OPINIÓN | Desbordados
EL FORO DE LOS BALBOS. Por Mar Arias Couce
Nunca más cierto que en estos días aquello de que nunca llueve a gusto de todos. Y es que las tan necesarias lluvias, tan anheladas por los pocos agricultores que van quedando, cuando llegan como lo han hecho esta semana son más una calamidad que una bendición. Las imágenes que hemos podido ver estos días ponen los pelos de punta. Sobre todo porque son las mismas que se repiten año tras año cada vez que el agua cae del cielo con una cierta potencia. No podemos ser demagogos y cargar todas las tintas en la persona que ahora ocupa el cargo de alcalde. Esto viene de lejos, y todos los que han tenido en su mano la responsabilidad de arreglar este desaguisado (un arreglo que se paga con nuestros impuestos, no lo olvidemos) y no lo han hecho, tienen idéntica culpa.
Ahora se abrirá el tiempo de las promesas. Otra vez, como en los periodos electorales en que los candidatos nos prometen el oro y el moro. Todo se pintará bonito de cara al futuro, pero el futuro llegará y mucho me temo que seguiremos en las mismas. En estos días, las calles de la capital de la isla, una isla turística, se han llenado de aguas fecales. Las alcantarillas se han desbordado. El olor se ha hecho insoportable. Muchas familias se han tenido que marchar de sus viviendas porque éstas también han sido anegadas por el agua, por la podredumbre. Los bomberos se han convertido en los héroes de carne y hueso que han trabajado sin parar, día y noche, para sacar a la gente de todos los apuros imaginables. Tal es así que estos días hemos podido ver como uno de estos superhéroes anónimos sacaba a hombros a un señor que se había quedado atrapado bajo un puente en una auténtica laguna de agua de lluvia y desperdicios. Impresionante.
En cualquier caso, sigo sin comprender como es posible que en los casi quince años que llevo en esta isla, esta cuestión sigue sin solucionarse. Porque… llovió, es cierto, pero no más que en cualquier otra ciudad del resto del país en estas fechas, y en ninguna se forma la que se formó en Arrecife. No es un problema de la isla. No es un problema de sus vecinos. El problema está en que en los últimos treinta años en que el resto de las ciudades de España se ponían a punto, aquí no sé qué estarían haciendo los que nos gobernaban. Los deberes seguro que no. La gran suerte que tienen estos señores (todos ellos) es que los españoles tenemos un gran sentido del humor (y los conejeros, además, más paciencia de la que se merecen), así que a pesar del drama no faltaron en las redes sociales montajes en los que se podía ver al mismísimo monstruo del Lago Ness saliendo de un charco de agua de lluvia, y también a Willy (sí, sí, el que pedía en el cine que le liberaran, el mismo) dándose un bañito en nuestras aguas fecales desbordadas.