Domingo, 14 Diciembre 2025
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Te desvelamos los trucos para que puedas cocinarlo en casa y te quede una carne estupenda

 

  • Lancelot Digital

 

Muchos de nosotros adoramos el pollo asado, pero no nos atrevemos a hacerlo en casa por si nos queda seco. Hoy os vamos a dar el secreto para que esta carne, la preferida de los pequeños de la casa, deleite a todos los comensales. Nos centraremos en los trucos para que esté jugoso y la piel crujiente, por supuesto.

 

Cómo conseguir un pollo asado jugoso 

 

Lo primero, los ingredientes

 

  • Un pollo campero, de esos que tienen una piel de tono amarillo que le diferencia del resto. Algo menos de dos kilos es ideal para cuatro personas. Ha de estar limpio, con el interior vacío.
  • Un limón.
  • 200 mililitros de agua.
  • Unas ramas de hierbas como tomillo o romero.
  • Una cucharada de pimienta negra recién molida.
  • Una cucharadita de zumo de limón.
  • Dos cucharaditas de aceite de oliva virgen extra.
  • Una cucharadita de coñac o brandy.
  • Una zanahoria.
  • Dos cebollas pequeñas.

 

Sazonar el pollo

 

Salpimentar el exterior y el interior del pollo. Muchas veces solo lo hacemos por fuera de la carne y eso le resta jugosidad.

 

Jugosidad

 

Antes de meterlo en el horno, frotamos el pollo con agua y aceite. Así retendrá algo más de humedad y se protegerá de la alta temperatura. También, lograremos retener los jugos de la carne.

 

Otro toque, según el gusto de cada cual, es untarlo con mantequilla. Para esto, batimos una sin sal, a temperatura ambiente, con las especias que más te gusten, y metemos el resultado en la nevera. Luego, la sacamos y vamos impregnando el pollo de la salsa, masajeándolo. Lo dejamos reposar unos minutos antes de meterlo al horno.

 

Para aromatizar nuestro pollo, también podemos aplicarle algún licor, como el brandy, pintando toda la superficie. Acompañamos con un limón exprimido o una naranja. El ajo y el perejil también le van de perlas.

 

Precalentar el horno

 

Un punto muy importante para que nuestro pollo quede jugoso es precalentar el horno. Unos 10 o 15 minutos antes de introducirlo, ponemos el termostato a una temperatura de 180 a 200 grados, con calor arriba y abajo. Metemos la fuente donde vayamos a hacer la carne. Luego sacamos el recipiente y depositamos el pollo apoyado en un costado.

 

Horneado

 

Una vez metamos el pollo en el horno, lo dejamos a 180 grados durante 15 minutos. Lo sacamos y lo apoyamos sobre el costado contrario. Horneamos durante 15 minutos más. Cuando haya pasado el tiempo, lo volvemos a sacar y lo colocamos sobre la pechuga: ahora lo dejamos 30 minutos. Por último, le damos la vuelta y horneamos durante 25 minutos.

 

Para conseguir una textura crujiente, podemos subir la temperatura los últimos 10 minutos.

 

Reposo

 

Recomendamos dejarlo reposar durante 10 minutos. Lo acompañamos de las zanahorias y cebollas que se han ido asando en el jugo del pollo. Pero también pueden ser patatas, arroz, pasta... lo que te pida el paladar. 

 

Los jugos que ha soltado el pollo también los utilizaremos para la salsa. Les añadimos algo de caldo, vino blanco y zumo de limón, ¡y listo!

 


PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
×