Domingo, 14 Diciembre 2025
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DESDE MI ISLA ATLÁNTICA. Por Antonio Coll

Cuando el paro en el Reino de España se coloca en máximos, en comparación a la U.E. y el crecimiento económico se encuentra estancado, los empleados públicos de AENA, a través de sus respectivos sindicatos -UGT, CCOO. USO- convocan preaviso de huelgas generalizadas en fechas de máxima afluencia de viajeros, como son las vacaciones de Semana Santa y verano. Sólo ya con el anuncio, se está perjudicando enormemente al sector turístico, principalmente al de Canarias porque en la España peninsular tienen otras alternativas de transportes como el coche, tren o guagua. En Lanzarote los empresarios alertan que los perjuicios económicos pueden ser cuantiosos, cuando las expectativas son excelentes para la Semana Santa y temporada de verano.
Es cierto que la gestión del organismo público perteneciente al Ministerio de Fomento se puede catalogar en la última década como catastrófica y poco transparente. Su política de construir aeropuertos en todo el territorio nacional como el que planta margaritas; su política de permitir que los controladores crearan su propio “chiringuito” con sueldos desorbitados y un sinfín más de atropellos, ha creado en la empresa pública privilegios que ahora está pagando porque las deudas se le han amontonado y busca salidas desesperadas para taponar los grandes agujeros económicos y, además, porque las arcas del Estado están vacías después de 7 años de zapaterismo, “régimen” que ha derrochado todo lo que ha podido, incluso dos años más tarde de iniciarse la crisis inmobiliaria y financiera. Ésta es la realidad, pero ello no es justificación para que un reducido colectivo privilegiado que cobra del dinero público, pueda chantajear al Estado, cuando además, la convocatoria de huelga no tiene razón de ser ya que no es por reivindicación económica o cuestiones laborales. En España se han privatizado muchas empresas públicas como Telefónica, Endesa, Trasmediterránea, Iberia, etc. y todas han mejorado sus resultados económicos y se ha mantenido el empleo, pero sin componendas ni privilegios. Por otro lado, en el caso de la naviera y la compañía aérea, el Estado evitó el continuo y sangrante déficit de ambas empresas. No veo dónde está el mal en que el gobierno quiera dar entrada al capital privado en determinados aeropuertos españoles y canarios para la gestión y explotación ya que la titularidad seguirá siendo estatal; espero que pronto sea también autonómica.
El descontrol y debilidad de AENA me alarma, porque aún con la resaca de la encubierta y salvaje huelga de los controladores aéreos, militarizados frente a la actitud de los mismos de no incorporarse a sus puestos de control, las “turbulencias” en la empresa pública vuelve de nuevo ante el preaviso de huelga del personal de tierra, catalogado por muchos analistas y patronales como “chantajista” por las fechas elegidas, en el intento de hacer el mayor daño posible al sector económico más importante de todo el Estado y, por supuesto, el de las Islas Canarias. La huelga, por otra parte puede ser legal, pero los derechos sindicales no deben estar reñidos con las obligaciones y deberes que una sociedad moderna demanda de los servicios públicos. ¿Habría que corregir y regular la ley de huelga para los empleados públicos? Un debate que sería muy interesante que los parlamentos estatal y autonómicos trataran para impedir que este Reino llamado España se fuera al traste por la democracia totalitaria que actualmente percibe la sociedad española y canaria. Porque si el poder público se debilita y no se impone en busca de la prosperidad de sus habitantes, solo puedo esperar servidumbre y miseria. Sólo un dato: desde 2008 hasta finales de 2010 desaparecieron del mapa empresarial más de 300.000 autónomos y pymes. Son precisamente estos colectivos empresariales los que sufren de primera mano las huelgas en el transporte aéreo, sobre todo los de la España insular, donde el transporte aéreo es imprescindible.
Anunciar por parte de los representantes del rebaño sindical 22 jornadas de huelga me parece un mensaje realizado con saña y provocador. La prensa internacional ya se está haciendo eco del preaviso y los turistas ante la incertidumbre ya están planteándose otros destinos, excluyendo a España y Canarias.
Los pequeños “brotes verdes” percatados, en los últimos meses, por las revueltas en los países árabes, corren el peligro de marchitarse en las islas y frenar una recuperación palpable con el objetivo de dinamizar la economía y la creación de puestos de trabajos que en Canarias ya es una cuestión de Estado.
El enfoque dirigista dominante no ayuda tampoco a solucionar los graves problemas que asola a todo el Estado Español. El gobierno de ZP-Rubalcaba, entretenido últimamente con cuestiones nimias y leyes innecesarias, no ayuda igualmente a dar una imagen de fortaleza ante desafíos de minúsculos colectivos públicos que pueden paralizar servicios esenciales para más de 40 millones de habitantes.
El preservar los servicios al cien por cien en las Islas Canarias, es cuestión de Estado. El descontento y el desánimo reinante que percibo en las islas con el gobierno del Reino Español puede abrir frentes ahora “dormidos”.


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