Domingo, 14 Diciembre 2025
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Desde mi isla Atlántica. Por Antonio Coll

Los innumerables casos de corrupción política, dejación de funciones y otras tropelías que vive y ha vivido la isla de Lanzarote, en similitud a todo el territorio estatal, en el llamado, por ahora, Reino de España, es desesperante y rompedor del estado anímico de la mayoría de la sociedad civil que percibe que ella es la que debe de “pagar los platos rotos” de los inmorales y “saqueadores” del dinero público, sin olvidarme de  las cajas y bancos, que ahora a través de nuestros impuestos hemos de pagar el latrocinio, cometido por altos directivos, los cuales la mayoría quedan inmune, porque el poder judicial aún no es lo suficiente independiente para poder actuar como exige las leyes. Ya se sabe que un Estado sin independencia del sistema judicial, es un país sospechoso y permisivo para que se cometa todo tipo de ‘corrupciones’.

Pero la reflexión en esta entrega no es entretenerme en las cuestiones citadas. Sino exponer que debido a las trabas y leyes, dictadas por el propio  poder legislativo  -políticos- conlleva a que los pobladores, sean empresarios, autónomos, emprendedores o cualquier ciudadanos de a pie,  a conseguir ‘favores’ para que le faciliten los trámites sea para construir, abrir un negocio o reformar una casa. Con tantas regulaciones, los propios políticos que son los que han creado las leyes, se aprovechan para ‘pedir’ las comisiones correspondientes, con el hándicap de que si no se accede a las “peticiones”, las obras, concesión de licencias u otro trámite burocrático,  se eternizan, en perjuicio de los propios peticionarios y, por añadidura, de la economía real.

Lo hemos vivido y lo estamos viviendo en la isla de Lanzarote. Por poner un ejemplo, el tema de parte de la planta hotelera del municipio de Yaiza, una de las mejores del Estado. ¿Cuántos años llevamos con pleitos judiciales, promovidos por algunos sectores? ¡Hasta el gato que vive en las Montañas del Fuego, con el vigilante de noche, ya está hasta la coronilla! Si no se reduce el poder político y no se ofrece más libertad a la sociedad civil, todo seguirá igual, por mucho que de forma coyuntural se diga que se va a imponer más controles.

En Lanzarote todo es ‘conjura’, batallas campales y despiadadas entre unos y otros, con fines destructivos y miserables. Desde hace años todo se ha ‘judicializado’ y ello ha conllevado que la inversión privada en obras sea exigua. No digamos nada de la inversión en obras públicas. En estos últimos cinco años, ha caído un 90%. Cifra escalofriante que expone claramente el descalabro del empleo y la mala situación que han quedado constructoras, promotores, profesionales de arquitectura, ingeniería,  delineantes, tasadores, notarios, ferreterías, y un largo etc.  Mientras esto ocurre, una minoría con cierta influencia en la sociedad, siguen con la “metriquilla” de que se derriben, por poner algunos ejemplos, el Parking Islas Canarias, determinados hoteles y otras obras de interés general para la Isla.

Nunca he comprendido esas estrambóticas y anacrónicas actitudes. Es decir abogan por la destrucción, estoy seguro que hasta con sadismo, sin importarle para nada los puestos de trabajos y los perjuicios empresariales y dinero público para indemnizar. Aparte de la aterradora imagen que se ofrecería al exterior, en detrimento de la buena imagen turística que goza la isla.

Precisamente, en este aspecto, ha saltado estos días una buena noticia de  la TUI Nordic, el mayor turoperador de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca. Según una encuesta en poder del  operador, los turistas de los citados países señalan a Lanzarote como el mejor destino de vacaciones, entre todas las islas canarias. La noticia que recoge La Provincia, se señala que la valoración positiva es sobre los vuelos, establecimientos turísticos y el servicio. Entre los hoteles de cinco estrellas, precisamente, se premia al Princesa Yaiza, hotel al que algunos lanzaroteños les gustaría verlo derribado. ¿Conjura de necios? o ¿intenciones malsanas? Sin comentarios. Apostar por Lanzarote, sí, pero sin empedrar más el camino. ¡Difícil coyuntura!

PD. Según recoge el ABC del martes día 12 de febrero, el Tribunal Supremo ha desestimado el recurso de reposición interpuesto por la Fundación César Manrique contra el auto de 5 de diciembre de 2012, por los permisos de investigación de hidrocarburos,  autorizados por el Ministerio de Industria y  Energía, a la petrolera Repsol, al este de las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Ya expuse mi opinión sobre las prospecciones petrolíferas en mi anterior entrega, así que, por ahora, termino, sin entrar en la legitimidad que tienen los entes públicos, privados o cualquier ciudadano de acudir a la Justicia para impedir las extracciones de hidrocarburos enfrente a nuestras costas. Los abogados y procuradores, en estos tiempos maltrechos, están que se suben por las paredes. Y no es para menos.


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