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¿Por qué tendremos que seguir usando mascarilla durante un tiempo con o sin vacuna?

La nueva normalidad se resiste a instalarse en nuestras vidas y la vacunación supone el comienzo de una carrera hacia ella que será larga y costosa de alcanzar

 

  • Lancelot Digital
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    El domingo 27 de diciembre algo cambiaba en Canarias y en toda España: eran vacunadas las primeras personas de la isla y del país. El inicio del fin de la pandemia, por tanto, pero un final que tardará en llegar y es que, pese a la llegada de las vacunas, el proceso se prolongará durante más de seis meses. Por tanto, tendremos que seguir usando mascarillas, respetando el distanciamiento social y extremando la higiene para evitar que los contagios se extiendan.

     

    Los han dicho ya los expertos: la inmunidad de grupo tardará en llegar y, entre tanto, no podemos relajar las restricciones. Es más, la mascarilla seguirá con nosotros, aunque nos hayan puesto la vacuna, al menos, durante un tiempo.

     

    En este sentido, tal y como se ha publicado en veinte minutos, la BBC ha contactado con algunos expertos que explican el motivo de que tengamos que seguir protegiéndonos a nosotros y a los que nos rodean. Natalia Pasternak, presidenta del Instituto Questão de Ciência, de Brasil, dice: "Después de ponerte la vacuna, es necesario regresar a casa, mantener el aislamiento social, esperar la segunda dosis y luego esperar al menos 15 días para que la vacuna alcance el nivel de efectividad esperado".

     

    Es más: "Incluso después, es necesario esperar a que una buena parte de la población ya esté inmunizada para que la vida vuelva a la normalidad".

     

    Todas las vacunas funcionan de manera parecida: inyectan en el organismo un antígeno, que puede ser un virus desactivado (muerto), un virus debilitado (que no puede enfermar), una parte del virus, alguna proteína que se parezca al virus o un ácido nucleico (como la vacuna de ARN).

     

    El antígeno provoca una respuesta inmune y hace que el organismo sea capaz de reconocer un virus y producir anticuerpos para combatirlo. Pero esa es una respuesta que tarda al menos dos semanas.

     

    Hay otro motivo por el que hay que mantenerse protegido tras la vacuna: la mayoría de las que se han aprobado precisan de dos dosis.

     

     

    Sumando el tiempo entre una dosis y otra y el tiempo que el cuerpo necesita para producir una respuesta inmunitaria, el resultado es de al menos un mes y medio para que alguien que haya sido vacunado se considere inmune. Pero aún así, deberemos seguir llevando mascarilla.