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Segovia, antigüedad y belleza

 

Iglesias, conventos, monasterios, numerosos monumentos, su muralla y, sobre todo, su acueducto romano merecen una visita a esta belleza ciudad

 

 

  • Lancelot Digital
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    Este mes desde viajes Timanfaya (www.viajestimanfaya.com) les proponemos una ruta accesible desde las islas, ya que la ciudad que queremos que conozcan es Segovia y está muy cerca de Madrid, a un corto trayecto en tren, guagua o coche de alquiler desde la capital.

     

    En diciembre de 1985, la UNESCO incluyó en su listado de Ciudades Patrimonio a la “antigua ciudad de Segovia y su acueducto romano”.

     

    El Acueducto de Segovia es una de las más soberbias obras que los romanos dejaron repartidas por su vasto imperio. Fue construido para conducir hasta Segovia el agua de la Sierra, es símbolo heráldico de la ciudad y su construcción se sitúa en el siglo II D.C.  Es una de las  mejores obras de ingeniería civil en España. Sus 167 arcos de piedra granítica del Guadarrama están constituidos por sillares unidos sin ningún tipo de argamasa mediante un ingenioso equilibrio de fuerzas.

     

    La Catedral, de estilo gótico tardío, comenzó a construirse en 1525, con la colaboración desinteresada de los segovianos y sustituyó a la Catedral Vieja situada en los actuales jardines del Alcázar y destruida durante la Guerra de las Comunidades en 1520. En su exterior, al oeste, está la fachada principal, conocida como Puerta del Perdón, con la escultura de la Virgen, obra de Juan Guas. La torre, situada en el lado de la Epístola, es uno de los elementos más llamativos por su gran altura, y ha estado habitada hasta mediados del siglo XX por el campanero. Constituye un privilegiado mirador sobre la ciudad y es visitable dentro de los horarios del monumento.

     

    Al sur se abre la Puerta de San Geroteo y, al norte, la Puerta de San Frutos. Otro foco de interés es el ábside, que linda con la Judería Vieja, aderezado por contrafuertes y pináculos de gótico florido, de piedra caliza, rodeando la gran cúpula. La planta es de tres naves con crucero, con ábside semicircular en la cabecera y girola, rodeada de capillas.

     

    En la ciudad hay numerosa iglesias, conventos y edificios religiosos que merece la pena visitar: La Iglesia de San Martín; la Iglesia de la Santísima Trinidad; la Iglesia de San Juan de los Caballeros; la Iglesia de San Esteban; la de San Millán; la de la Vera Cruz; y la del Corpus Christi; así como el Monasterio de San Antonio el Real o el de El Parral; el Convento los Carmelitas Descalzos o el Santuario de la Virgen de la Fuencisla.

     

    Es obligatorio visitar la Muralla de mampostería caliza, cimentada, en parte sobre grandes sillares de granito. Para su construcción se emplearon también lápidas de la antigua necrópolis romana. Tenía cinco puertas: Santiago, San Cebrián, San Juan, San Martín y San Andrés. De ellas permanecen las de Santiago y la de San Cebrián en el lado norte, y San Andrés en el lado sur. Tuvo además varios portillos: del Alcázar, de la Fuente Cercada, Picado o de San Matías, de San Juan, del Consuelo, de la Luna, del Sol y del Obispo. El cerco de la muralla que rodea la ciudad, con un perímetro de más de 3.000 metros, nace y muere en el Alcázar.

     

    La Casa de Moneda también es de visita obligada. Se trata de uno de los pocos edificios fabriles del siglo XVI que ha llegado prácticamente intacto hasta nuestros días. Se halla en la margen izquierda del río Eresma y fue construido por el arquitecto Juan de Herrera para Felipe II, que estableció en él una ceca que introdujo en España la técnica de acuñación en España mediante rodillo.

     

    Hay numerosas casas emblemáticas, palacios de gran belleza y otros monumentos bien conservados como la Casa de los  del Río, el Palacio del Conde Alpuente, la Casa de los Picos, el Torreón de Lozoya, la Casa del Sello o la Casa de la Química. Todas merecen una visita detallada para apreciar los múltiples detalles arquitectónicos que conservan.

     

    Por otro lado, resulta impresionante conocer el cementerio judío, que se situaba en la ladera izquierda del río Clamores y abarcaba el espacio amurallado comprendido entre la Puerta de San Andrés y la Casa del Sol. No es posible establecer una datación cronológica precisa debido a la ausencia de losas sepulcrales que ofrezcan alguna información.

     

     El Alcázar

     

    El alcázar de Segovia, palacio real situado en lo alto de una roca entre los ríos Eresma y Clamores, fue una de las residencias favoritas de los reyes de Castilla, construido en la transición del románico al gótico, y en el que destaca la decoración mudéjar de sus amplios salones. El edificio se articula a través de dos patios y posee dos torres, la del Homenaje y la de Juan II. Devastado por un incendio en 1862, fue posteriormente reconstruido.

     

    Gastronomía

     

    El plato por excelencia en la gastronomía segoviana es, sin duda, el cochinillo, pero también hay carnes como el cordero lechal, productos de la matanza y excelentes embutidos. Además, merece la pena probar las truchas de río, los judiones de La Granja, la sopa castellana y los guisos de caza, como perdices o codornices. Para finalizar, podemos degustar un ponche segoviano, una especie de tarta con un interior cremoso. También en Segovia encontraremos otros dulces, como amarguillos, ciegas, rosquillas de pascua, bollos de piñones y una gran variedad de productos de repostería.