“La niña empezó a llorar y a temblar y me dijo que el señor que estaba fuera le había pedido que se subiera al coche con él"

Francisco Pifani trabaja en una heladería de Costa Teguise, a la que huyó la pequeña de 10 años que aseguró que unos desconocidos le habían invitado a subir a su vehículo
Yolanda Téllez
“La niña empezó a llorar y a temblar y me dijo que el señor que estaba fuera le había pedido que se subiera al coche con él”. Así relata Francisco Pifani lo sucedido el pasado martes, cuando una pequeña de 10 años apareció en la heladería donde éste trabaja huyendo de un hombre que, según ella, la había invitado a subir a una furgoneta.
“Entró una niña a la heladería y me preguntó si conocía al señor de fuera, que yo no había visto. Cuando le digo qué señor empezó a llorar y a temblar y me dice: el señor que está fuera me pidió que me subiera al coche con él. Entonces, salí para afuera y vi una furgoneta que se estaba alejando. No sé si era esa furgoneta donde estaba el señor que había hablado con la niña. Después vino una vecina, se ofreció a acompañar a la niña a su casa y se fue”.
Fue cuando la pequeña llegó a casa, cuando su madre llamó al 112 asegurando que varios desconocidos, que iban en una furgoneta blanca, habían abordado a su hija en plena calle para que se subiera al vehículo. Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local se trasladaron entonces a la zona para ver si localizaban la supuesta furgoneta, a pesar de que entonces no constaba todavía denuncia de lo ocurrido, más que la llamada al 112.
Ya este miércoles la madre de la menor presentó la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil, que ya se encuentra investigando los hechos.
Según ha podido saber Lancelot Digital de fuentes cercanas al caso, de acuerdo al testimonio de la menor eran dos los hombres que iban dentro de la furgoneta, de los que la pequeña ya ha dado una descripción física. Además, según estas mismas fuentes, la pequeña asegura que el vehículo llevaba un logotipo de una empresa de transportes.
Por otro lado, fuentes cercanas al caso han afirmado que la Guardia Civil estaba pendiente de visionar las imágenes de las cámaras de seguridad de un comercio cercano al lugar donde presuntamente ocurrieron los hechos para intentar esclarecerlos.