Domingo, 14 Diciembre 2025
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DESDE MI ISLA ALTANTICA.Por Antonio Coll

En un primer análisis sobre la huelga general del 29-S solo puedo decir que ha servido para confirmar que los tiempos han cambiado, sobre todo, en el mundo occidental y, ello significa, que los que no se adapten a la nueva época, tendrán crudo el futuro, llamasen sindicatos, empresa, trabajadores y entidades financieras. Las grandes centrales sindicales del Reino de España –UGT-CCOO- han comprobado en sus propias carnes que su huelga general –máximo exponente de su reivindicaciones- de poco ha servido, quizás porque se anunció con tres meses de antelación y también porque se celebró a destiempo cuando hace más de dos años se desató la crisis económica mundial. Para mi, el gran triunfador de la huelga ha sido el gobierno de Zapateril que bien es cierto que días antes realizó malabarismo para que la sociedad española y canaria percibiera que la gran manifestación sindical iba contra el mercado, el capitalismo, los gobiernos autónomos del PP –llamasen también de derechas-. En definitiva, el efecto de la protesta, para mi, ha sido poco efectista, descafeinada y los sindicatos deben de reflexionar, sobre todo, con respecto a su autofinanciación para conseguir ser más independientes y no depender del gobierno de turno que con fondos públicos asigna, en los prepuestos estatales, partidas para subvencionar a las centrales, cuando éstas debería financiarse de las cuotas de sus afiliados y recibir ayudas estatales para cursos de formación sobre todo para los jóvenes. Como ocurre en otros países de la Unión Europea.
Motivos más que suficientes ha tenido el gobierno de ZP para que se le convocase una huelga general. Los motivos son archiconocidos: Su torpe política llevada a cabo desde que se inició la crisis financiera y la “burbuja inmobiliaria”; el despilfarro de fondos públicos en plena recesión; su relajación en dictar políticas de apoyos, a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) a la pequeñas, medianas empresas y autónomos, generadores del 85% de puestos de trabajo; la congelación de las pensiones y una Reforma Laboral que no contenta a nadie. Por otro lado, no revisar el sistema bancario, permitiendo que las entidades financieras, culpables de forma directa de la crisis, sean las que mejor salgan airosa de la crisis económica que ellas mismas provocaron. No estoy de acuerdo que queden inmunes y no paguen parte de la “factura”. Porque al final, esa “factura” las están pagando los mismos de siempre: las clases medias, los trabajadores en nóminas, los pensionistas y las PYMES. Por contrapartida, los bancos cada vez son más ricos. Hasta ahora, de lo único que se ha preocupado el Gobierno es contener el déficit público que con mucha inmoralidad, fines electoreros e imprudencia, provocó, cuando se le estaba avisando, por activa y pasiva, desde muchos ámbitos analíticos económicos y financieros, que se pusiera las pilas y actuara de forma urgente con políticas coherentes y pragmática. Pero Zapatero hizo “oídos sordos” hasta que Bruselas -incluso Obama- le impuso el cambio de timón en las políticas económicas y laborales del Estado. Una vez que Zapatero cogió el “caballo neoliberal” y cabalgó tímidamente por senderos peligrosos en contra de su “rebaño izquierdista y sindical”, las centrales convocaron una huelga a tres meses vistas. Ahora después del 29-S el gobierno español pide el diálogo con los sindicatos. Pero si ZP lleva años “lisonjeando” con los líderes de la UGT y CCOO y ahora quiere dialogo. De pena. Pero la cruda realidad es que después del 29-S los más de cuatro millones de parados seguirán deambulando en este país y no hay visos de que se les pueda ofrecer un puesto de trabajo. Y lo peor es que pueda aumentar. Ese el gran problema de España y el gran peligro, porque la “monstruosa” y “denigrante” cifra de desempleados asusta a cualquier país. Por otro lado, subir los impuestos, en un momento de recesión económica no es aconsejable, porque “ordeñar” más a las empresas y trabajadores sería la hecatombe de las comunidades autónomas que aún conforma el llamado Reino de España.
Dejando al margen incidentes protagonizados por algún grupo de energúmenos, debemos felicitarnos por el comportamiento juicioso de la mayoría de los participantes en la protesta general. En ese aspecto, si ha habido un avance de los sindicatos. Y “madurez” de interpretación por parte de los que no acudieron a la huelga. Que también es un derecho y que se debe defender a rajatabla por los gobernantes a través de las fuerzas policiales.
Para concluir: una huelga amilanada, pero que al final, la sociedad canaria y española no respondió, no escuchó los mensajes de las centrales sindicales mayoritarias. Es posible que sus discursos trasnochados ya no tengan eco entre la población trabajadora. Al menos el 29-S quedó bien demostrado por los índices oficiales de los no participantes.
P.D.: El pleno del Cabildo por unanimidad ha rechazado las pretensiones del Alcalde de Haría de quedarse con las Cuevas de Los Verdes y, en un manifiesto institucional, aboga por la unidad de los Centros Turísticos. Pienso que es lo que piensa la inmensa mayoría de la población de Lanzarote. Torres Stinga, por ahora, seguirá cabalgando por los valles de Haría, buscando “molinos de vientos” con los que enfrentarse.


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