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Islas Azores, un archipiélago por descubrir

Nueve islas, totalmente diferentes, conforman este paraíso en miniatura

 

  • Lancelot Digital
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    Al este, en la isla de Santa María, las playas son cálidas y de arena clara, y los viñedos que cubren las laderas dispuestas en anfiteatro recuerdan a escaleras para gigantes. São Miguel, la mayor isla, cautiva por sus lagunas de Sete Cidades y de Fogo. En el Grupo Central, las islas Terceira, São Jorge, Pico, Faial y Graciosa se disponen armoniosamente en el mar azul en el cual rondan ballenas y delfines a la vista para sus visitantes. En el grupo occidental, en la isla de Flores, deslumbra la belleza de las cascadas naturales y de las lagunas excavadas por volcanes. Corvo, la isla miniatura, tiene en su centro una amplia y bella caldera y atrae a especies de aves venidas de Europa y América. Nueve islas, totalmente diferentes, conforman el archipiélago de las Azores, un nuevo destino que visitar de la mano de Viajes Timanfaya.

     

    São Jorge es la isla de las escarpas, de los acantilados y de las fajãs (pequeñas planicies que se originaron debido al corrimiento de tierras o de lava), una de las más verdes del archipiélago de las Azores y el lugar perfecto para unas vacaciones en contacto con la naturaleza y el mar. Esta isla de 54 kilómetros de largo por 6,9 de anchura máxima pertenece al Grupo Central y es uno de los vértices de las llamadas “islas del triángulo”, junto con Faial y Pico, que queda a 18,5 km.

     

    Terceira, uno de los principales puntos de entrada de las Azores, forma junto con las islas de Graciosa, São Jorge, Pico y Faial el grupo central del archipiélago. Comenzó a poblarse en el siglo XV, desarrollándose de forma consistente desde entonces, debido en gran medida a su localización geográfica. Pero lo que hace que Terceira sea especial es el magnífico contraste entre la belleza natural de esta isla volcánica y el admirable trabajo del hombre en el centro histórico de Angra do Heroísmo, su capital. Fundada en 1534, fue primera localidad de las Azores elevada al nivel de ciudad y clasificada como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

     

    La isla de San Miguel es la más grande de las Azores, formando el Grupo Oriental del archipiélago junto con la isla de Santa Maria, situada a 81 km de distancia. Empezó a poblarse en 1444 en Povoação y después en Vila Franca do Campo, la primera capital de la isla, que más tarde pasó a ser Ponta Delgada y que actualmente es también la sede del Gobierno Regional de las Azores. Inclinada alrededor de una bahía natural, la ciudad de Ponta Delgada posee una rica historia y patrimonio arquitectónico. Las Puertas de la Ciudad son el ponto de partida perfecto para a explorar de la ciudad. Sus monumentos más emblemáticos, son la iglesia matriz de San Sebastián, del siglo XV, la Iglesia de San José y la de San Pedro, el Convento y Capilla de Ntra. Sra. de la Esperanza.

     

    Faial ocupa una extensión cercana a los 172 km2, con 21 km de largo y una anchura máxima de 14 km. Su descubrimiento se produjo en 1427 y en 1432 se instalaron en ella muchos colonos procedentes de Flandes. Recibió el nombre de Faial por la abundancia de fayas, pero ninguna isla puede tener más motivos para sentirse orgullosa de los inmensos macizos de hortensias, en diversos tonos de azul, que enmarcan las casas, separan los campos y bordean las carreteras, y que justifican el título de Isla Azul.

     

    Con 1.043 m de altitud, Cabeço Gordo, en la zona central de la isla, es su punto más alto.

     

    Isla de Flores. Integrada en la red mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO, la isla de Flores, el territorio más occidental de las Azores y de Europa, cuenta con paisajes que son verdaderos paraísos. Caracterizada por una costa muy recortada y extremadamente escarpada, Flores está marcada por el agua: cascadas, lagunas, ríos y pozos forman un catálogo de experiencias inolvidables que parecen concentrar en ellas toda la belleza natural que se encuentra dispersa en las otras islas del archipiélago.

     

    La Isla de Corvo, es de origen volcánico y la más pequeña de las nueve islas, con un área de apenas 17,1 km². Es una villa pintoresca y poco común, que se caracteriza por las fachadas de piedra negra, con decoraciones en blanco en las ventanas y en las puertas, y por las calles estrechas,  empedradas con cantos rodados y losas pulidas por el uso. Merece la pena visitar la Iglesia de Nuestra Señora de los Milagros (patrona de la Isla de Corvo) que alberga una imagen de origen flamenco, la Virgen y el Niño, y un crucifijo de marfil indoportugués, así como el Centro de Interpretación de Corvo.

     

    La Isla Graciosa. Se la conoce como la Isla Blanca y es Reserva Mundial de la Biosfera.. El patrimonio arquitectónico de la isla lo preservan varios tipos de edificaciones, destacando las iglesias, ermitas, casas rurales y una curiosa “arquitectura del agua” asociada a una centenaria red de embalses y sistemas de abastecimiento de agua potable. La Caldera de Graciosa es el elemento paisajístico más emblemático de esta isla. Clasificada como Monumento Natural Regional, este cráter de grandes dimensiones y gran belleza, engloba también la Cueva de Maria Encantada y la Cueva del Azufre, verdaderos Santuarios de la Madre Naturaleza.

     

    Con 448 km2 de superficie, la isla de Pico es la segunda mayor del archipiélago y en la que se encuentra la montaña más alta de Portugal, precisamente Pico, que le dio nombre, con 2.351 m de altitud. Los amplios campos de lava que marcan el paisaje de la isla y a los que la población local denomina lajidos o terras de biscoito forman el Paisaje del cultivo de la viña de la isla de Pico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004. Entre ellos, cabe destacar los sitios de Lajido da Criação Velha y de Lajido de Santa Luzia. En Pico encontramos uno de los mayores tubos de lava visitables del mundo, la Gruta das Torres.

     

    La isla de Santa Maria forma parte del Grupo Oriental del archipiélago de las Azores, junto con San Miguel, de la que dista 81 kilómetros. La isla presenta dos áreas con relieves y características distintas: una zona aplanada y de cotas más bajas a poniente, donde está el aeropuerto y el caserío de Vila do Porto, la mayor población de la isla y las parroquias de San Pedro y de Almagreira. Una zona más accidentada en la mitad naciente de la isla, con vegetación más exuberante y que incluye el macizo de Pico Alto, el punto más elevado de la isla con 590 metros de altitud.