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Una de sicarios y detectives

  • Pedro San Ginés
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    Ante todo quiero aclarar a la opinión pública y a la propia judicatura, que el presente artículo no pretende faltar al respeto y consideración que merece, pero ante el “asesinato de imagen” al que estoy siendo sometido por determinados medios de comunicación, son muy pocos los instrumentos con los que cuento para defender mi honor y es por eso que tengo la necesidad de dar explicaciones u otorgar con mi silencio ante tanta infamia.

     

    El pasado 29 de abril tuve “conocimiento”, una vez más a través de los medios de comunicación, de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) había acordado proteger con escolta a un juez que me investiga, según el medio por amenazas de mi entorno. La noticia me resultó de tal gravedad que entonces anuncié mi comparecencia para esclarecer los hechos, pero hasta hoy me ha resultado imposible contrastar toda la información necesaria para confirmar la veracidad de la “noticia” sin temor a equivocarme, y es por eso que hasta hoy me he limitado a atender las entrevistas a cuantos medios me la han solicitado.

     

    Si hace más de un mes y medio también fui noticia por la presunta comisión de gravísimos delitos investigados por la UCO, y por los que la misma señoría me mantiene desde entonces sin disponer de un solo céntimo de mis cuentas -a pesar de haberlo reclamado ya hasta en 4 ocasiones sin respuesta alguna, sin posibilidad de atender mis recibos domiciliados con sus correspondientes intereses de demora, incluidos servicios esenciales , o mi manutención básica, y sin ni siquiera responder a la solicitud de personación en mi propio caso- ahora resulta que además, y siempre según la información publicada que nadie ha desmentido, pareciera que algún sicario de mi entorno y a mis órdenes ha amenazado a su señoría, y es por eso que el CGPJ le ha puesto protección, cosa por otra parte absolutamente lógica si un juez lo solicita.

     

    A estas horas, lo único que puedo decir al respecto, siempre que la noticia sea cierta en los términos y con la intencionalidad publicada, es que su señoría cuenta con toda mi solidaridad y ofrecimiento de máxima colaboración para esclarecer los hechos, identificar al autor o autores de dichas amenazas -si no lo hubiera hecho ya su señoría - denunciarles y que paguen por sus delitos con lo que solo puede merecer una condena judicial, porque en un estado de derecho es intolerable amenazar a magistrados.

     

    Y digo que siempre que sea cierta porque a día de hoy solo he podido acceder a lo publicado en web del CGPJ (se adjunta acuerdo de la Comisión Permanente), y pudiera ser que la única verdad al respecto fuera que se trate de un juez que efectivamente me investiga, que efectivamente dicho juez ha pedido escolta y se la han otorgado, pero que nada tuvieran que ver esas amenazas y escolta con mi investigación. Si fuese así, es el medio en cuestión quien deberá responder de la injuriosa manipulación de la información, y si es cierta la noticia, entiendo que el juez tendrá acreditados los vínculos conmigo de los delincuentes que le han amenazado.

     

    Pero aún más inquietante para mí, es que el medio da a entender además que ya en el pasado mi entorno, o yo mismo, amenazamos al juez e incluso contratamos detectives para vigilarle, asegurando que “no es la primera vez que el juez Jerónimo Alonso denuncia amenazas o coacciones, ya que cuando se encontraba investigando el caso de la desaladora de Montaña Roja –por la que finalmente me abrió juicio sin acusación legitimada–, el magistrado fue objeto de seguimiento por un detective privado, y él y otras personas fueron fotografiados”.

     

    Inquietante, porque a mis oídos ya había llegado el rumor de que yo tuve algo que ver con ese detective –que efectivamente parece que alguien puso a su señoría– y que eso pudo generarle animadversión hacia mi persona.

     

    Desconozco si es la primera vez que este magistrado denuncia amenazas o coacciones, lo que sí sé es que nada tuve que ver con ellas, ni con aquellas ni con estas, y que esos vínculos del detective conmigo son falsos y una mera especulación, quiero creer que completamente ajena al juez Jerónimo Alonso, aunque según la noticia habría pedido escolta por reincidencia en mi sicario y delictivo proceder.

     

    Entenderán mi inquietud cuando esto deja de ser un rumor y aparece hasta publicado en un medio de comunicación que presume de información veraz, y con certeza manejaría información privilegiada de ser así. En cualquier caso, no sería la primera vez que este juez me acusa directamente de amenazas inexistentes, tal y como en su día denuncié precisamente ante el Consejo General del Poder Judicial.

     

    En definitiva, con este artículo pretendo solo explicar por qué no he dado la anunciada rueda de prensa sobre estas supuestas amenazas sicarias de mi entorno, o la contratación de detectives para amedrentar al poder judicial, y por qué me encuentro en un estado de indefensión tan absoluta como mi segura inocencia. Solo espero que cuanto antes pueda contar con la información oficial solicitada al respecto para poder defenderme de tanta calumnia e injuria hacia mi persona.

     

     

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