OPINIÓN. 48 Aeropuertos, sólo 10 con beneficios
DESDE MI ISLA ATLÁNTICA. Por Antonio Coll
En el Reino de España existen 48 aeropuertos que se dice pronto. Las previsiones de AENA para el ejercicio a punto de finalizar, sólo 10 aeródromos cerrarán el mismo con resultados positivos, entre ellos, tres canarios: Gran Canaria (16,4 millones), Tenerife Sur (11,2 millones) y Lanzarote (5,1 millones). Los restantes aeropuertos canarios, Tenerife Norte, La Palma, La Gomera, Fuerteventura y El Hierro, terminaran el año con números rojos: -26.97 millones de euros. Expongo estos datos para comprobar que el aeropuerto de Guacimeta, a pesar de los beneficios, AENA aún no ha despejado la duda sobre la ampliación de la pista que perjudica enormemente los intereses económicos lanzaroteños ya que las actuales infraestructuras están limitadas, no sólo cuando hay tiempos del sur sino que determinadas aeronaves deben de repostar al completo sus depósitos en otros aeropuertos canarios cuando se trata de trayectos con más de cuatros horas de vuelos. Creo que han pasado más de 10 años desde el inicio de una reivindicación legítima que tanto las autoridades insulares como federaciones empresariales, Cámara de Comercio, Felapyme, Asolan, Aetur, han solicitado una y otra vez, pero sin resultado positivo. Además de las pérdidas económicas que ello conlleva, la imagen de Lanzarote queda entredicha, por las incomodidades que se ofrece, sobre todo a los turistas que cada año nos visitan. Lanzarote no tiene culpa de las pérdidas millonarias del organismo público AENA ni de su mala gestión en los últimos años, además del conflicto de los controladores al que no se ha encontrado soluciones y el mismo conflicto se ha prolongado por más de un año. En otra entrega dejé claro que aplaudía las medidas del Gobierno Español cuando tomó la decisión de militarizar el control del tráfico aéreo por el daño que estaba causando a Canarias y al sector turístico, al depender esta comunidad de forma prioritaria del transporte aéreo. Yo como todos los canarios esperamos que esta conflictividad se resuelva y más ahora cuando Canarias se ha convertido en el mayor receptor de turismo extranjero en España, superando incluso a Cataluña el pasado mes de noviembre.
AENA debe de despejar la incógnita en la que se encuentra el proyecto de la ampliación de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Lanzarote, independientemente de la larga lista de problemas que arrastra hace tiempo y su política de privatización.
Lanzarote no es culpable de las pérdidas millonarias, deudas descabelladas e inversiones innecesarias para la construcción de aeropuertos inútiles en muchas zonas de España. Incluso, la isla puede aportar más beneficios con unas infraestructuras capaces de operar todo el año para todo tipo de aeronaves.
El adiós a un impulsor de la industria pesquera
Fue Juan Betancort Borges el que impulsó la modernización de la pesca e industria conservera en Lanzarote, convirtiendo el Puerto de Naos-Arrecife como el más importante de España en la captura y transformación de sardinas. Un empresario y armador con las ideas claras, grandes iniciativas y negociador impecable en los acuerdos pesqueros con Marruecos, cuando España cedió al reino alauita la administración del Sáhara Occidental Español y su consecuencia de pasar el banco pesquero canario sahariano –uno de los mayores del mundo- a aguas jurisdiccionales del país vecino. La pesca y su industria, en aquella época era el sector económico más importante de Lanzarote, de la que vivían miles de familias lanzaroteñas y pequeños comercios y talleres. La torpe política exterior española, los conflictos suscitados a la hora de la renovación de los acuerdos con Marruecos, cuando España entra en la Unión Europea, propició un camino envenenado para los intereses lanzaroteños, a pesar de que Juan Betancort intentó, por todos los medios, crear sociedades mixtas canaria-marroquí, pero el destino estaba escrito porque España no pintaba nada, en aquellos tiempos, en la esfera internacional, por lo que la industria pesquera fue declinando a favor de otro sector efervescente, el turismo. Los empresarios y armadores se vieron en la incertidumbre de un futuro poco alentador y temieron seguir invirtiendo su dinero en una industria cuya materia prima “pertenecía” a un país extranjero, apoyado por Francia y EEUU.
Tuve una relación especial con Juan Betancort, como persona y empresario, sobre todo cuando en 1980, regreso definitivamente a Lanzarote de Barcelona, después de estudiar periodismo. En esos tiempos yo era todo “oídos” y en las primeras portadas de Lancelot ya se reflejaba el declive de un sector por culpa de unos gobernantes españoles debilitados, tras la muerte del General Franco, que nunca supieron defender los intereses integrales de los españoles y canarios. Pero esto es otra historia.
Un abrazo fuerte a mi hermana, a mis sobrinos y sobre todo, a Maricarmen, jefa de Publicidad y Marketing de esta casa. Juan se fue a unirse con su hijo y también periodista de Lancelot, Federico.