Criptomonedas y turismo. Los viajeros gestionan su presupuesto con activos digitales

La forma de viajar ha cambiado sustancialmente en apenas una década, cuando preparar un viaje implicaba ir al banco a realizar el cambio de moneda, estar pendiente de comisiones por pagos en el extranjero y andar con efectivo encima “por si acaso”. Hoy, en cambio, cada vez más personas llevan la cartera en el móvil, siendo las criptomonedas, aunque aún no son mayoritarias, una alternativa real para cada vez más viajeros que buscan independencia, agilidad y, sobre todo, flexibilidad en sus gastos.

Entre aeropuertos, alojamientos y experiencias únicas, hay quienes aprovechan sus activos digitales no solo para pagar, sino también para planificar su presupuesto con mayor inteligencia y control. Algunos incluso escogen el momento de gastar en función de cómo se comporta el mercado, ahorrando con cada transacción.

Se trata, en definitiva, de acceder a una forma diferente de entender el viaje, con un ojo puesto en el destino y otro en la pantalla del móvil y en la economía.

Viajar con cripto. Ahorro digital y pago sin fronteras

No es raro encontrarse con viajeros que, antes de comenzar su ruta, revisan el estado de sus criptomonedas como quien consulta el tiempo en el destino. En este escenario, Solana se ha ganado un hueco adelantando a otras monedas competidoras. Su estructura de comisiones bajas y su rapidez en las transacciones la han convertido en una opción más que interesante para todos aquellos que quieren evitar sorpresas al momento de pagar.

Si alguien busca Solana precio, encontrará que ha oscilado de forma significativa en los últimos años, pero sigue siendo una alternativa viable para compras del día a día en destinos que aceptan este tipo de pagos.

Esto no significa que todo el mundo esté pagando el café con Solana, pero sí hay ejemplos reales para reservas de alojamientos rurales, excursiones contratadas directamente con guías locales o souvenirs digitales en forma de NFT comprados en plataformas descentralizadas. En todos esos casos, el proceso es rápido, sin intermediarios ni tasas bancarias ocultas, es decir, también es más económico.

Por otro lado, quienes viajan por largos periodos o trabajan en distintos destinos, como los nómadas digitales, valoran especialmente este tipo de activos, puesto que les permite moverse entre países sin depender tanto del sistema bancario tradicional y gestionar sus ingresos y gastos desde una sola interfaz.

Un cambio silencioso en la forma de recorrer el mundo

A pesar de que aún queda camino por recorrer en cuanto a adopción, lo cierto es que este cambio ya ha empezado y se desarrolla con rapidez. Algunas agencias en Europa han comenzado a aceptar pagos en criptomonedas, y hay hoteles que ofrecen descuentos por usar activos digitales. En Asia y América también se ven iniciativas parecidas, incluso en lugares como Canarias, donde el turismo es una de las grandes fuerzas económicas, empiezan a surgir pequeños negocios que se abren a estas nuevas formas de pago.

Ahora bien, no se trata de subirse a la ola sin más. Como con todo, hay que entender bien lo que se está usando, saber cómo funciona un monedero digital, cómo proteger tus claves privadas y qué hacer en caso de pérdida es tan importante como elegir bien el alojamiento, pero una vez que se domina lo básico, lo que ofrece esta tecnología es más libertad.