OPINIÓN. Discurso de investidura
ESCRITOS ECONÓMICOS. Por César Miralles (*)
Mariano Rajoy anunció en el debate de investidura las grandes líneas de su acción de gobierno diferenciando entre medidas urgentes de aplicación inmediata y reformas estructurales de efectos a medio y largo plazo. Se anuncia un recorte en el gasto público de alrededor de 16.500 millones a la par que un conjunto de rebajas e incentivos fiscales a familias y empresas.
En materia de impuestos, se generará renta disponible para aquellas familias que opten por la contratación de planes de pensiones y/o por la adquisición de una vivienda habitual. En el caso de empresas, se subvencionará el coste de la Seguridad Social por la contratación de jóvenes, se creará una RIC para el conjunto de España a través de una menor tributación de los beneficios empresariales no distribuidos y/o exenciones para beneficios reinvertidos en la modernización de activos fijos, se elevará el límite de cifra de negocios y de base imponible para que más empresas puedan acogerse al régimen especial de empresa de reducida dimensión o aplicar el tipo reducido del 25% en el impuesto sobre sociedades, y se modificará el régimen del IVA de manera que se tribute en el momento del pago efectivo y no del devengo de la transacción.
Las rebajas e incentivos fiscales anunciados son acertados en cuanto fomentan el ahorro e inversión, magnitudes económicas clave para incentivar la inversión, crecer económicamente, crear empleo y sanear los balances de las entidades tanto financieras como no financieras. Son apropiadas en la medida que se acompasan con un programa económico coherente basado en la austeridad y las reformas estructurales.
Lógicamente las grandes cifras están todavía por definir, probablemente hasta que tenga lugar el primer Consejo de Ministros. Haciendo algunas proyecciones bajo un escenario benigno, el déficit público podría estar alrededor del 7% del PIB, por tanto con un desfase de alrededor de 11.000 millones de euros, principalmente por un mínimo superávit de la Seguridad Social y un desfase en las Comunidades Autónomas. En consecuencia, ceteris paribus, el gasto tendrá que reducirse en aproximadamente 27.247 millones para cumplir con el objetivo de déficit público pactado con Europa del 4,5%.
Ahora queda por conocer el detalle de las medidas así como la evaluación de su impacto económico, tanto en el corto como en el largo plazo. Debería considerarse que el impacto sobre la inversión de todo incentivo fiscal a empresas o familias viene limitado por el elevado endeudamiento familiar y empresarial, la falta de crédito para acometer inversiones o la proliferación de pérdidas fruto de la atonía en el consumo.
En otras palabras, la política fiscal pierde fuerza y alcance en un clima de incertidumbre. Por ello, es de vital importancia generar confianza y reducir la incertidumbre mediante el cumplimiento holgado del déficit público, el control de la deuda, y la implementación de las reformas que eleven nuestro potencial de crecimiento, como son las anunciadas en el ámbito del sector público, laboral y sector financiero. Todo en un tiempo record para recuperar el tiempo perdido.
(*) Doctor en Economía por la Univerisidad de Frankfurt y ex director del Tesoro y Política Financiera del Gobierno de Canarias