asustarse o aterrorizarse si el “rebaño”,  de los potenciales electores,  decide que Podemos llegue a tocar poder. Yo desconozco, porque no soy adivino,  si el avance electoral de Podemos, en los últimos seis meses, seguirá la misma tónica, con el paso del tiempo, hasta la celebración de los comicios electorales y conquistar el poder. Lo que si tengo claro es que los mensajes para que el “voto del miedo” cale,  en un gran espectro de la sociedad española y canaria, pasan por la llegada de  un “Plan Marshall” o algo parecido. Porque la indignación y el hartazgo de una buena mayoría de la población, se ha venido elevando, con el paso del tiempo, sin que los partidos políticos y otras organizaciones del sistema actual, hayan actuado con cambios sustanciales para frenar o atenuar la avalancha populista que se encontraba montada en un “tren de alta velocidad”.  Ahora, después de los distintos sondeos realizados y, sobre todo, el del CIS, empiezan a entender lo que está sucediendo. A Podemos se le puede achacar de ser  un partido leninista, antidemocrático y que emplea recetas antiguas en su discurso, enmascaradas en un nuevo marketing, pero la cruda realidad para los atemorizados es que, cada día que pasa, conquistan más votos potenciales para su formación. Naturalmente, el escenario que se vive, en todo el territorio español y ultraperiférico, le es propicio para atraer a más electores y “prometer” una nueva era y un “nuevo” orden” para los más desfavorecidos o indignados.

 

Yo no sé si los “brotes verdes”,  que anuncia el gobierno español, en referencia a la recuperación económica serán suficientes. Ya se sabe que,  en tiempos electorales,  se realizan muchas promesas. Rajoy ha declarado que el dinero “está mejor en los bolsillos de los contribuyentes”. Veremos, pronto,  si se refería a “bolsillos descosidos”…En Lanzarote, el paro descendió en 10 personas el mes de octubre. A este ritmo,  a los más jóvenes les saldrán canas, antes de encontrar un puesto de trabajo.

 

Es cierto que la recuperación económica, después de más de cuatro años de esfuerzos, “ordeñando” a las clases medias y bajas de la sociedad, está dando algo de fruto. El problema es que aún los contribuyentes, en general, no lo perciben. Y  los mensajes de Podemos inundan las potentes redes de Internet, con cada caso de “prácticas irregulares” o corrupción política que salta a la palestra. Si a la recesión económica,  le añadimos la “crisis” política y moral, el terreno está abonado para los seguidores de Pablo Iglesias. Desmantelar el discurso populista, ahora, es una ardua empresa. Solo acelerando los cambios y ofreciendo credibilidad, la clase política actual podrá “respirar”  para alejar la “plaga populista” de Podemos que, curiosamente, ellos mismos han creado. 

 

Y Podemos,  viene para quedarse. Con el “asalto” al poder o en la oposición. En este último caso, el Congreso de los Diputados, se convertiría en una sala de cine, con sesión continuada…Y gratis.


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