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Turismo: La tormenta perfecta  

 

Por José Mª Barrientos

 

 

Dicen los expertos en navegación qué una tormenta perfecta es aquella qué se forma repentinamente debido a cambios meteorológicos imprevistos, desatando una gran tempestad difícil de superar por las embarcaciones que se encuentran en la zona de influencia.

 

El principal sector de nuestra economía, el turismo, pasa por algo parecido a una tormenta perfecta.

 

El descenso de la conectividad y por lo tanto de la disponibilidad de plazas aéreas hacia las islas, el brexit, la situación económica de Alemania y la incertidumbre de la la situación política española, con un gobierno en funciones que no puede legalmente planificar las necesidades económicas del país, empezando por los presupuestos generales del estado y otros asuntos de gran importancia para la marcha de nuestra economía nacional y por otro lado la consolidación comercial de los destinos de sol y playa reabiertos hace un par de años, son los ingredientes principales para considerar que sobre nuestra principal sectorial económica se cierne algo parecido a una tormenta perfecta.

 

Las consecuencias ya empiezan a notarse sobre el terreno, tenemos encima una situación indeseable y peligrosa a la que tenemos el deber de hacer frente ahora, antes de que sea demasiado tarde y tengamos que arrepentirnos de nuestra irresponsabilidad y sufrir las duras consecuencias económicas empresariales y sociales de la llamada tormenta perfecta del turismo.

 

Los síntomas empiezan ya a notarse en el sector: descuentos del 20 al 50% sobre los precios previstos en los contratos de camas, descenso de la calidad de la clientela del destino y caída brutal de las ventas en el sector no alojativo de bares cafeterías restaurantes y ocio. Esto ya es un hecho.

 

 Hasta este momento, la reacción es escasa por no decir nula de los responsables de los organismos  públicos del sector a nivel regional insular y local y este es un tema que, por su envergadura,  tienen que liderar las autoridades públicas apoyadas, por supuesto, por el sector privado.

 

No creo que tengamos que ser pesimistas, claro que no, pero lo que si estoy seguro es que tenemos que reaccionar y preparar un plan específico para afrontar esta situación, distinto de los planes ordinarios de todos los ejercicios y pensado específicamente para afrontar con éxito la situación que se nos viene encima y que ya estamos empezando a sufrir.

 

Empecemos por lo urgente y lo imprescindible y sigamos con lo deseable y lo necesario. ¡¡¡Pero empecemos YA!!!

 

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