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OPINIÓN. La cuesta de enero, economía al límite

DESDE MI ISLA ATLÁNTICA. Por Antonio Coll

Si 2010 fue malo para la economía general de este país llamado Reino de España, los analistas opinan que 2011 será el año de los ajustes, en todos los sentidos, pero muy duro para las economías familiares y empresariales, ya miles de ellas al límite de sus posibilidades de superar, al menos, la cuesta de enero. El gobierno de ZP perdió un tiempo de oro para atajar la crisis, cuando ya en 2008 se percibían las primeras turbulencias en la economía mundial. Todo lo contrario, hizo oídos sordos a las recomendaciones de expertos economistas, y comenzó el torrencial del “despilfarro” con políticas sociales y “anti-económicas” que ahora ha tenido que dar marcha atrás, con medidas “antisociales” que pueden ser la “revolución” de miles de familias y empresas que ya no tienen nada para subsistir. La cuesta de enero se perfila horrible, sobre todo para los que ya no tienen ningún recurso en el que agarrarse. Encima, el año 2011 se ha iniciado con una batería efervescente de subidas en los precios de los alimentos básicos, la energía, impuestos, transportes y lo que falta…Esta circunstancia viene agravar más los escasos recursos de las familias y las propias pequeñas y medianas empresas. Si tengo claro una cosa: las medidas impuestas al gobierno español, posiblemente, sean necesarias pero llega destiempo y con una clara desventaja en lo social porque perjudicará a los más débiles, económicamente hablando. Se perdieron años vitales para atenuar la crisis que, en principio, sólo era una tormenta con un solo frente, pero se dejó pasar los años, y al fenómeno “climatológico” se le unieron otros frentes y ya el “barco” llamado España se encontró en el epicentro de una “Tormenta perfecta”, como en la película, basada en un hecho real, filmada en 2000, dirigida por Wolfgang Petersen y protagonizada como artista principal, por George Clooney. En el film se proyectan escenas verdaderamente impactantes y llenas de dramatismo. Yo, en este sentido, quiero ser potencialmente optimista, y no creo que este país llegue a tal situación. Si es verdad que en los años de vida he vivido muchas crisis, pero nunca la desencadenada hace varios años, aunque sí advertí en esta misma columna -ver hemeroteca desde finales de 2008- a los políticos que dirigían Lanzarote que se avecinaban malos tiempos y que debían hacer un esfuerzo para sacar adelante los proyectos y planes –aprobados en la anterior legislatura-, para crear economía y puestos de trabajo en la Isla. Como ZP, los gobernantes, sobre todo, en el Cabildo de Lanzarote y Ayuntamiento de Arrecife, hicieron oídos sordos y, lo que es peor, implantaron una política beligerante contra el sector turístico empresarial de la isla y determinados medios de comunicación, críticos con la gestión que llevaban a cabo. Y todo en nombre de la “política sostenible”, dirigido desde un chiringuito “ilustrado” que ponía sus “cláusulas” en letra pequeña para que no se descubrieran a los encubiertos que sacaban tajada del “negocio” jurídico a través de dinero público. Cuando la isla tocó fondo por el caso “Unión”, intentaron desatarse de sus socios –PIL- y exhibirlos como cabezas de turco de la corrupción “B”, para ellos seguir mamando del “A”. Pero la oposición conformada por CC-PP-PNL optó por alejar del poder al PSOE, pactando con los insularistas. Desde entonces, el Cabildo y Ayuntamiento de Arrecife emprendieron, con celeridad, cambios beneficiosos para la isla, una vez depuestos los “sostenibles” y “comediantes”.
España, Canarias y Lanzarote, en particular, deben salir lo antes posible de esa “supertormenta” y no pase como en la película “La tormenta perfecta” cuyo capitán, avisado de lo que se le venía encima, prefirió seguir sin percibir la ferocidad y magnitud de la tormenta. No les cuento el final porque la película merece la pena verla, en homenaje a miles de valientes pescadores dispuestos a enfrentarse a su propia vida para llevar a sus familias el sustento diario.
Sin lugar a dudas las medidas del gobierno español crearán tensiones en el ámbito social pero es la única vía para acelerar el crecimiento económico y por ende, crear puestos de trabajo. En Canarias, afortunadamente, si el Ejecutivo autonómico y las instituciones públicas, aportan imaginación y gestión, puede ser la primera comunidad en iniciar el camino correcto para la recuperación económica. Pero no podemos bajar la guardia y tenemos que cuidar, ahora más que nunca, al turismo, por ahora, nuestro mejor aval para salir de la zona peligrosa en la que se halla todo el país, llamado Reino de España.
La cuesta de enero, el mayo electoral tenso y el conflicto social que se perciben serán desafíos que tenemos que superar. De lo contrario, que Dios bendiga a la víctimas de una crisis inmobiliaria y financiera, creada por un capitalismo avaricioso pero no atajada a tiempo por los gobernantes de turno.

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