PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Puedes tener problemas auditivos si no escuchas bien estas palabras

 

Los españoles tardamos una media de 7 años entre que detectamos un problema de pérdida auditiva hasta que nos decidimos a tratarlo

 

  • Lancelot Digital
  • Cedida
  •  

    Como todos sabemos, estas no serán unas fiestas al uso. Lejos de la tradicional imagen de mesas abarrotadas de familiares en Nochebuena, Navidad, Nochevieja o Año Nuevo, las medidas frente al Covid-19 nos obligarán a recurrir a aforos limitados y a no alargar la celebración más allá del toque de queda establecido por las respectivas Comunidades Autónomas. Con estas restricciones presentes, seguirán siendo unas fiestas en las que compartiremos, en la medida de lo posible, muchos momentos y conversaciones con los nuestros, ya sea en casa, en torno a la mesa o por videollamadas.

     

    Así, una época tan familiar como es la Navidad es una buena ocasión para que estemos alerta ante determinadas señales durante la interacción con nuestros seres queridos y poner a prueba la salud de nuestros oídos, y más ahora que por el uso de la mascarilla y la distancia social tenemos más dificultades para comunicarnos.

     

    “Los eventos navideños, adaptados a las medidas sanitarias que exige el contexto actual, favorecen que todos estemos más alerta para observar o percibir señales de que nuestros seres queridos pueden sufrir algún problema de audición, nos cuenta José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon EspañaEs un buen momento para estar atentos y así evitar que las personas que comiencen a sufrir esa pérdida dejen de entender ciertas conversaciones y comiencen a evitar situaciones que les requieran una atención especial y a adquirir una actitud más retraída, baja autoestima y menos confianza en sí mismas”.

     

    Por otro lado, los otorrinos hacen hincapié en la dificultad para ser conscientes de que tenemos un problema auditivo y actuar en consecuencia sea a la edad que sea. Y es que la pérdida auditiva puede afectar a todos los grupos de edad, incluyendo los niños, aunque incide muy especialmente sobre las personas mayores.

     

    De hecho, según datos de Oticon, los españoles tardamos una media de 7 años entre que detectamos un problema de pérdida auditiva hasta que nos decidimos a tratarlo. La casuística se agrava en el caso de las personas de mayor edad, ya que tienden a asociar sus problemas de oído con el deterioro fruto del envejecimiento, lo que provoca un retraso en su revisión y tratamiento.

     

    Por esta razón, es muy importante que el entorno esté alerta ante determinadas pistas o señales para poner remedio cuanto antes y evitar complicaciones, ya que en la mayoría de los casos el propio paciente tarda más en descubrir determinados síntomas.

     

    Causas transitorias o progresivas

     

    Un simple tapón de cera, mucosidad acumulada tras un catarro y la presbiacusia o pérdida de audición asociada a la edad pueden ser algunas de las razones por las que oyes mal. Mientras que algunas de estas causas son pasajeras y pueden desaparecer si se ‘cura’ el problema que las originó, hay ciertas señales inequívocas que no deben pasarse por alto porque lejos de desaparecer, van a más.

     

    Lo primero que suelen notar las personas con problemas auditivos es que "oyen, pero no entienden" debido a que no se suelen perder todos los sonidos a la vez.

     

    “Se pierden, típicamente, los sonidos agudos, con lo cual, oyen los fonemas graves de las palabras (por ejemplo la vocal 'a') pero no oyen los fonemas agudos, como la consonante 's' y otras consonantes, que además de ser agudas necesitan muy poca intensidad para su emisión”, explican desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

     

    Los primeros síntomas

     

    Para favorecer su detección precoz, expertos de Oticon y de la SEORL-CCC han elaborado un decálogo con algunos signos de alerta de la pérdida auditiva con el objetivo de que consulten, se diagnostiquen y adapten audífonos pronto para conseguir el doble objetivo de oír y entender la conversación.

     

    • No poder seguir una conversación en ambientes ruidosos: Las cenas y comidas familiares llenas de anécdotas y ajetreo, así como el ambiente sonoro que rodea en general a la Navidad, hacen que muchas veces nos encontremos con situaciones muy ruidosas a nuestro alrededor, a la hora de tener una conversación con una persona, también se produce este problema cuando participamos en conversaciones múltiples aunque el ruido no sea excesivo. Si vemos que no somos capaces o nos cuesta seguir estas conversaciones, esto puede ser sinónimo de una incipiente pérdida auditiva.

    • No escuchar determinadas palabras: si durante las fiestas nos damos cuenta de que nos perdemos cierta información o palabras, al no escuchar determinados sonidos como los de las consonantes C, S, F, o Z por sus frecuencias más altas o bajo nivel de energía, puede tratarse de un caso de hipoacusia.

    • Pedir que nos tengan que repetir frases con asiduidad: si en los encuentros de estas fiestas, donde además se dificulta la fluidez en las conversaciones por el uso de mascarillas o distancia social, notamos que somos los únicos miembros de la familia que tenemos que pedir a menudo que nos repitan frases o ideas, puede ser momento de realizar una revisión auditiva para detectar cualquier tipo de problema.

    • No escuchar sonidos agudos como el timbre o teléfono: si con todo el ajetreo de las cenas y comidas, nuestros familiares han tenido que esperar un buen rato en la puerta porque no hemos escuchado el timbre o el teléfono, puede ser una pista clave, ya que la pérdida auditiva hace que dejemos de percibir sonidos agudos cotidianos. ¿Oyes pero no entiendes? Claves para detectar la pérdida auditiva. Y en cuanto a a las conversaciones telefónicas, las suelen entender bien al principio, porque se lo acercan a la oreja. Lo que no escuchan es cuando suena el teléfono, sobre todo si lo tienen guardado. Lo mismo sucede con el timbre de la puerta.

    • Subir el volumen de aparatos como la televisión o el ordenador: si durante las doce campanadas o una videollamada con la familia, tenemos que pedir que se suba de forma significativa el volumen de la televisión o hacer callar a todos para no perdernos ni un detalle entre todo el jaleo, debemos estar atentos a una posible señal de pérdida auditiva.

    • Los problemas descritos pueden coexistir con la aparición de ruidos, zumbidos o acúfenos en los oídos que, además de ser molestos, interfieren y dificultan aún más la audición