Escorts, de tabú a fenómeno social
Durante años, la palabra escort ha cargado con un peso enorme. Para muchos, era sinónimo directo de algo turbio, prohibido o simplemente mal visto. Pero como todo en la vida -y especialmente en la sociedad moderna- los conceptos evolucionan, se matizan y se adaptan a nuevas realidades. Hoy, hablar de escorts no tiene necesariamente las connotaciones que tenía hace una o dos décadas. Muy al contrario, en muchos círculos, se ha convertido en un término más cercano al mundo del acompañamiento, el ocio o incluso el estilo de vida. Y aunque pueda seguir generando miradas de reojo en ciertos contextos, ya no es tan raro encontrarlo en conversaciones cotidianas, en redes sociales, en series de televisión, o incluso en artículos como este.
De lo clandestino a lo social
Aunque el trabajo sexual sigue siendo un tema polémico en Europa, solo tres países de la Unión Europea —Francia, Suecia e Irlanda— lo prohíben de forma estricta, penalizando tanto a quienes lo ejercen como a quienes lo solicitan. Estos países siguen el llamado modelo nórdico, que desea eliminar la prostitución sancionando principalmente al cliente.
Ahora bien, antes de seguir, conviene hacer una distinción importante: no todas las escorts ofrecen servicios sexuales, ni todas las personas que se presentan como tales lo hacen con ese fin. De hecho, el término escort significa, literalmente, “acompañante”. Hoy en día, muchas personas lo usan simplemente para describir a alguien que brinda compañía -bien sea para un evento, una cena, un viaje o incluso una salida casual- sin que necesariamente haya un componente sexual. Y si lo hay, depende totalmente del libre acuerdo entre adultos.
¿Y qué ha cambiado? Principalmente, la percepción social. Vivimos en una sociedad donde las formas de relacionarse son más abiertas, donde las apps de citas han naturalizado el hecho de conocer a alguien por internet y quedar, sin que eso implique automáticamente una historia de amor tradicional. De esta manera, un concepto que antes iba cargado de secretismo, ahora puede referirse también a un servicio social o profesional basado en el acompañamiento y la conversación.
En esta realidad más amplia y diversa, la mayoría de los países europeos adoptan una visión mucho más permisiva hacia quienes ejercen el trabajo sexual de forma voluntaria. Algunos, como Alemania, Austria o los Países Bajos, han ido incluso más allá, reconociendo esta actividad como parte del mercado laboral formal.
Según un informe publicado en Statista por el periodista de datos Florian Zandt, Alemania aprobó en 2002 una ley que permite a las trabajadoras sexuales firmar contratos laborales, contar con protección legal y tributar como cualquier otro trabajador. Aunque en la práctica los beneficios solo alcanzaron a una parte de ellas, fue un paso decisivo. En los Países Bajos, donde el trabajo sexual es legal desde el año 2000, muchas trabajadoras se han afiliado a sindicatos, y la población ha mostrado un gran apoyo a la idea de tratar este oficio como cualquier otra profesión.
¿Por qué se ha normalizado el concepto?
Tal y como comentábamos en el párrafo anterior, son varios los factores que explican esta transformación, siendo uno de ellos el cambio en las dinámicas de citas. Las citas tradicionales se están volviendo bastante menos tradicionales. Muchas personas ya no pretenden una relación seria desde el minuto uno. Lo que persiguen es alguien con quien pasar un buen rato, reírse, salir de la rutina, hablar sin tapujos y ver si surge algo o no. Plataformas online, como ciertas redes sociales orientadas a conocer gente real en ciudades concretas, han empezado a recoger esa necesidad. Sin ir más lejos, en zonas como Alicante, cada vez son más los espacios donde se pueden conocer personas para tomar algo, salir o pasar un rato agradable sin tener que fingir que se busca pareja formal. De hecho, hay sitios donde es bastante común encontrarse con perfiles que indican que buscar Escorts en Alicante en un contexto más social que otra cosa.
Por otro lado, ciudades como Benidorm, con su mezcla de turismo constante, ocio nocturno y ambiente relajado, se han convertido en punto caliente para este tipo de relaciones. No resulta extraño que alguien que esté de paso busque chicas en Benidorm para salir una noche, sin mayores compromisos, simplemente por disfrutar de la compañía local y conocer mejor la ciudad desde dentro. Y lo más interesante es que este fenómeno ya no está limitado a extranjeros o turistas; cada vez más residentes también ven este tipo de interacciones como algo normal, parte de la vida social del lugar.
El componente emocional ha cobrado un gran protagonismo
La mayoría de quienes recurren a acompañantes no lo hacen por razones físicas, sino por una mezcla de soledad, curiosidad o simplemente porque les apetece compartir momentos con alguien que les escuche, les entienda o les haga reír. Plataformas que permiten conocer chicasTorrevieja funcionan más como espacios para crear conexiones auténticas que como escaparates superficiales. Y eso, en cierto modo, ha humanizado mucho más la figura de la escort o acompañante.
¿Y qué pasa en ciudades más pequeñas? La tendencia no es exclusiva de los grandes núcleos urbanos. Lugares como Elche también han visto un cambio en la forma en que la gente se conoce, sale y se divierte. Las redes sociales geolocalizadas y los eventos de “afterwork” o “citas rápidas” están cada vez más presentes, y es habitual que se organicen planes para grupos reducidos donde la idea es simplemente buscar Chicas en Elche para quedar, tomar algo, reírse un rato y ver qué surge. La diferencia con los tiempos de antes es que ya no hace falta esconderse, ni sentir que estás haciendo algo raro. La naturalidad con la que hoy se hablan estas cosas ha hecho que mucha gente que antes ni se lo planteaba, ahora lo vea como una forma válida y cómoda de socializar.
En definitiva, lo que hace años se consideraba un tema prohibido, hoy forma parte del abanico moderno de formas de relacionarse. El concepto de escort ha pasado de estar repleto de estigmas a verse como un reflejo más de nuestra sociedad: rápida, diversa, cambiante y cada vez más abierta. Ya no se trata solo de "servicios", sino de compañía, experiencias compartidas, y sobre todo, libertad de elegir cómo y con quién pasar tu tiempo. Si te interesa este tipo de dinámicas -tanto si eres nuevo en una ciudad, como si te apetece salir de la rutina- actualmente existen muchas alternativas. Desde chicas en Benidorm para una cerveza espontánea, hasta plataformas donde puedes conocer chicas en Torrevieja, o tener una cita diferente con alguien que también desea lo mismo que tú. Así que si estás en Alicante y te suena bien eso de descubrir nuevas personas y planes interesantes, ya sabes por dónde empezar.
