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OPINIÓN. El PSOE perderá Tías (y Tíos)

SI LE DIGO LE ENGAÑO. Por Miguel Ángel de León

En plena rampa de lanzamiento electoral, los distintos y distantes (ya será menos) partidos/rajados con implantación en Lanzarote ultiman (el verbo ultimar también es sinónimo de matar) la designación de sus principales candidatos al Parlamiento regional, al caótico Cabildo y a los excesivos siete ayuntamientos de esta pobre islita rica sin gobierno conocido de cara a la inminente mascarada dizque democrática (y yo soy astronauta en mi tiempo libre). En efecto, ya hay varios candidatos confirmados, aunque no hayan hecho ni la Primera Comunión.
El PSOE, que está en las últimas, ha sido el primero en presentar a sus seguros perdedores en el Cabildo y en el Ayuntamiento de la caos-pital conejera. Al contrario de lo que sucede generalmente con sus secretarios generales, el que todavía ejerce aquí de tal no liderará lista alguna. Si las encuestas no mienten, este Carlos Espino reconvertido en guerracivilista Atila (rey de los hunos pero no de los otros, que allá por donde pasó y pisó no volvió a crecer la hierba “más nunca”) no suma votos en ningún lado y los resta en todos. Y además es un lastre de antemano de cara a futuros pactos electorales con cualquier otro partido, pues todos lo tienen en el punto de mira y lo tachan de personaje poco fiable a la hora de negociar… a no ser que se presente a la negociación desnudo y permita que incluso así revisen zonas susceptibles de poder esconder micrófonos merecedores de tal nombre. Se siente. El que siembra grabaciones…
El PP, que no nota el efecto Rajoy pero sí se beneficiará del defecto Zapatero (¡zape!), lo fía casi todo en Lanzarote a la imagen de su presidenta insular, que ya le ganó por primera vez unas elecciones al PSOE conejero en las pasadas y pesadas europeas y que está escrito que le arrebatará al socialismo su histórico bastón/bastión de Tías (y Tíos), después de décadas de poder entre Florencio y José Juan, tanto monta, monta tanto. Otro hito para la histeria psoecialista insular.
Coalición Canaria, aunque no lo haya hecho público hasta la hora de redactar estas líneas, colocará como primer candidato al Cabildo al mismo presidente por accidente actual al que cogieron al vuelo cuando salió a escape Manuel Fajardo (Feo, por supuesto). La posible lucha con su compañera y sin embargo rival a esa poltrona cabildicia, Inés Rojas, se quedará en nada ante lo que aconsejan las encuestas. Torres más altas han caído, y Torres Stinga se quedará con las ganas de seguir malmetiendo por ese lado. Siempre le quedarán los Centros para centrarse en el canibalismo intramuros de CC.
El PIL, con el que casi nunca atinan las encuestas (sobre todo las realizadas fuera de Lanzarote, desconocedoras del alma isleña), está lanzando la caña casi más lejos que ningún otro partido. ¿Picarán los seducidos por el goloso cebo electoral? Si le digo le engaño, pero los casos de corrupción y el relajo en la confección de listas como la anterior de Arrecife obliga a cualquiera a pensárselo más de dos veces.
En el resto de los partidos permanecen todavía a otra cosa, ajenos de momento a esa alocada carrera electoral que las cuatro principales fuerzas políticas ya han iniciado. Están naciendo nuevas siglas y están a punto de morir otras. Es ley de vida. La ley de la selva.
Líbreme el Cielo, en cualquier caso, de ponerme a especular sobre posibles, probables, presuntos o presumibles candidatos. A quienes no votamos tanto nos da unos como otros, Juana como su hermana, aunque no dejo de reconocer que en el caso de CC pagaría por ver un candidato a presidente regional que no sea chicha o canarión, aunque sólo fuera o fuese por ver la carita que se le queda a un concreto editor de la isla picuda, con cuyos tronantes y desternillantes editoriales u homilías dominicales me ahorro mis buenos euros en revistas de humor, que ya apenas van quedando, como es triste fama.
En vísperas electorales se repiten las más manidas y falsas frases hechas. Las volveremos a escuchar hasta el cansancio: “La única encuesta válida es la del día de las elecciones” (repiten la cansina obviedad, casualmente, los mismos que no paran de encargar, pagar y maquillar sondeos electorales a la carta para enarbolarlos como triunfos preelectorales o alimentar el autoengaño); “El pueblo no es tonto. El pueblo nunca se equivoca” (y sin embargo ese mismo pueblo vota a semejante demagogo). “Yo estoy a disposición de lo que diga el partido. Si los compañeros deciden que debo ser el candidato, me sacrificaré y asumiré esa pesada carga” (y si no lo deciden, se manda a mudar a otras siglas más pronto que tarde; tenemos mil y un ejemplos en Lanzarote de ello); y la mayor de las mentiras, la trola catedralicia: “Todos tenemos el deber de ir votar, por el partido que sea, pero hay que ir a votar” (porque lo dice uno que reclama el voto en su calidad de profesional de esa mendicidad, que no distingue entre deber y derecho, pero esa supuesta obligación no está recogida en ningún apartado de la Constitución, y el 50% del electorado potencial de Lanzarote seguimos haciendo oídos sordos a semejante “obligación”, en la que también insisten los informadores peor informados). La abstención bien, gracias. Y subiendo…

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