5 cambios eficaces para reducir la tensión arterial
- Lancelot Digital
Los problemas de salud son un factor de riesgo del que cada vez más a población está tomando consciencia. Frente a la actitud despreocupada y apática que buena parte de la sociedad mostraba hacia los cuidados básicos para mantener una buena salud, actualmente cada vez más personas ahondan en la idea de cómo pueden ayudar a su cuerpo con la mejora de sus hábitos de vida. Por suerte en este caso, especialmente el sector de la juventud y la mediana edad se ha vuelto susceptible a los avisos y a los muchos y buenas consejos que ciertos influencers de la salud han revelado en sus divulgaciones.
Y es que poco a poco la idea de los grandes esfuerzos que se deben hacer para cuidar de nuestra salud ha ido disminuyendo en favor de la realidad, que no es otra que el hecho de saber que apenas con un puñado de cambios fáciles y poco costosos nuestro cuerpo puede notar una sensible mejoría que con el tiempo agradeceremos. Para demostrarlo, aquí se exponen apenas 5 simples modificaciones en nuestro estilo de vida que nos ayudarán a reducir de manera eficaz una enfermedad tan peligrosa como la hipertensión.
Una dolencia peligrosa
Las estimaciones actuales hablan de que actualmente en España aproximadamente unos 11 millones de personas sufren hipertensión, aunque, todo sea dicho, este aumento progresivo tiene que ver con el envejecimiento de la población, ya que la edad es uno de los motivos principales por los que la tensión alcanza valores superiores a los normales. Sin embargo, no todo es cuestión de años, sino también de hábitos de vida poco respetuosos con nuestra salud, que son precisamente los culpables de que del total de la cifra de pacientes un 40 % pertenezca a la población media y un 33 % ni siquiera sea conocedor de este padecimiento.
No es de extrañar que frente a estas cotas los especialistas muestren su preocupación, pues la hipertensión es una de esas dolencias que pueden tener consecuencias tan graves como irreversibles, y por lo que se recomienda a quienes la padecen un control periódico con tensiómetros como el omron m3 y similares. No en balde, un descontrol en la tensión arterial, incluso si se está siguiendo un tratamiento, puede poner a los dolientes en riesgo de sufrir alteraciones de salud tan trascendentales como infartos de miocardio, insuficiencias cardíacas y renales, ictus, aneurismas o alteraciones retinianas.
¿Cómo luchar contra la tensión?
Bien es sabido para quienes padecen esta alteración de la salud que, una vez que aparece, difícilmente se marcha, por lo que no se hace ni mucho menos un huésped cómodo incluso en aquellas ocasiones en que sea meramente transitorio. No obstante este molesto inconveniente, existen métodos para prevenir esta enfermedad en aquellas personas que no la padezcan y para reducir sus probabilidades de afectar a quienes desafortunadamente deben convivir con ella. Lo mejor de todo esto es que ni siquiera suponen un esfuerzo titánico y sus efectos positivos pueden ser muy beneficiosos.
- Cuidar el peso: sin duda alguna uno de los mayores enemigos de la hipertensión es el sobrepeso. Es cierto que cuando nos referimos a este fenómeno no nos dirigimos a quienes tienen algún que otro kilo de más (perderlo no asegura reducir la tensión, aunque ayuda), sino a quienes están por encima de los 10 kg de su peso adecuado. El extra de esfuerzo que esto supone para nuestro cuerpo y el estrechamiento de las cavidades sanguíneas es responsable directo de esta alteración, por lo que situarnos en nuestros números en la báscula repercutirá de manera favorable en la reducción de la tensión.
- Cuidar la alimentación: en línea con lo anterior, la ingesta masiva de alimentos grasos e hipercalóricos influye de manera negativa en los valores de nuestra tensión. Sustituirlos por frutas, verduras, lácteos desgrasados, más pescado que carne y una reducción en las cantidades de sal de las comidas son hábitos verdaderamente beneficiosos y que no tienen por qué suponer un sacrificio. No tiene por qué convertirse en una dieta similar a la que imponen los nutricionistas.
- Evitar el sedentarismo: puede que este punto sea la piedra angular de estos consejos. Y es que la práctica de deporte habitual, sin necesidad de que sea de alta intensidad ni demasiado exigente, es fundamental para que la tensión reduzca sus disparados picos. La puesta en marcha de todo el mecanismo corporal favorece una mejor oxigenación y un riego sanguíneo fluido y continuo que ensancha las cavidades por las que esta fluctúa, disminuyendo con esto la presión en las arterias. Además, redundará en el control del peso adecuado, por lo que sus bondades se multiplican.
- Consumir alcohol y café con moderación: una de las propiedades del etanol y la cafeína es alterar los valores medios que afectan a la subida de la tensión, por lo que sus dosis deben ser comedidas. Aunque seamos amantes fervorosos del café, limitar nuestras tomas a 3 como máximo aliviará nuestra hipertensión, y de igual modo tampoco deberíamos sobrepasar los gramos de etanol en 20 o 30.
