OPINIÓN | Paralizar a Arrecife sería catastrófico
DESDE MI ISLA ATLÁNTICA. Por Antonio Coll
La ruptura del pacto que mantenía CC-PSOE-AC, por la salida de los ‘alternativos’, aún es pronto para conocer, a primera mano y a corto plazo, las consecuencias que se pueden derivar al quedarse el grupo de gobierno, dirigido por el nacionalista Manuel Fajardo, en minoría. Si es cierto que con la participación de solo un concejal de la actual oposición, puede reconducirse la situación y devolver la estabilidad al gobierno del Ayuntamiento de Arrecife. La falta de liquidez en la tesorería, las indemnizaciones millonarias pendientes de saldarse, con sentencias judiciales en favor de los tenedores de terrenos que, en su día, le fueron expropiados y que pueden ser compensados a través del Plan General Urbano, actualmente en trámite por la vía urgente y otros proyectos en marcha pueden ser paralizados si vuelve la inestabilidad política en Arrecife. Ya digo, las consecuencias serían catastróficas. Mejor dicho: la ruina de la capital.
No tengo nada que objetar por la decisión tomada por Alternativa Ciudadana de separarse del grupo de gobierno municipal, suscitado por el ‘caso Montelongo’. Los asamblearios sólo se han llevado por la hoja de ruta establecida desde su nacimiento y, en este aspecto, ponen de manifiesto que continúan firmes en sus convicciones y leales a sus principios. En este contexto, repito, mis respetos por la decisión tomada, sin entrar en otras valoraciones analíticas porque no es el centro de esta entrega.
Pero el problema es que Arrecife no puede esperar ni un segundo en sacar hacia adelante las grandes cuestiones pendientes ya que se juega la supervivencia del propio Ayuntamiento y no digo nada sobre el declive de la ya maltrecha economía insular y el sangrante paro que padece Arrecife y la propia isla. Por eso, soy consciente de la situación y he llegado a la capacidad de ser comprensivo con el alcalde Manuel Fajardo (CC) de su actitud de no ‘mover’ fichas porque hasta un pequeño amago que decidiera realizar, podría tener un efecto ‘boomerang’, con el riesgo de entrar en una espiral completamente desestabilizadora y con la consecuencia de una nueva parálisis de Arrecife.
En el reciente Congreso Insular del PSOE, se aprobó una nueva normativa con respecto a los imputados, que sólo cesarán una vez juzgados y condenados. En la anterior cláusula se decía lo contrario, pero nunca tuvo efecto porque él mismo que la redactó, estando imputando, se la saltó a la ‘torera’. La nueva ejecutiva insular socialista, comandada por María Dolores Corujo, abre un túnel más diáfano para la familia del PSOE, después de años con una ‘ejecutiva’ frentista y poco dialogante si se difería de sus planteamientos estratégicos ‘políticos’.
Por lo mentideros públicos se habla de que antes del pacto CC-PSOE con Alternativa Ciudadana, ambas formaciones suscribieron un Plan B, consciente de las posibles dificultades que se encontrarían con los asamblearios, ya hoy hechas realidad con la salida voluntaria de la concejal y el concejal. En próximos plenos sabremos quien será la ‘escolta’ escondida, protegiendo el voto. No obstante, también cualquier formación política de la oposición puede pactar con CC-PSOE, entre ellos y con más posibilidades están el PIL y PNL. Por razones obvias descarto al PP, aunque en política nunca se sabe.
Pero ahora, en estos tiempos convulsos, lo prioritario es la gestión pragmática de los dirigentes políticos, para impulsar y dinamizar la economía de Arrecife y, por ende, la de Lanzarote, dejando al margen las diferencias ideológicas, actitudes altaneras, resentimientos y otros desmedidos comportamientos, muy de moda en los últimos veinte años en la isla. Los gobernantes de Arrecife, en esta legislatura, tienen que conseguir la mayor estabilidad para que los urgentes proyectos en marcha se materialicen. La complicidad de la oposición es de vital importancia. Y no pido ‘peras al olmo’, sólo sensatez.