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OPINIÓN. El levantamiento de Canarias

ME LO HA DICHO MI ABOGADO. Por José Ignacio Sánchez Rubio

, abogado y economista (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)

En unos meses, se cumplirán 74 años de un acontecimiento que, indudablemente, cambió el rumbo de nuestra querida España. Y ese acontecimiento se inició en Canarias; mas concretamente, en la isla chicharrera.
Me estoy refiriendo al levantamiento militar del General Francisco Franco, contra el régimen político imperante en aquel momento que, a la sazón, era el definido por el Frente Popular, una coalición de, prácticamente, todos los partidos de izquierda, capitaneados por el PSOE.
Sin pretender entrar en aquel acontecimiento que, como digo, marcó de manera determinante el futuro de nuestra querida España porque, a diferencia del denostado Presidente del Gobierno de España, yo no deseo que los españoles estemos enfrentados por ese acontecimiento pasado, que espero que no vuelva a suceder, quiero inducirles a otro levantamiento, desde Canarias.
Si me lo permiten Uds., este prologo lo traigo a colación porque espero y anhelo que, otra vez, mi querida Canarias, mi tierra de adopción desde hace mas de 30 años, vuelva a ser el origen de otra revuelta, pero no militar, sino económica y social. Y me explico.
Hace mas de 200 años, Adam Smith, el padre de la microeconomía, definió en su magistral obra “La riqueza de las naciones”, muchos aspectos de la economía humana y ahora yo, recordándolo, traigo a colación uno de ellos que considero el causante de buena parte de nuestras actuales penurias económicas. Me refiero al intercambio, vamos a la adquisición de bienes o servicios mediante el pago con otro bien o servicio.
Imaginemos, decía Adam Smith, al panadero. El panadero consume pan, y carne, y vino, y ropa y….. un largo etcétera de bienes y servicios que no fabrica él. Evidentemente el pan, que él fabrica, le cubre ampliamente sus necesidades de este rico alimento; pero ¿cómo adquiere la carne, y el vino, y la ropa …. y todo lo demás que necesita. Es claro, y así se le ocurre al más tonto, que yendo a la carnicería, o a la bodega, o al telar…. y cambiándole a sus titulares el pan que le sobra por aquellos otros productos que necesita. Hasta aquí todo normal pero, ¿qué pasa si aquellos proveedores ya tienen pan, o no les gusta, o hay otros panaderos que se le han anticipando realizando el trueque?.
Supongo que está claro, y así lo habrá deducido el paciente lector que haya llegado hasta esta línea, que aquel panadero se quedará sin comer carne, sin vino, sin vestido… y sin todo lo demás, condenado a subsistir con lo que sea capaz de fabricar. Pero es mas, si no puede adquirir el trigo que necesita para fabricar su pan, porque también el agricultor tiene ya pan, o no le gusta, este pobre panadero terminará feneciendo.

