OPINIÓN. El "tijeretazo" llega al Cabildo y se anuncian despidos
DESDE MI ISLA ATLÁNTICA. Por Antonio Coll
Siempre es triste y desolador despedir trabajadores, sea de la administración pública o empresas privadas. En la reciente rueda de prensa ofrecida por el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés (CC) y vicepresidenta, Astrid Pérez, (PP) para hacer balance de los primeros cien días del nuevo grupo de gobierno, y entre los diferentes temas expuestos, el primer mandatario cabildicio anunció –es la primera vez que lo escucho oficialmente- que el capitulo uno –gastos de personal- para los presupuestos del 2012 se producirán unos recortes importantes. Esto significa que habrán despidos, -no se especificó el número-, pero, a todas luces, interpreto que si se habla de “recortes importantes” se refiere a un buen número de empleados públicos contratados, que no funcionarios de carrera porque estos tienen plaza fija. Todo el mundo sabe que las administraciones públicas de Lanzarote están sobredimensionadas y que muchos trabajadores fueron contratados a “dedo” y por imposición de los partidos que gobernaban en cada legislatura, sin mirar su currículo ni valía. Los departamentos de Recursos Humanos, de cualquier empresa privada existen, precisamente, para estudiar los perfiles, expedientes académicos y profesionales de los candidatos a ocupar un puesto y proponerlo a la dirección de dichas empresas. En las instituciones públicas, lo normal es que sea por concurso público. En el Cabildo de Lanzarote y sus empresas, ¿cuántos concursos se han hecho desde los tiempos de la democracia para contratar personal? ¿Cuántos funcionarios de carrera o por oposición existen? Creo recordar, por poner un ejemplo, que en los Centros Turísticos solo existen dos funcionarios, de una plantilla de 350 empleados.
Naturalmente, en los tiempos de “crisis” es cuando sale a la palestra el tema de los recortes. Pero quiero recordar que desde los tiempos de las primeras elecciones democráticas hasta estos días de octubre de 2011, se han vivido determinadas crisis económicas y jamás hubo recortes ni políticas de austeridad. En Lanzarote eso de “apretarse el cinturón” siempre ha sido sinónimo de “despilfarro” y complacer a los sindicatos, con el objetivo de rédito electoral para los partidos gobernantes. Ahora, con una recesión económica inédita y con visos de anclarse por mucho tiempo en la sociedad, los dirigentes y gobernantes públicos galopan a toda carrera para encontrar las mejores “tijeras” para intentar cuadrar sus cuentas, y procurar que el desfase de las cuentas se torne en una situación insostenible que puede conducir, como ya está ocurriendo en algunos ayuntamientos, el impago de las nóminas. Con este panorama, las facturas a proveedores –pymes y autónomos- cada día se acumulan y ya no hay ni espacios en las estanterías para “coleccionarlas”. Consecuencia, cierre de empresas y paro. Yo he escrito de “tijeras” pero percibo que en algunas administraciones públicas tendrán que usar “hachas”, por ejemplo en Tías y Yaiza, que según tengo entendido la situación financiera es dramática. Lo incomprensible es que aún siendo dos municipios turísticos se hallen casi en “quiebra técnica”. Pero bueno, la epidemia se centra en la mayoría de las administraciones públicas y si la situación financiera no mejora y no se marca una hoja de ruta, con decisiones drásticas, como está decidido el grupo de gobierno del Cabildo de Lanzarote, dirigidos por dos buenos y eficaces gestores, como Astrid Pérez y Pedro San Ginés, algunas corporaciones municipales están abocadas a la ruina y al cierre. Todos saben que el capitulo uno –gastos de personal- es una sangría y si se hiciera un estudio serio y riguroso, posiblemente, sobran un alto porcentaje de empleados fijos, que viven de los impuestos que pagan las empresas privadas y los ciudadanos en general. Nadie se lleve al engaño. Las administraciones públicas viven del dinero privado que generan las empresas, autónomos y trabajadores, a través de los impuestos directos e indirectos. ¿Por qué tenemos que mantener plantillas de trabajadores de la administración pública sobredimensionadas, con baja o nula preparación, con poca voluntad de esfuerzo y sin haber pasado unas oposiciones? Recuerdo que hasta en los convenios de antaño de los Centros Turísticos existía una “cláusula” en la que se exponía que al jubilarse un trabajador, la baja debía de cubrirse con un familiar del mismo. Y de Inalsa no digamos. . El convenio de antaño –desconozco el actual- era superior a las sociedades más de adelantada de la Europa rica de los países del norte, como Suecia, Noruega, Finlandia, Holanda etc. Dos empresas públicas que en su día fueron modelos para generar mucha riqueza para el Cabildo y los ayuntamientos. Los políticos gobernantes de entonces y los propios sindicatos, a través de los comités de empresa son cómplices de la situación pésima económica de Lanzarote, porque con ambas empresas bien gestionadas y con convenios razonables, la crisis global mundial, no afectaría con la misma dimensión actual y se hubiese atenuado, por los beneficios que aportarían las citadas empresas públicas, incluido la distribución del agua embotellada Chafarí.
Hay que quitarse el antifaz y los disfraces. La clase política dirigente debe ser valiente –Marcial Martín ejemplar en San Bartolomé- y no temer a los rancios dirigentes sindicalistas, que, miren por dónde, los creo el general Franco, pero con la prohibición de convocar huelgas. Que amenacen con huelgas y otras algaradas, pero los gobernantes tienen que alejarse de los tramposos y “gandules” enlaces sindicales –que, por cierto, muchos no trabajan- y mirar a las miles de familias que necesitan que al menos algunos de ellos puedan trabajar. Y para ello se debe de ayudar a las medianas y pequeñas empresas, así como a los autónomos, que son los que generan puestos de trabajo, casi en un 90%, según estadísticas oficiales. Yo no estoy en contra de los sindicatos, solo de algunos componentes de los comités de empresa, que con prepotencia y altanería se creen poseedores de todos los “derechos” del mundo, hasta permitirse el “lujo” de insultar a los componentes de los consejos de administración, como así ocurrió recientemente en las inmediaciones del Cabildo de Lanzarote.
Sólo espero que el gobierno insular dirigido por Pedro San Ginés (CC) y Astrid Pérez (PP), siga por la senda de la buena gestión de auténticos estadista de una isla que los necesita, a pesar de las serpientes venenosas que andan en su propio ámbito y en el exterior. Yo no voy a repetir que Lanzarote siempre ha existido siniestros personajes enmascarados y “genios maléficos” que por intereses particulares y objetivos oscuros, han impedido que los casi 140 mil habitantes lanzaroteños y residentes puedan vivir en paz y con el bienestar que la Naturaleza y el esfuerzo de nuestros antepasados, nos ha ofrecido para no tener que estar viviendo tiempos de penuria, al margen de la crisis global del mundo occidental.
PD.: A los buenos y honestos trabajadores y funcionarios públicos, así como a los buenos sindicalistas, que los hay, este artículo no va con ellos. Lo hago constar para evitar equívocos e interpretaciones no ajustadas a la veracidad de mi opinión, -subjetivo, por supuesto– en un artículo limitado en espacio que impide muchas matizaciones y ejemplos.