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Las pateras no tendrán culpa de que no haya controles en los aeropuertos

Carlos de Jurado, periodista

 

El goteo de pateras a las costas canarias parece no tener fin. En Lanzarote, en las últimas dos semanas han tomado tierra tres embarcaciones ilegales procedentes de África: la primera, el pasado 30 de junio por el Charco del Palo; la segunda, rescatada a cinco millas de Arrecife el miércoles 8 de julio; y la última, este sábado 11 de julio, encontrada en la playa de Las Cocinitas. En total, han llegado unos 70 inmigrantes, de los cuales cinco dieron positivo en coronavirus. En el resto del Archipiélago, la situación es igualmente dramática. Han bastado seis meses para superar en Canarias los datos de inmigración irregular de todo el año pasado.

 

En paralelo a la llegada de extranjeros indocumentados, Lanzarote –como España– ha ido retomando el turismo nacional e internacional, porque en nuestra Comunidad, por encima de todo, comemos de los que nos visitan. De este modo, (aún pocos) miles de personas aterrizan a diario en el César Manrique. Lo sensato, después de todo lo que hemos sufrido a raíz de la aparición de la Covid-19, sería establecer un estricto control sobre quién entra, más que nada para que no vuelva a agravarse, al menos no con tanta ferocidad, la situación que nos ha tocado vivir y que sigue sacudiendo el planeta.

 

Este que escribe no se caracteriza precisamente por sus conocimientos de epidemiología, pero humildemente considero que todavía conservo algo de sentido común. Alguien ha debido olvidar que, en España, según los datos oficiales, ha habido más de 254.000 contagios y 28.000 fallecidos. Sin embargo, en la línea que siguen otros vecinos europeos, nuestros políticos, sus bien remunerados asesores, y otras autoridades competentes en la materia han optado por reducir los controles en los aeropuertos al mínimo. Son casi inexistentes. Esto es, en el mejor de los casos, realizar una toma de temperatura a la llegada de los viajeros. Es escandaloso.

 

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, aseveró este jueves en rueda de prensa que “más del 60% del total de nuevos casos diagnosticados en España por coronavirus son asintomáticos”, además de señalar que en las zonas de brotes “casi el 70% de los positivos detectados” no presenta síntomas. ¿Sirve de algo tomar la temperatura si 6 o 7 de cada 10 personas portadoras del virus no tiene sintomatología? Sin duda es mejor que no hacer nada, pero, desde luego, es insuficiente. Sobre todo, porque ni siquiera se aplica en todos los aeropuertos. Viajé a Sevilla el fin de semana pasado y no observé ninguna medida de prevención más allá de la obligatoriedad de llevar puesta la mascarilla.

 

Mientras, en Lanzarote, destino turístico por excelencia, estamos más alarmados por la llegada de pateras, que, por supuesto es un asunto de extrema importancia, que por los miles de viajeros que aterrizan todos los días pasando unos controles sanitarios insignificantes. Unos no tienen papeles, otros sí. Y esto parece dar licencia a algunos para entonar el racista y poco inteligente “moros de m…” y otras lindezas. No concibo reducir la posibilidad de un rebrote a la afirmación de “la culpa es de las pateras, que vienen contagiados”. No es así. La responsabilidad, en todo caso, sería de aquellos que permiten que, en pleno 2020, las mafias sigan operando y poniendo vidas en peligro. Y estos últimos visten de traje y corbata. Incluso, algunos lucen números romanos en el apellido. En definitiva, no seré yo quien culpe a las víctimas.

 

Pregunto, ¿no es más probable que entren más contagiados por el aeropuerto que en una patera? Es estadística. Ponemos el grito en el cielo porque en Lanzarote, recientemente, ha habido cinco positivos de coronavirus entre los ocupantes de una embarcación irregular, todos asintomáticos. Pero, ¿qué pasaría si, como a los inmigrantes ilegales, se les realizara una prueba de detección de la Covid-19 a todas las personas que llegan por aire a nuestra isla? Sí, sería una película de terror.

 

Este viernes, sin ir más lejos, se ha registrado en Lanzarote un nuevo positivo de coronavirus en un varón que ha llegado a la isla procedente de México, uno de los países más azotados por la enfermedad en la actualidad, con cifras de contagios y fallecidos diarios que hacen temblar. ¿Le hicieron alguna prueba? Parece ser que, como mucho, el mencionado casi irrelevante control de temperatura. Tuvo que empezar a sentir malestar para acudir a Urgencias; luego le realizaron la PCR. ¿Terrible, verdad? Pero, “son los inmigrantes en patera los que vienen contagiados”. En fin, esperemos que el segundo golpe no sea más fuerte que el primero.

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