¿Qué es la ELA?
La Esclerosis lateral amiotrófica no suele tener causas conocidas
La esclerosis lateral amiotrófica o ELA, es una enfermedad de las neuronas en el cerebro, el tronco cerebral y la médula espinal que controlan el movimiento de los músculos voluntarios. La ELA también es conocida como la enfermedad de Lou Gehrig.
Causas
Uno en 10 casos de ELA se debe a un defecto genético. La causa se desconoce en la mayoría del resto de los casos. En la ELA, las células nerviosas (neuronas) motoras se desgastan o mueren y ya no pueden enviar mensajes a los músculos. Con el tiempo, esto lleva a debilitamiento muscular, espasmos e incapacidad para mover los brazos, las piernas y el cuerpo. La afección empeora lentamente. Cuando los músculos en la zona torácica dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar.
La ELA afecta aproximadamente a 5 de cada 100,000 personas en todo el mundo.
Tener un familiar que presente una forma hereditaria de la enfermedad es un factor de riesgo de ELA. Otros riesgos incluyen el servicio en las fuerzas armadas. Las razones de esto no están claras, pero puede tener que ver con la exposición ambiental a toxinas.
Síntomas
Los síntomas generalmente no se presentan sino hasta después de los 50 años, pero pueden empezar en personas más jóvenes. Las personas que padecen esta afección tienen una pérdida de la fuerza muscular y la coordinación que con el tiempo empeora y les hace imposible la realización de actividades rutinarias, como subir escaleras, levantarse de una silla o deglutir.
La debilidad puede afectar primero los brazos o las piernas, o la capacidad de respirar o deglutir. A medida que la enfermedad empeora, más grupos musculares desarrollan problemas.
La ELA no afecta los sentidos (vista, olfato, gusto, oído y tacto). La mayoría de las personas es capaz de pensar como lo hace normalmente, si bien una pequeña cantidad presenta demencia, lo que provoca problemas con la memoria.
La debilidad muscular comienza en una parte del cuerpo, como el brazo o la mano, y empeora lentamente hasta que conduce a lo siguiente:
Dificultad para levantar cosas, subir escaleras y caminar
Dificultad para respirar
Dificultad para tragar, asfixia con facilidad, babeo o náuseas
Caída de la cabeza debido a la debilidad de los músculos del cuello
Problemas del habla, como un patrón de discurso lento o anormal (arrastrando las palabras)
Cambios en la voz, ronquera
Otros hallazgos incluyen:
Depresión
Calambres musculares
Rigidez muscular, llamada espasticidad
Contracciones musculares, llamadas fasciculaciones
Pérdida de peso
Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica lo examinará y le hará preguntas acerca de los síntomas y su historia clínica.
El examen físico puede mostrar:
Debilidad, que a menudo empieza en una zona
Temblores musculares, espasmos, fasciculaciones o pérdida de tejido muscular
Fasciculaciones de la lengua (común)
Reflejos anormales
Marcha rígida o torpe
Aumento o reducción de los reflejos en las articulaciones
Dificultad para controlar el llanto o la risa (algunas veces se denomina incontinencia emocional)
Pérdida del reflejo nauseoso
Los exámenes que se pueden hacer comprenden:
Exámenes de sangre para descartar otras afecciones
Examen de la respiración para observar si los músculos de los pulmones están afectados
Resonancia magnética o tomografía computarizada de la columna cervical para verificar que no haya ninguna enfermedad o lesión en el cuello, que pueda aparentar ser ELA
Electromiografía para ver cuáles nervios o músculos no están funcionado apropiadamente
Pruebas genéticas si hay antecedentes familiares de ELA
Tomografía computarizada o resonancia magnética de la cabeza para descartar otras afecciones
Estudios de la deglución
Punción raquídea (punción lumbar)
Tratamiento
No se conoce una cura para ELA. Un medicamento llamado riluzol ayuda a retardar los síntomas y ayuda a las personas a tener una vida ligeramente más larga.