OPINIÓN. Más frenos y trabas para Arrecife
DESDE MI ISLA ALTÁNTICA. Por Antonio Coll
Después de una larga etapa para definir la marina de Arrecife y, sobre todo, la zona de Puerto Naos, la última decisión de la Autoridad Portuaria de Las Palmas de paralizar el concurso público para la adjudicación de un puerto deportivo en la bahía de Naos, ha dejado a más de uno estupefacto. La suspensión total o parcial de Puertos, al parecer, tiene su origen en una sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias anulando la aprobación del famoso y controvertido Plan Especial del Puerto de Arrecife –PEPA- por carecer de un informe de impacto medioambiental, ante el recurso presentado por Alternativa Ciudadana. No obstante el grupo de gobierno de Arrecife ha recurrido en casación ante el Tribunal Supremo la reciente sentencia que anula el PEPA. El argumento que en su día presentó el Ayuntamiento y Puertos para eludir la evaluación ambiental fue que el “proceso duraría unos quince meses y ello provocaría la congelación de inversiones y la ejecución de todos los proyectos contemplados en el Plan Especial”. Un lío jurídico que no sé porque siempre afecta a Lanzarote y no a otras islas o resto de España.
Según las noticias que poseo, la intención de la Autoridad Portuaria es convocar un nuevo concurso público, pero solo contemplando los usos que figuren en el Plan de Utilización del Puerto de Arrecife, por lo que no se podrá realizar infraestructuras de ocio y centros comerciales.
Ciertamente la situación es insostenible y, según fuentes que manejo desde algunas empresas concursantes, expresan su malestar, alegando que no hay motivos para la suspensión del concurso del puerto deportivo, al entender que las bases del mismo son correctas. El desamparo es total y la incertidumbre que envuelve estos “líos jurídicos” enciende todas las alarmas, en cuanto, de nuevo aparece el maleficio para la ciudad de Arrecife que desde hace más de 20 años nada o poco se ha hecho.
El propio Alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, ha declarado que el “puerto deportivo” es un proyecto estrella que puede transformar a la ciudad y el gran puerto náutico ser un referente mundial para el arribo de yates de toda clases. Con esta obra, habría que sumar el proyecto pendiente en el Islote del Francés que, según una encuesta pública, lo aprueban más del 80% de la población arrecifeña.
Al final si la estupidez, incoherencia y los “genios” maléficos nos siguen acosando y deambulando a sus anchas por la ciudad de Arrecife, habrá que resignarse a vivir, permanentemente, en un estado de encrucijada total. Porque jamás he visto en mi vida que a una ciudad le pongan tanto frenos y tantas trabas para su desarrollo legítimo. En Puerto del Rosario, sirva de ejemplo, solo están pendiente de la adjudicación de las empresas que se presentaron al concurso público del puerto náutico-deportivo. En Fuerteventura no se ha detectado ninguna clase de infracción u omisión –que yo sepa- y cumplen a rajatabla las diversas legislaciones medioambientales y de planeamientos; circunstancia que me alegro. En Lanzarote, visto y no visto, ¿rigen leyes de otro planeta? Me pregunto, porque de lo contrario ¡ustedes me dirán!
La historia reciente de Lanzarote está llena de absurdos y calamidades. Invertir en la isla empieza a ser ya un enorme ejercicio de angustia y agonía. Aquí en Lanzarote se le dice al promotor: “levántate, toma tu dinero y vete a tu casa”. “Aquí vivimos del cuento”. No expongo ningún chiste. Es la pura realidad.
A lo mejor en la isla habría que proyectar un tren de alta velocidad. Quien sabe, a lo mejor le conceden todos los informes medioambientales para que salgamos más rápido de Lanzarote.
¡Pido clemencia para esta isla atlántica! Aunque no sé los delitos cometidos.