En memoria de Juan José Santana de León

Fundación Clavijo y Fajardo
Con enorme tristeza compartimos la noticia del fallecimiento, en la madrugada de hoy, de nuestro querido amigo Juan José Santana de León, a los 81 años de edad. Su partida deja un profundo vacío en quienes tuvimos el privilegio de conocerle, quererle y aprender de su ejemplo.
Juan José dedicó su vida, de principio a fin, al servicio de los demás, siempre guiado por la vocación, el compromiso y el amor a su tierra. Su primer camino lo trazó en el ámbito educativo, donde ejerció como maestro de escuela y posteriormente como director durante toda su carrera profesional. Generaciones de jóvenes lanzaroteños encontraron en él no solo a un profesor exigente y preparado, sino también a un educador cercano, humano y preocupado por el futuro de cada uno de sus alumnos. La enseñanza fue para él una forma de entrega personal y un ejercicio constante de responsabilidad social.
Su vocación pública le llevó también al compromiso político. Fue Alcalde de su pueblo natal, Haría, desde donde trabajó incansablemente por mejorar la vida de sus vecinos, siempre con la cercanía y la sencillez que le caracterizaban. Más tarde desempeñó cargos de mayor responsabilidad, como Consejero del Cabildo de Lanzarote, Presidente de Coalición Canaria en la isla y, con el tiempo, Presidente de Honor de la formación política en Lanzarote. En cada una de esas funciones, dejó constancia de su capacidad de diálogo, su firmeza en la defensa de los intereses de la isla y su sentido del deber.
En las últimas dos décadas encontró en la agricultura, y en especial en la viticultura, una pasión renovada. Cultivó la viña con el mismo esmero con el que cultivaba la amistad, elaborando vinos caseros con variedades autóctonas que mantenían vivo el legado agrícola de Lanzarote. Su labor en este campo no fue solo personal, sino también comunitaria, pues durante más de veinte años ejerció como Presidente de la Asociación de Amigos del Vino y Queso de Lanzarote. Bajo su dirección, la asociación desarrolló una actividad incesante: cursos de poda, talleres de elaboración de vino, catas de queso y vino, y múltiples actos culturales que reforzaron el vínculo entre tradición, gastronomía y comunidad.
Su incansable compromiso con la cultura se extendió a través de la Fundación Canaria José Clavijo y Fajardo, que presidió con entrega y visión. Desde allí organizó seis conferencias anuales, impartidas por profesores de las dos universidades canarias, ofreciendo a Lanzarote un espacio de pensamiento, debate y enriquecimiento cultural que ha dejado una huella profunda en la sociedad insular.
Pero, por encima de todos sus cargos y responsabilidades, Juan José fue un hombre entrañable, generoso y leal. Quienes compartimos con él amistad sabemos que siempre estaba dispuesto a tender una mano, a escuchar con paciencia o a regalar una sonrisa sincera. Supo unir a las personas, fomentar la convivencia y sembrar respeto y afecto allá donde iba.
Hoy lo despedimos con el corazón encogido, pero también con un inmenso agradecimiento por su vida fecunda, por su ejemplo de entrega a la enseñanza, a la política, a la agricultura, a la cultura y, sobre todo, a la amistad.
Descansa en paz, querido Juan José. Tu memoria seguirá iluminando nuestro camino y tu legado permanecerá vivo en Lanzarote y en todos los que tuvimos la fortuna de conocerte.