La red cibernética crece a pasos agigantados y cada día un poco más. Desde la creación de internet allá por mediados del siglo pasado, este servicio no ha cesado en su desarrollo hasta convertirse en el gigante que es actualmente. El número de ususarios que se sirven de sus ventajas se cuenta por millones, reuniendo en sus sitios webs a una voluminosa comunidad internacional. Para soportar esta carga intensa y constante se requiere de herramientas potentes y avanzadas que garanticen la estabilidad de la red. En este contexto aparecen los conocidos servidores, esos que cuando se caen imposibilitan el disfrute de las bondades online. Sin embargo, no siempre son los servidores  los que incurren en errores, sino sus pequeños departamentos, los hostings. Pero, ¿qué es un hosting?

Usos y ventajas

Para aquellos usuarios poco versados en el mundo de la informática, más allá del dominio básico, el hosting puede resultar un concepto del todo desconocido. Sin embargo, la mayoría de webs por las que  los internautas se mueven operan con este servicio técnico. Este elemento consiste principalmente en un alojamiento web. Gracias a él, cualquier usuario que posea una página, sea cual sea su propósito, tiene la oportunidad de depositar en ella todo el contenido necesario (texto, imágenes, bases de datos, multimedia, etc...). 

Disponer de un hosting funcionalmente completo es uno de las condiciones más importantes para que las webs sean accesibles y se posicionen en los primeros puestos de búsqueda de cualquier motor. Toda vez que este departamento del servidor alberga toda la información del sitio en la red, cuando un usuario teclea el domino de la web en la barra de búsqueda, rápidamente el servidor transfiere todos los datos almacenados en el hosting para atender a la demanda. Como es bien sabido, no todas las páginas tienen las mismas dimensiones ni soportan una igual carga de visitas, por lo que en función de las necesidades de almacenamiento de cada una de ellas, un tipo u otro de hosting será más adecuado.

Tipos de hosting

Reconocer el tipo de proyecto online que se desea desarrollar es necesario para hacerse con los servicios de hosting más adecuados, puesto que a mayor potencia, mayor será la cuota mensual que el consumidor debe abonar para mantener los derechos de uso. Así, estas son las principales modalidades.

Hosting compartido: se posiciona como el más usado entre los consumidores de este tipo de servicios. Este método consiste en el alojamiento de diversos hostings en un mismo servidor, de manera que una misma máquina pueden aposentarse los datos y el contenido de miles de empresas y millones de consumidores. Se recomienda para proyectos ligeros y de envergadura reducida, tanto si el fin es personal como profesional. Si el consumo requerido de recursos del servidor no es demasiado intenso, el hosting compartido es el adecuado. Hosting Linux ofrece uno de los mejores servicios a este respecto.

Hosting VPS: esta modalidad de alojamiento está recomendada para empresas y sitios web con una actividad media. Se trata de un servidor virtual privado. En él, aunque no dispone se dispone de un espacio único, el servidor asigna una participación completamente separada. De este modo, poco importa si el resto de hostings de los otros sitios de la red demandan más potencia. La funcionalidad del hosting VPS se garantiza, además de ofrecer acceso directo a la raíz de la máquina. 

Hosting dedicado: si la web en cuestión produce un consumo alto de recursos o se ocupa de un tráfico pesado de datos, los servidores dedicados ofrecen el mejor rendimiento. Con este servicio, la web dispone de un servidor físico funcionando a pleno rendimiento únicamente para quien lo tenga contratado. De deste modo, no sólo se asegura toda la potencia requerida, sino que el servidor puede ser personalizado y ajustado a las demandas de la empresa para hacerlo más cómodo y accesible. 

Hosting cloud: si la intensidad en los servicios de la dirección es amplia, pero no siempre constante, este tipo de hosting web se posiciona como el más apropiado. A través de él, los servidores amplían o reducen la cantidad de recursos dedicados a las webs en función de la demanda de estas, por lo que ofrece un rendimiento superior al de los servicios dedicados. 

Hostings por el mundo

El auge de este elemento ha sido exponencial con el crecimiento de los servicios de internet. Además, su uso ha aumentado en aquellos lugares donde la comunidad es mayor. En este contexto llama la atención la extensión de esta herramienta por toda Latinoamérica. Bien es sabido que esta comunidad es una de las más numerosas del mundo, por lo que también su grupo en las redes se cuenta como uno de los más amplios y exigentes. No en balde, el uso del hosting como soporte fundamental se ha extendido en esa zona, que supone además una de las mayores productoras de webs mundiales y registradas en la red.