Límites de ver
Andrea Bernal
Fontenelle escribió una pequeña obra llamada “Entretiens sur la pluralité des mondes” o “Conversación sobre la pluralidad de mundos”. El libro, de absoluta belleza, ya narra en plena Ilustración la posibilidad de vida extraterrestre y reflexiona sobre el sistema heliocéntrico.
La filosofía siempre trata de ir más lejos. Eso la convierte en biológica, en humana. ¿Quién sino el hombre se plantea un trascendental continuo? ¿Quién es capaz de mirar más allá?
Siempre se trata de ver, de ver y ver más lejos.
Debemos quedarnos mirando como el Roque de La Palma más allá de nosotros mismos y de nuestros espacios circundantes.
Nuestra visión está acostumbrada a la cercanía de las pantallas. Una cercanía constante, ruidosa, rápida y fugitiva, intensa, provocadora.
Nuestra vida, como vida sabe que pende de un más allá. Nuestra vida pende del desconocimiento, del enigma. Ese que se encuentra detrás de las galaxias. Un origen ordenado y desordenado a su vez.
Las estrellas, esos puntos de luz que provienen de una nebulosa de gaseosa, nos saben ver. Sí, ellas a nosotros. Tal vez nosotros no lo hemos conseguido aún a pesar de la construcción de nuestros gigantescos telescopios. Las estrellas nos recuerdan que nuestra visión es limitada.
La visión interpreta el entorno. Tenemos una capacidad sensorial que se deshace en nuestras pantallas. ¿Quién sabe ver más allá?.
Susan Sontag dijo una vez “Todo existe para acabar en una fotografía”.
Mas no olviden que la fotografía la realizan ustedes. La fotografía siempre quedará borrosa en el firmamento, allí donde las preguntas acaban o el momento más veraz de nuestra vida.
