OPINION. Por la Sierra de Francia
ME LO HA DICHO MI ABOGADO. Por Jose Ignacio Sánchez Rubio, abogado y economista
Tal y como señalaba la semana pasada, dada la escasa predisposición del cuerpo y del alma al trabajo, durante este mes de agosto, voy a intentar a lo largo de las próximas cuatro semanas sugerirles algunas rutas turísticas de nuestro mal llamado Reino de España, a decir de mi querido Don Antonio Coll, donde podrá el lector colmar la seducción de su espíritu y la voracidad estomago.
Y olvidándome por el momento del gran acierto de nuestro denostado y todavía Presidente, el compañero Zparo, con su gloriosa medida del pasado viernes, de convocar elecciones para el día del fallecimiento de Franco y José Antonio (manda uebos, que diría otro), les voy a sugerir una escapada por mi tierra salmantina, dejándo que le lleve por la ruta de la Sierra de Francia, que comienza en Béjar, a 70 Km. al sur de Salamanca, y culmina en la monumental Ciudad Rodrigo.
Si Ud. lector, decide seguir mi insinuación, le recomiendo que se desplace inicialmente a Salamanca y, después de pernoctar en esta bella ciudad plateresca, cuna de una de las mejores y mas antiguas Universidades del mundo, a la par que del Lazarillo de Tormes, cerrando los ojos para no dejarse seducir por tanta belleza, se traslade a Béjar, preferentemente en automóvil, lo que le permitirá detenerse a 8 Km. en Arapiles, histórico lugar donde las tropas napoleónicas sufrieron su primera derrota, el 22 de julio de hace 199 años, a manos de las tropas aliadas que mandaba el duque de Wellington. Y una vez visitado el monolito que, en comatoso estado, recuerda la gesta, puede seguir 14 Km. más al sur, hacia Alba de Tormes donde puede visitar la Iglesia de la Anunciación, que alberga el sepulcro de Santa Teresa de Jesus y varias reliquias de la Santa.
Si, por el contrario y en contra de mi opinión, decide el desplazamiento directo a Béjar, se encontrará con que, en algo mas de media hora, la magnifica Autovía Ruta de la Plata, denominada así porque se superpone en muchos tramos a la vía que los romanos trazaron desde las minas de Riotinto hasta Gijón, para transportar el cinabrio, le va a dejar en la preciosa ciudad medieval de Béjar, lugar de nacimiento de los ciclistas Roberto Heras y Laudelino Cubino, así como del ex-ministro socialista, de nefasto recuerdo, Jesus Caldera, después de haber circunvalado la notoria localidad de Guijuelo, famosa por los jamones que se curan al abrigo de su seco y frío clima.
Desde Béjar, ciudad que alberga la plaza de toros mas antigua de España, pueden Uds. darse un salto hasta el precioso pueblo serrano de Candelario, a 4 Km. de distancia, donde se fabrica en mejor chorizo que puedan imaginar, pasando previamente por el monte de El Castañar, cuya visita no deben evitar.
De vuelta a Béjar, donde pueden pernoctar a muy buen precio, se inicia el recorrido de la Sierra de Francia, que atraviesa la Comarca de las Batuecas, por la carretera SA-290, atravesando los pueblos de Peñacaballera, El Cerro y Lagunilla para llegar, cruzando el río Cuerpo de Hombre y ya en la SA-285, a la chacinera localidad de Sotoserrano, lugar en el que les recomiendo un alto para visitar alguno de los numerosos secaderos de jamón.
Y después de haber saboreado el excelente jamón de Sotoserrano acompañado, por supuesto, de un riquísimo pan de pueblo que allí cuecen y regado con un buen vino de aquella tierra, pueden Uds. tomar la dirección de La Alberca, pueblo típico donde los haya y cuyo recuerdo les va a acompañar, sin duda, el resto de su existencia. La visita a La Alberca le va a remontar a Ud., querido lector, a la época que narran en sus obras Cervantes y Lope de Vega y le hará sentirse transportado a cuatro siglos atrás.
Y aunque La Alberca le haya subyugado, hasta el punto de decidir trasladarse a vivir allí, no caiga en la tentación de recluirse en su cárcel pública y siga por la SA-201 en dirección a Ciudad Rodrigo y, al llegar a El Casarito encontrará, bien señalizada, una desviación que le llevará hasta el Santuario de Nuestra Señora de Francia, donde contemplará Ud. una la de las mas hermosas vistas forestales que recuerde.
Una vez visitado este preciso enclave, vuelva Ud. atrás para regresar a El Casarito. Si le gusta a Ud. la miel de jara, ahí podrá Ud. comprar unos tarros de este maravilloso producto apícola, rico en litio, con el que aliviará notablemente la depresión que, indudablemente, le va a invadir al regreso de este memorable viaje.
Desde aquí, a unos 45 Km., diríjase Ud. a Ciudad Rodrigo, maravilloso enclave románico que no se resistirá Ud. a recorrer en el coche de San Fernando, ya sabe, un ratito a pie y otro caminando. Y cuando el hambre o la sed le muerdan, podrá Ud. saciarse en cualquiera de los numerosos restaurantes o bares de la ciudad, pero le sugiero que no deje de visitar el Parador Nacional de Turismo, situado en un hermoso castillo medieval, con unas refrescantes panorámicas sobre la muralla y el río Agueda, gregario del Duero.
Para terminar, si desea que su viaje sea internacional, puede aprovechar para darse un paseo por la cercana población portuguesa de Vilar Formoso, en la frontera con Fuentes de Oñoro, desde donde también puede acercarse a visitar el magnifico “castelo” de Almeida, donde puede degustar un rico “bacalhau dourado”, mas rico aún si lo acompaña con un “vinho verde” portugués.
(*) Abogado y economista
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