Domingo, 14 Diciembre 2025
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EL FORO DE LOS BALBOS. Por Mar Arias Couce

Estoy triste. La Real Academia de la Lengua ha propuesto la supresión de la “ch” y de la “ll”, que están consideradas como dígrafos, lo que supone que a partir de ahora nuestros diccionarios dejarán de incluir esas letras y si queremos buscar “chacho” o “llave”, lo tendremos que hacer en la c y en la l, respectivamente. Por si fuera poco en la madrugada del pasado domingo cambiamos la hora: los relojes se retrasaron 60 minutos completos y como consecuencia, oscurece apenas pasadas las seis de la tarde. El verano se fue y el invierno está a la vuelta de la esquina. Los bikinis dejaron paso a los jerseys en el armario, y las insolaciones cedieron el turno a los constipados de rigor. Todo cambia y a mí los cambios me desconciertan. No conseguí aprenderme el Padre nuestro cuando decidieron cambiarlo oficialmente, ¡y eso que estudié en un colegio de monjas! No hubo forma, cada vez que tenía que entonar la oración a mí me salía la de toda la vida y me quedaba enunciándola sola, por lo “bajini”. Más de una colleja me llevé por cabezota, pero, ¿qué quieren? Me pueden las tradiciones. Me pasé años llamando a un compañero de clase Pepe, y al final de la carrera, me confesó que no se llamaba así pero que le hacía gracia que todavía no me hubiera dado cuenta… Es cierto, soy despistada, pero si a un tío le llamas Pepe y te contesta… ¿por qué demonios vas a pensar que en realidad se llama Antonio? Pues lo seguí llamando Pepe porque, después de cinco años, no me salía otro nombre (además tenía una cara de José terrible). Mis hijos han salido mucho más permisivos. Al pequeño lo mismo le da comerse una fabada que un plato de macarrones, jugar como un poseso hasta caer reventado que dormir a pierna suelta en cualquier rincón y el mayor el otro día me soltó que “le tenía que acompañar yo al cole porque todos sus amigos llevaban “una” madre (se ve que daba igual qué madre) y él sólo llevaba un padre… y eso no podía ser”. Al chico (ya saben que si tienen que buscar chico en el diccionario lo deben hacer en la C) le daba igual una madre que otra. Ya ven todo cambia, como dice la canción, y la vida sigue igual. Nos cambiaron la peseta por el euro, pero lo que no transformaron (y mira tú, que eso no me hubiera importado en absoluto y creo que a nadie) fue la escasez de las nóminas y las constantes subidas del precio de la vida, así que seguimos pobres como las ratas, luchando por seguirle pagando al banco nuestras casas. Echaré de menos la CH y la LL con personalidad propia, como antes, pero siempre nos quedará “My fair Lady”, y lo de “La lluvia en Sevilla es pura maravilla”.


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