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Nuevos tiempos mismo objetivo

Yoné Caraballo, presidente insular de NC-BC y diputado por las islas de Lanzarote y La Graciosa

 

 

Hace apenas tres años que me incorporé a la organización que hoy tengo el honor de presidir. En aquella ocasión era un enfermero y sindicalista que no ambicionaba puestos de ningún tipo. Mi única ambición, y la que me sigue motivando cada día, es la de mejorar la sanidad de Lanzarote y La Graciosa y los servicios públicos esenciales.

 

Mirando con perspectiva sería poco sincero decir que no he cambiado. Son tres años en política que si bien es poco tiempo comparado con la media de años que la mayoría de los políticos le dedican a esta actividad, sí puedo decir que me han servido para ratificar mi compromiso con que la política es el mejor mecanismo para gestionar los conflictos sociales y la mejor y más rápida forma de influir en la toma de decisiones. Ahora sí lo puedo afirmar en primera persona.

 

Con los valores y principios del primer día asumo la responsabilidad de dirigir y planificar una organización insular como Nueva Canarias-Bloque Canarista en Lanzarote y La Graciosa que ha demostrado que, a pesar de los obstáculos, de las zancadillas, de la invisibilización mediática y las mentiras, está y seguirá más viva que nunca como cuarta fuerza política en Canarias y Lanzarote.

 

Comenzamos esta nueva etapa con una ejecutiva insular renovada y amplia. 18 mujeres y hombres que se encargarán de proyectar las ideas que defendemos, de proponer alternativas a las cada vez más irracionales políticas conservadoras y a trabajar por la construcción de una isla-hogar. Esa es precisamente nuestra fuente de inspiración, imaginar la isla que todos anhelamos, más amable, más verde, más sostenible y con más oportunidades económicas y culturales. Una isla que sea el hogar donde te sientes feliz.

 

Nueva Canarias-Bloque Canarista en Lanzarote y La Graciosa seguirá con un estilo caracterizado por el desbordamiento programático, la innovación en los temas sociales y el sosiego. No nos van a encontrar montando espectáculos de crispación política. No van a ver a ningún responsable canarista faltar el respeto a nadie ni buscando “alboroto”. Ahí no nos van a encontrar y eso es lo primero que he mandatado a la nueva dirección insular.

 

Para construir esa isla-hogar debemos de cuidar las formas y las actitudes políticas tanto dentro de la organización como fuera. Lanzarote es una isla donde su ecosistema político está viciado. Hacer política es en ocasiones una actividad de alto riesgo que aleja a la gente de los asuntos públicos. Es por ello que tiene mucho mérito lo que NC-BC ha conseguido en apenas unos pocos años, levantando una organización de abajo hacia arriba con nuevos militantes y cargos públicos que han dado un paso al frente incluso arriesgando sus propias vidas personales. 

 

Marcos Lemes, Daisy Villalba, Pablo Yebra, Arminda Barreto o Fernando Jiménez entre tantos otros que no puedo citar por falta de espacio, no han tenido padrinos. No han salido de las cúpulas de un partido grande con poder y dinero. Se han forjado como se forjan los activistas y los militantes, desde el compromiso y el altruismo. En muchas ocasiones renunciando a pasar tiempo familiar y combinando la política con la actividad laboral. Salir de sus trabajos para ir corriendo a las pocas tertulias radiofónicas que aún siguen siendo plurales y cuentan con nosotros. O dejando a sus hijos con los abuelos para reunirse con una asociación o colectivo.

 

Porque, sintiéndolo mucho, no me fío de aquellos que no han pasado por el activismo. Que no se han bregado contra el poder. Que no han alzado la voz. O no se han involucrado en la acción social antes de ser cargos públicos.

 

Y esto es precisamente lo que tiene NC-BC, el compromiso social y colectivo. Somos defensores de la idea de que los males que nos suceden tienen respuestas públicas. Que somos más fuertes en la esfera de lo colectivo que en la individual. Mas aún en un entorno insular donde los beneficios y las carencias prácticamente nos afectan a todos por igual, aunque la brecha social cada vez es más acuciante.

 

En definitiva, NC-BC se adentra en una nueva configuración orgánica que empezará a dar sus frutos en breves semanas con la puesta en marcha del Comité Local de Arrecife. Uno de mis objetivos como presidente insular es implementar un proyecto sólido y duradero en la capital que ofrezca una nueva forma de hacer política y genere propuestas para mejorar Arrecife, necesitada de una verdadera política y, lo más importante, de una verdadera renovación de liderazgos. Estoy seguro que daremos con las personas que lideren ese proyecto y hagan reencontrar al arrecifeño con su identidad porteña.

 

Sin más, invito a toda la población lanzaroteña y graciosera a conocer NC-BC, sus ideas y propuestas. Muchos me conocerán por el “enfermero del helicóptero”, el de la salud mental o el que no para de decir que “el tiempo es vida”. Espero que a partir de ahora también me reconozcan por el de NC-BC, la organización que imaginó una isla-hogar y la consiguió implementar.

 

 

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