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El cachopo, una seña de identidad de la gastronomía asturiana

En Las Tablas del Campillín, en Oviedo, con 17 premios en su haber, saben muy bien cómo hacerlo

 

  • Lancelot Digital
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    La gastronomía del principado recoge lo mejor de la tierra y del mar. Nuestra peculiar orografía nos permite disfrutar de verdes pastos todo el año, con lo que disponemos de buenas reses que proporcionan unos cortes exquisitos. No cabe duda de que el cachopo es quizás uno de ellos. De un tiempo para acá ha conseguido una fama más que merecida, ya que su sencillez ha llevado a elevar a este plato a un reconocimiento más allá de nuestra comunidad. El cachopo asturiano es señal de identidad, y en Las Tablas del Campillín en Oviedo saben muy bien cómo hacerlo. Nada menos que 17 premios tienen en su haber, lo que da buena prueba de que unos simples filetes de ternera y un crujiente empanado van más allá y llevan a conquistar paladares selectos.

     

    El cachopo y la magia de lo sencillo

     

    Aunque su origen no es del todo cierto, no cabe duda de que el cachopo tiene un nacimiento popular. Las excelentes carnes que proporcionan las terneras asturianas, sirven como hilo conductor a una elaboración que no goza de mucho misterio. Dos buenos filetes de ternera, jamón y queso. De acompañamiento, podemos elegir pimiento, champiñones, patatas, ensalada o lo que se desee. Por ejemplo, el clásico cachopo lleva los ingredientes descritos anteriormente, pero la evolución de este plato lo ha llevado a ir más allá. Ahora es posible encontrar variaciones que le llevan a estar rellenos de quesos ahumados, de Cabrales o algo tan particular como la compota de manzana. Porque el cachopo de ternera es una elaboración que permite combinar sabores que, una vez juntos, nos hagan asombrarnos. Por eso, en tu visita a Asturias debes apuntar al cachopo como una de las delicias que debes probar.

     

    La Taberna Asturiana, en Gijón, es otro de los locales que debes tener en cuenta si te animas a visitar esta ciudad. El cachopo gijón toma allí una dimensión diferente. Gijón, aunque en todo el principado es posible, es lugar de comer muy bien. Los aguerridos mineros sabían cómo reponer fuerzas tras las durísimas jornadas de trabajo, y un cachopo es un buen elemento con el que calmar el hambre, pero también de disfrutar. Ahora las cosas son también un poco diferentes, el estilo de vida que llevamos es distinto al de hace años, pero ello no te impide disfrutar de un cachopo en condiciones, ya sea en la Taberna Asturiana, local de récords. Si lo deseas, tanto en Gijón como en Oviedo puedes disfrutar de este manjar en tu casa, ya que se ofrece en la modalidad de servicio a domicilio. Más cómodo imposible.

     

    Los secretos del cachopo

     

    Para conseguir el cachopo perfecto, y si no deseas complicaciones, tanto en las Las Tablas del Campillín en Oviedo como en la Taberna Asturiana, en Gijón, disfrutas de ellos como se merece. Pero si te aborda la curiosidad y deseas hacerlo en casa, te invitamos a que sigas estos consejos.

     

    Para comenzar, el aceite es un elemento que proporciona entidad al cachopo. Decántate por aceite de girasol alto oleico limpio y en una sartén ancha. Los cachopos son de grandes dimensiones y han de flotar en el aceite. Su utilizas una sartén demasiado pequeña, el cachopo quedará arrugado y costará mucho poder darle la vuelta. El uso de aceite de girasol hará que el cachopo conserve su sabor, porque el aceite de oliva puede llegar a ser demasiado potente.

     

    Los cortes de ternera para elaborar el cachopo han de estar limpios de nervios y ser generosos. Tu carnicero de confianza sabrá proporcionarte los mejores. Ponlos en la tabla y dale unos golpes con la maza para que se terminen de ablandar. Toca la hora del relleno, jamón y queso, teniendo la libertad de usar aquellos de tu elección. Siéntete libre de incorporar otras propuestas, como el queso azul o incluso los espárragos, tú decides. Una vez montado, vuelve a dar otros golpes para que el relleno se reparta bien.

     


    Toca uno de los momentos clave, pasar por harina, huevo batido y pan rallado. Hay quien no quiere pasarlo por harina, pero lo hagas de la manera que lo hagas, el empanado ha de sellar toda la pieza. En cuánto al pan rallado, nada mejor que los restos de alguna de las variedades locales, como el pan candeal. Llévalo a la sartén con el aceite caliente, pero sin llegar a humear. Una vez que el empanado haya quedado crujiente por un lado, dale la vuelta. Cuando veas que el pan tiene ese tono tostado, sácalo a escurrir a una fuente con papel absorbente. De esta forma el cachopo no será pesado de digerir, sino un plato que conquiste el estómago de quien lo prueba. Y qué mejor que algunos de nuestros vinos para rematar a un plato que lleva años alegrando nuestras vidas.