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"En verano recuperaremos la ocupación en viviendas de alquiler con turistas nacionales"

Guillermo Taviel de Andrade, empresario del sector turístico

 

El sector turístico de Canarias ha calculado que la crisis sanitaria por el coronavirus supondrá unas pérdidas de 4.200 millones de euros. Este es un sector que emplea a más de 100.000 personas, según datos de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE). El varapalo económico que han sufrido las grandes cadenas hoteleras es aún más palpable incluso para las familias que invirtieron en alquiler vacacional en las islas. El sector del alquiler de casas está dominado en gran medida por pequeños inversores que no tienen los recursos suficientes para esquivar el mazazo del cierre del turismo internacional.

 

Más aún. De este tipo de turismo no solo viven quienes poseen una casa en alquiler. También, de forma indirecta, los bares, restaurantes, empresas de alquiler de coches, taxis, lavanderías o comercios que surten a los turistas que eligen esta forma de viajar. El ecosistema económico que vive gracias al alquiler temporal de viviendas sufre -y sufrirá- las consecuencias del cerrojazo a la actividad, según explican fuentes del sector. Si se para el motor del alquiler vacacional, la maquinaria del comercio local se detiene también, razonan.


Guillermo Taviel de Andrade, director de Gestión canaria del alquiler vacacional (GESCAV), empresa dedicada a la gestión de inmuebles de carácter vacacional en Lanzarote y referente en el sector señala que cuando se empezaron a producir cancelaciones de vuelos tras el decreto del estado de alarma para intentar frenar el avance del virus, fueron varios los empresarios que ofrecieron sus viviendas al Cabildo insular de Lanzarote para que pudieran alojar a los turistas que se quedaban en tierra. «El sector quiso echar un cable en esa situación», explica Taviel de Andrade, porque «sabemos que del bienestar del turista depende que vuelva. Y, cuando todo esto acabe, querremos que vuelvan».


El gerente de GESCAV reconoce que el sector ha sufrido «un importante varapalo» con las medidas que han parado el turismo en Canarias para parar la pandemia vírica. Pero se muestra optimista: «Dentro de lo malo, al menos la crisis está ocurriendo en los meses que menos ocupación hay en Lanzarote».

 

Taviel de Andrade, además, explica que la demanda que han perdido en este mes de marzo y abril esperan recuperarla «no toda pero sí gran parte» en verano, manifiesta. «El turismo internacional puede que tarde más en volver, pero el nacional está ahí y puede llenar las viviendas de alquiler», sostiene el empresario.


¿Y mientras llega el verano? «Ahora es un tiempo de oportunidades. Podemos emplear estos meses en pensar y diseñar estrategias comerciales, hacer reparaciones y mejoras en las viviendas y trabajar para ofrecer un servicio de mayor calidad. Volveremos reforzados», defiende.

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