La letra de cambio y el pagaré
Y es por eso que nació el dinero como medio de intercambio. Primero fue el oro, luego la moneda y, finalmente, el papel moneda (los billetes).
Después de haber aparecido el papel moneda como medio de intercambio, allá por el siglo XVII, la verdadera revolución de la economía y la autentica explosión del crecimiento vino con el crédito, representado básicamente por dos instrumentos financieros: la letra de cambio y el pagaré.
Pues bien, desde hace mas de tres años, venimos padeciendo una crisis económica, no reconocida por el gobierno español hasta hace escasos meses, que viene arrastrando a la ruina, paulatinamente pero de manera inexorable, a unos y a otros.
Tengamos en cuenta que, mientras se está en el terreno de juego, bien o mal, uno se puede ir defendiendo; pero cuando le han expulsado del partido, poco o nada puede hacer. Eso sí, una de las cosas que puede hacer es lamentarse llorando por las esquinas, o apuntarse a manifestaciones que para nada sirven, si no es para que sus organizadores encuentren algún tipo de recompensa.
Pues bien, señores (y señoras y señoros, que es como hay que decirlo últimamente), NO SE PUEDE AGUANTAR MAS, ha llegado el momento en que hay que dejar de lado a los bancos y a las instituciones; a los primeros porque no se dedican a su fin primordial, que es el de prestarnos nuestro propio dinero, a un precio mas caro del que nos pagan por guardárnoslo, y a las segundas, porque sus dirigentes no se preocupan mas que de asegurarse su bienestar con nuestro dinero, y solo les importamos cuando necesitan nuestro voto.
Señores (y señoras y señoros), no nos queda otra salida que la revuelta, el levantamiento contra esta situación. Pero no con fusiles, como hizo Franco desde Tenerife en Julio de 1.936.
El levantamiento a que les convoco con esta soflama, es económico. En las próximas líneas, si ha seguido Ud. leyendo, les razonaré los motivos a que obedece y la forma de llevarlo a efecto.
Es evidente que el dinero es nuestro medio de intercambio, por excelencia, de bienes y servicios. Pero no tenemos dinero para adquirir lo que necesitamos, y no me refiero a artículos o servicios de lujo, de los que podemos prescindir, sino a muchos otros de primera necesidad.
Y ¿por qué?. Pues muy sencillo, porque el dinero ha desaparecido de la circulación. ¿Y dónde está?. ¿Qui le sait?, Who know?, Wer weiß?. Vamos que no sabemos si está en un paraíso fiscal suizo, francés, ingles o alemán pero, según parece, no está en los bancos españoles. Si lo estuviera, imagino que los bancos abrirían el grifo de los créditos, porque ese es su negocio. Y que nadie me diga que es que no hay dinero, porque el dinero que hay es el mismo, no se ha quemado, simplemente que no está donde debería estar.
Por eso, les invito a un breve paseo por las causas y motivos de la economía, como justificación de este levantamiento que les propongo.
Amigos lectores, como es bien sabido, los beneficios que una persona obtiene, no son sino la diferencia entre sus ingresos y sus costes o gastos. Entre lo que gana y lo que gasta, vamos.
Si uno gana menos de lo que gasta, es evidente que, como el gasto hay que pagarlo, los demás se encargarán de bajarnos de nuestra nube, porque no nos venderán, ya que no podemos pagar lo que demandamos. Recuerden aquel viejo proverbio “si saco y no pongo, pronto le veo el fondo”.
Lo primero y lo más elemental que a cualquier cristiano se le ocurre (y supongo que también a los que lo son), es que si gana menos de lo que gasta, lo que tiene que hacer es disminuir sus gastos por debajo de sus ingresos. Pero eso no es suficiente. Porque, ¿que sucederá cuando no tenga Ud. mas gastos de los que desprenderse?. Hay gastos de los que nadie puede prescindir, incluso aunque sea paupérrimo; la alimentación, el vestido y la vivienda, que son las tres necesidades primarias del ser humano, pueden llegar a niveles ínfimos, pero es preciso consumir algo de estos bienes, so pena de fenecer de hambre o de frío.
Si únicamente actuamos, en momentos como este en el que estamos sumidos, sobre ese componente de la ecuación elemental del beneficio, que es el gasto, llegará un momento en que no podamos reducir mas ¿y entonces qué?.
Amigos (y enemigos, que supongo que también los tengo), este es un problema de todos, que no tiene solución si esperamos a que aquella mano invisible, que Adam Smith decía que se encargaba de mover la economía, nos vaya a sacar del atolladero en que estamos metidos. En estas circunstancias, cuando miro a mi alrededor, solo veo congéneres que se asemejan a agricultores que miran al cielo para ver si va llover, como única forma de sacar adelante sus cultivos.
NO, esto lo tenemos que sacar adelante entre todos. Pero este entre todos no quiere decir que nos apuntemos a que nos saquen del pozo los demás. A lo único que podremos apuntarnos así, es a la luenga lista del paro.
Lo que yo les propongo y a lo que les incito es a que cada uno, desde el puesto o lugar que ocupe en la sociedad, se ponga en marcha moviendo, en la medida de sus posibilidades, el engranaje de la economía en que se encuentra situado. Ya se que esto solo parece teoría y que se asemeja mas a un mitin político, del que habitualmente salimos con la cabeza caliente y los pies fríos.
NO, como la economía la generan, inicialmente, las empresas que, utilizando los tres factores productivos: trabajo, tierra y capital, producen los bienes y servicios que adquirimos, generalmente con el producto de nuestro trabajo, es a ellos a los que me dirijo ahora. Mas adelante, tambien lo haré a los trabajadores por cuenta ajena y a las familias, como integrantes también del colectivo de factores económicos.
Miren Uds., mis amigos empresarios, Uds. están necesitados de prestamos bancarios (que se les niegan), para poder pagar los bienes y servicios intermedios de que se valen para producir los objetos o servicios que Uds. venden. Si su empresa es de comercio, el crédito que necesita lo utilizará para pagar a sus proveedores de mercancías y servicios.
Pero si no le dan créditos, tendrá Ud. que dejar de comprar todos esos productos intermedios, con lo que no tendrá nada para fabricar o vender. Así, sus ventas seguirán bajando y tampoco tendrá Ud. dinero para pagar a su personal, por lo que tendrá que despedir a sus empleados. Ud. cerrará su negocio. Pero no acaba aquí, habrá contribuido también, en lo que se refiere a esos empleados que ha despedido a que, como aquellos no dispondrán de dinero para consumir, bajará un poco mas en importe de los ingresos de otros empresarios que antes eran competidores suyos. Y así sucesivamente.
Y como quedándose parados, esperando a que esto se arregle solo, no vamos sino al abismo, cada uno de Uds., empresarios que han llegado leyendo hasta aquí, haga lo siguiente:

DÉ UD. CREDITO A SUS CLIENTES. Genere Ud. el crédito que los bancos no les dan a sus clientes. Convénzales de que compren o consuman hoy y que le paguen dentro de un año; sí, han leído bien, que paguen dentro de un año lo que hoy consumen o compran. Por esta facilidad, sus clientes han de estar dispuestos a pagar un interés del 8% anual. En cuanto a la forma de pago, pídanle un pagaré con vencimiento a 1 año, o varios fraccionados con vencimientos inferiores, en cuyo caso el interés será el proporcionalmente inferior. A diferencia de cuando Ud. rebaja sus precios de venta, para incentivar a su clientela, en cuyo caso lo único seguro es que Ud. disminuirá su margen comercial y, con ello, aumentará sus posibilidades de tener pérdidas, cuando sus clientes vean facilitado en medio de pago, se lanzarán a comprar y a consumir y Ud. podrá aumentar sus ventas, con el margen comercial adecuado.
Recuerde, como le decía más arriba, que su beneficio es la diferencia entre lo que vende y lo que gasta. Con esta medida, Ud aumentará sus ventas, sus ingresos, y con ello sus beneficios. En cualquier caso, si no le diera resultado y sus clientes siguen sin consumir, se quedaría Ud. exactamente igual que está ahora. Y esto no excluye el que Ud. disminuya también los gastos de su negocio que considere necesario. Pero, cuando disminuya sus gastos empresariales, tenga en cuenta que, a nivel macroeconómico, lo que para Ud. son gastos, para otro empresario son ingresos con lo que, si disminuye sus gastos, está contribuyendo a disminuir el Producto Interior Bruto (PIB), que no es otra cosa que la suma de los bienes y servicios que producimos entre todos.
Esta técnica de concesión de crédito a sus clientes, por su parte, ha de venir acompañada de que, para pagar sus compras y gastos (no de personal), debe Ud. conseguir otro tanto de sus proveedores o, alternativamente, del pago mediante el endoso de pagarés de los que a Ud. le den sus clientes.
Si esta medida la aplica uno solo de Ud., es posible que no obtenga los resultados previstos porque, sus proveedores, si no se acomoda Ud. a la forma de pago que ellos establezcan, simplemente dejarán de venderle, pero si todos Uds., o gran parte, se lanzan a seguir mi consejo, la práctica totalidad de proveedores de bienes y servicios tendrá que aceptarlo o, sencillamente, no venderán y tendrán que clausurar sus empresas.
Por otra parte, si el banco se lo acepta (cosa que dudo), siempre podrá Ud. negociar esos pagarés y convertirlos en dinero efectivo, aunque sea a costa de que el banco haga su negocio, restándole a Ud. el importe de su descuento, que precisamente en eso consiste el negocio bancario.
Además de todo lo anterior, el pagaré resulta ser uno de los medios de pago que, deviene ejecutivo directamente, sin pasar por un largo proceso judicial de reclamación de deuda. Si al vencimiento de uno de esos pagarés, el librador no lo pagara, vaya a su abogado y, en un brevísimo plazo de tiempo podrá embargar los bienes del obligado al pago y de todos los endosantes intermedios, si fuera el caso.
Yo ya he empezado dando ejemplo y, en mi despacho, siempre encontrará una solución a su problema, aunque no tenga dinero para pagar ahora. Podrá Ud. pagar los honorarios de los profesionales que intervengan, hasta con un año de plazo; eso sí, con un incremento del 8 por ciento en concepto de intereses.
Y en cuanto a su personal, como no todas sus ventas van a ser a crédito, tendrá Ud. que realizar ventas en efectivo en cuantía suficiente para cubrir los pagos a su personal, dada la naturaleza de sus créditos.
En cualquier caso, para llevar a cabo esta aventura, requerirá Ud. de tres elementos adicionales: Que le acompañe la salud, que no le invada el desánimo y que tenga Ud. un hombro válido en el que apoyarse. En cuanto a los dos primeros solamente puedo desearle suerte, para el tercero, cuéntele Ud. sus problemas a su abogado y búsquese también un buen economista, estamos para eso.

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